El pasado 5 de febrero tuvo lugar en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) la presentación de la campaña "Semillas Certificadas", organizada por la Oficina Española de Variedades Vegetales (OEVV) y que fue inaugurada por Esperanza Orellana, directora general de Producciones y Mercados Agrarios.
Campaña «Semillas Certificadas»: comenzar por el principio
Orellana recalcó el mensaje de que «la semilla es el principio de todo, tanto como garantía inicial de la cantidad y calidad/sanidad de la producción, como de la mejora de los rendimientos.
Se trata del primer eslabón de la cadena agrícola, añadió la directora general, y de ahí la importancia de informar continuamente y de poner en valor el trabajo de los técnicos en el ámbito de la producción, control, supervisión y certificación de este insumo clave en la actividad agrícola ante factores como el cambio climático, la eficiencia y rentabilidad de los cultivos, la resistencia a plagas y la sostenibilidad general del sector agroalimentario.
Orellana avanzó los últimos datos estadísticos disponibles sobre la semilla certificada en España, señalando que en la campaña pasada 2017/18 la producción fue de algo más de 400 millones de kilos de semillas certificadas, que se cosecharon en unas 185.000 hectáreas de superficie de cultivo sembrada en las diferentes comunidades autónomas.
En esta jornada de comunicación se presentó el vídeo-informativo «Semillas Certificadas» por parte de José Antonio Sobrino Maté, subdirector general de Medios de Producción, en el que se resalta de forma sencilla y divulgativa todos los pasos del procedimiento que sigue la semilla, desde su origen en los campos de ensayo, hasta su distribución a los agricultores, con especial énfasis en la plena colaboración entre las distintas administraciones públicas (UE, MAPA y CC.AA.).
Entrando más en detalle, Catalina Sanz, jefa de Área de la OEVV, hizo un breve repaso al proceso de producción y comercialización de semillas, empezando por señalar que la norma básica que se tiene en cuenta para la producción y comercialización de semillas en nuestro país sigue siendo la Ley 30/2006, de 26 de julio, de semillas y plantas de vivero y de recursos fitogenéticos, junto con el Reglamento General Técnico de Control y Certificación de Semillas y Plantas de Vivero y los reglamentos específicos de cada especie o grupo de especies (cereales, forrajeras, oleaginosas, maíz, sorgo, patata de siembra, remolacha azucarera, textiles, hortícolas).
Tanto la producción, como el comercio de semillas son actividades reguladas y sujetas a autorización y control administrativo. El sistema de certificación lo que hace es garantizar la calidad de la semilla en origen, así como su trazabilidad, homogeneidad, pureza específica y varietal, germinación, sanidad, humedad y ausencia de otras semillas no deseadas en la siembra.
Para que pueda comercializarse una variedad determinada, ésta deberá estar inscrita en el Registro de Variedades Comerciales o en el catálogo común de variedades de la Unión Europea.
Para la comercialización de semillas se establecen requisitos específicos de precintado, envasado y etiquetado. Se comercializan en lotes homogéneos y correctamente identificados por razones de trazabilidad que cuentan con diferentes categorías comerciales (prebase, base, certificada, estándar).
Pero, ¿qué es la certificación de semillas? Esta se define como el conjunto de operaciones de control que se realizan oficialmente de forma documentada para constatar que la producción de un material vegetal determinado cumple con los requisitos legales, de acuerdo con la categoría del material de que se trate.
Este sector está también muy regulado a nivel comunitario (certificación UE o CE), mediante directivas, decisiones y otras normativas que intervienen sobre la gran mayoría de estos materiales de multiplicación, así como a través de un sistema UE de certificación que exige unos requisitos mínimos a cumplir obligatoriamente en su producción y comercialización dentro de este territorio, incluyendo también las importaciones.
Sistema OCDE
Además del sistema de certificación UE de semillas, existe desde 1958 otro sistema internacional (Certificación OCDE), de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a los países más desarrollados, en el que España está adscrita y que es utilizado para la exportación de estos materiales a países terceros.
Como objetivos, este sistema se propone fomentar la producción y el uso de semillas de alta calidad en los países participantes; proporcionar un marco jurídico para la certificación varietal de las semillas destinadas al comercio internacional, a través de la adopción de normas y definiciones comunes; armonizar los procedimientos para la certificación; reducir obstáculos técnicos al comercio y costes de transacción, y recopilar una amplia lista de variedades elegibles para la certificación (actualmente 200 especies y 54.000 variedades).
A diferencia del sistema de certificación UE, en el que las autoridades de control y certificación son las CC.AA., en el sistema OCDE la autoridad designada es el MAPA, a través de la OEVV, que realiza bajo su responsabilidad la gestión y tramitación de las certificaciones bajo este sistema (exportación de semillas).
Entre otros trabajos incluye la concesión de numeración de lotes y etiquetas (creación de bases de datos); propuesta de inclusión de variedades y de conservadores en el catálogo OCDE, o retirada en su caso; realización de los acuerdos de multiplicación en otro país; recepción y archivo de los análisis internacionales (ISTA), emitidos por el Instituto Nacional de Investigación Agraria y Tecnologías Agroalimentaria (INIA); emisión de certificados OCDE para exportación; envío a la OCDE de estadísticas de certificación de este sistema, así como de los resultados de los ensayos de pre y post-control de semilla certificada OCDE, de carácter obligatorio, igualmente completando el modelo oficial, e intercambio de información con esta organización (participación en grupos de trabajo y reuniones anuales).
