Tractorada extremeña rumbo a Bruselas para exigir cambios en la política agraria de la UE
Una tractorada organizada por Apag Extremadura Asaja ha partido este martes, 1 de abril, desde Mérida con destino a Bruselas para exigir al Parlamento Europeo un cambio en las políticas agrarias de la Unión Europea en favor del campo y los consumidores y para trasladar los problemas del sector.
La comitiva, que recorrerá casi 2.000 kilómetros, estará compuesta por tres tractores y dos coches de apoyo, con ocho personas en total.
Pasarán por Castilla y León, La Rioja, Navarra y el País Vasco hasta llegar a Francia.
En una convocatoria de prensa, el presidente de Apag, Juan Metidieri, ha compartido que el objetivo principal de este movimiento reivindicativo es defender los derechos del sector agrario en un momento «cumbre» para la reforma de la Política Agraria Común (PAC), que en junio tendrá su primer borrador listo, por lo que, para ellos, es el momento para «hacerse oír».
Como «la esperanza es lo último que se pierde«, pretenden que el borrador incluya la modificación de la PAC y de las reformas que se le están imponiendo al campo, como los acuerdos de Mercosur, la ley de restauración de la naturaleza y la Agenda 2030.
La organización agraria ha dicho que el fin principal de esta movilización es trasladar directamente a las instituciones europeas las demandas de este sector, que «se encuentra en una situación crítica debido a las actuales políticas agrarias».
La Comunidad de Labradores y Ganaderos de Almendralejo (Clyagl) ha apoyado esta tractorada con su participación en la salida de la marcha, para «dejar constancia del malestar de labradores y ganaderos por las medidas adoptadas» por la Comisión Europea, según ha indicado la organización en una nota de prensa.
Han reiterado el rechazo a la multirregulación impuesta por Europa a la actividad agraria y la necesidad de un presupuesto justo para la nueva PAC, de manera que se incrementen las ayudas «a un campo agonizante».
Además, quieren que este movimiento visibilice el «enorme daño» que están haciendo las ‘políticas verdes impuestas’ y la «competencia desleal» por la procedencia de productos de terceros países que no tienen que cumplir las exigencias impuestas por Europa.