Avianza se une a las protestas y exige que Europa ajuste las normativas a la realidad agroganadera
A través de Avianza, Asociación Interprofesional Española de Carne Avícola, el sector cárnico de aves pide a las instituciones europeas que consideren la realidad del sector agroalimentario de cada país.
En un comunicado, Avianza se suma al malestar de los ganaderos y agricultores europeos y reivindica, como viene haciendo durante los últimos meses, la necesidad de que la reglamentación europea se adapte a la situación real del sector agroalimentario en cada uno de los estados miembro.
Para Avianza, «los cambios normativos no pueden ir contra un sector estratégico como el de los agricultores y granjeros en Europa, abocando a los mismos a producir en un sistema injusto y contrario a la competencia, que obliga a cumplir altos estándares a los productores locales, mientras que se olvida de este cumplimiento para productores de mercados fuera de la UE».
Según la interprofesional, uno de los últimos agravios comparativos están siendo las políticas comunitarias en materia de un supuesto incremento del bienestar animal. «Siendo nuestro sector uno de los más garantistas en este ámbito, normativas alejadas de los hechos contrastados ahogarán de nuevo a todo el sector agroalimentario, abocándolo a una de las mayores crisis de su historia, ya que la rentabilidad y la viabilidad de sus granjas se verá gravemente comprometida».
Para Avianza, estas normativas podrían reducir casi un 70% de la superficie útil de las granjas, exigir inversiones millonarias en nuevas instalaciones o incrementar los costes de producción hasta un punto de no retorno de la viabilidad económica. «Medidas que podrían triplicar el precio de la canal de pollo entero, por ejemplo», explican.
También ponen en el punto de mira el nuevo reglamento europeo de transporte de animales, «cuya aplicación no tiene en cuenta ni las condiciones climáticas de un país como España, ni tampoco las condiciones de trabajo del sector».
«Por ello pedimos contar con la visión de todos los agentes implicados para llegar a soluciones satisfactorias en todos los aspectos, y no seguir regulando de espaldas, no sólo a los productores, sino a los propios ciudadanos, que serán los principales perjudicados por la reducción del autoabastecimiento alimentario europeo».