La OEVV es la encargada de coordinar la certificación bajo el sistema UE con las CC.AA. y con las entidades productoras. Este sistema de certificación es de competencia autonómica y la OEVV se encarga de hacer un seguimiento de los trabajos de los servicios regionales competentes en cuanto a la aplicación de la normativa europea y española de semillas, así como de coordinar entre la Administración del Estado, sector productor, sector comercializador y CC.AA. los temas relacionados con la certificación de semillas, y de asesorarlos en este ámbito.
Por su parte, Victor De Felipe Aguilera, jefe de Servicio de Certificación de Semillas, repasó las últimas estadísticas de certificación de semillas en nuestro país, referidas a la pasada campaña de comercialización 2017/18.
La producción de semilla certificada en la campaña citada fue de 402, 2 millones de kilos, un 12% menos que en 2016/17, que alcanzó casi 455,82 millones, debido a la fuerte sequía que redujo considerablemente la cosecha de cultivos herbáceos. Aún así , fue un 16% superior a la producción de 2015/16, que se quedó en 392,37 millones de kilos.
Cinco CC.AA. concentraron un 86% de la producción total, con algo más de 346 millones de kilos, quedando el otro 14% y algo menos de 56 Mkg en el resto. La primera Comunidad productora de semilla certificada en 2017/18 fue Aragón, con un 19% del total y casi 77,7 Mkg, seguido de Castilla-La Mancha, con un 18% y casi 72,4 Mkg; Andalucía, con otro 18% y 71,93 Mkg; Castilla y León, con un 16% y 62,2 Mkg, y Cataluña, con un 15% y cerca de los 61,2 millones.
Un 88% de toda la producción de semillas certificadas fue de cereal, con 354 Mkg; otro 4% de leguminosas grano; 3,5% de leguminosas forrajeras; un 2% de patata de siembra; un 1% de gramíneas forrajeras; un 0,5% de plantas textiles y apenas un 0,01% de semillas hortícolas.
Dentro de los cereales, la producción de semilla certificada de cebada fue la predominante. De hecho, copa 4 de las 10 primeras variedades de cereal certificado (RG Planet, Meseta, Pewter e Hispanic) y cierra el Top 10 con la variedad Nurf; otro 28% del total fueron de trigo blando (con variedades, como Arthur Nick, en quinto lugar, Marco Polo, 8º y Don Ricardo, 9º); un 17% de trigo duro (con variedades, como Athoris, 6º lugar y Amilcar, en el 7º del Top 10); otro 5% de arroz y de triticale, respectivamente; un 3,5% de avena y un 1% de centeno.
En leguminosas grano, un 86% de la semilla certificada fue de guisantes; otro 12% de habas; un 1,9% de garbanzos; un 0,5% de lentejas y un 0,1% de altramuz y, por último, en leguminosas forrajeras, un 84% de la semilla certificada total fue de veza común; otro 8% de alfalfa, un5% de veza vellosa; un 3% de yeros y un 0,35% de esparceta.
Durante la campaña pasada se contó con 869 variedades de 43 especies distintas. Un 98% del total de la semilla certificada fue producida en España y solo el 2% fue importada. A su vez, un 92% del total fue de semilla precintada y 8% reprecintada.
En la jornada, celebrada en la sede del Ministerio de Agricultura, intervinieron también Juan Tomás Alonso, jefe de Sección del Servicio de Agricultura de Castilla-La Mancha, una de las CC.AA., con mayor producción de semilla certificada en los últimos años, que explicó el procedimiento para certificar en esta Comunidad.
También participó César González García, técnico de la Estación de Ensayos de Semillas y Plantas de Vivero del INIA, que ofreció detalles del trabajo realizado de los análisis internacionales que llevan a cabo para la certificación de semillas, según normas ISTA, y que se encarga de emitir dicho instituto.
La OEVV y las CC.AA., interesadas en favorecer el mantenimiento de la calidad de la semilla certificada, realizan los correspondientes ensayos de pre y post-control nacional, según las especies, para poder conocer el comportamiento de los lotes ensayados, antes de iniciar las inspecciones oficiales de las fincas sembradas con dichos lotes y declaradas por los productores a las CC.AA, y comprobar también la calidad de los lotes comercializados.
Ensayos de pre y post-control
Los ensayos de pre-control se realizan en lotes de semillas destinados a nuevas multiplicaciones (prebase, base y R1 para producir R2) y sirven para confirmar la buena conservación de las variedades y la adecuación de la semilla a los requisitos de identidad, pureza y sanidad, impuestos por la normativa vigente.
Los ensayos post-control tienen por objeto comprobar el buen funcionamiento del sistema de certificación por medio de verificaciones de la identidad, de la pureza varietal o específica, y se realizan sobre muestras de lotes de semillas puestas en comercio (certificada, R1 y R2).