Expertos de la Universidad de Wageningen recomiendan una buena gestión del suelo frente al cambio climático
Expertos de la Universidad de Wageningen (Países Bajos) están trabajando con agricultores de Castilla-La Mancha, así como con la administración local y regional, para investigar cómo los productores pueden adaptarse a la disminución de las precipitaciones y el incremento de temperaturas que se está registrado en todo el arco Mediterráneo.
El cambio climático está afectando las precipitaciones en todo el mundo, haciendo que muchas regiones sean más secas y otras más húmedas. En este sentido y ante del incremento de temperaturas y la reducción de precipitaciones en el Mediterráneo, muchos agricultores, especialmente de cultivos como el olivar, la viña o el almendro, han decidido implementar sistemas de irrigación. “Pero esa es una solución a corto plazo, porque incluso esa agua tiene que venir de alguna parte”, concluyen los expertos.
«Necesitamos utilizar el agua de forma sostenible para asegurar nuestra futura producción de alimentos», explica Arjen Budding del departamento de Investigación Medioambiental de Wageningen. “Nuestro consejo es garantizar un suelo sano. Esta está la cuestión: un suelo con mucha vida y materia orgánica es más poroso y, por lo tanto, retiene más agua. Los agricultores pueden beneficiarse de ello”.
Para avanzar hacia suelos más sanos, estos expertos recomiendan reducir el laboreo. Aunque el laboreo contribuye a la reducción/eliminación de las malas hierbas, también expone la vida del suelo al sol, provocando su muerte. “En su lugar, recomendamos por ejemplo utilizar cultivos de cobertura debajo de los árboles. Estos también combaten las malas hierbas mientras sus raíces previenen la erosión”.
“Con respecto al agua y los alimentos, debemos invertir el principio tradicional. El funcionamiento debe seguir el nivel del agua, y no al revés”, argumenta Budding. “Eso básicamente significa que estamos atravesando una transición hídrica. Los sistemas naturales (también los ciclos del agua) constituirán la base de nuestra producción de alimentos. Trabajar con la tierra es una parte importante de eso”. Budding explica que los sistemas de cultivo deben adaptarse en consecuencia, como en España, o incluso cambiarlos por completo. “Los agricultores optan por otros cultivos más resistentes a la sequía, por ejemplo”.
“La gestión sostenible del agua es importante para seguir produciendo suficientes alimentos en el futuro. Para ello, no sólo necesitamos innovaciones técnicas o investigaciones fundamentales, sino también expertos políticos y sociólogos. En Castilla-La Mancha, por ejemplo, no todos los agricultores adoptan las soluciones propuestas. A algunos agricultores no les convencen los estudios científicos. Se necesitan otras estrategias para generar interés, apoyo y confianza a nivel regional”, añade.