El índice de precios de los alimentos de la FAO –que mide la variación mensual en el mercado internacional e incluye la media ponderada de los precios de cinco grupos principales de alimentos básicos- alcanzó en julio un promedio de 179,1 puntos, su valor más alto desde enero de 2015, con un incremento de 2,3% respecto a su nivel de un año antes.
Cereales, azúcar y lácteos impulsaron el índice de precios de los alimentos básicos de la FAO en julio
La subida del pasado mes fue de 3,9 puntos que en junio y registró así el tercer incremento mensual consecutivo. Con esta última subida, el índice se sitúa casi 16,6 puntos (un 10,2 %) por encima de su valor hace un año y alcanza su nivel más alto desde enero de 2015.
Una combinación de limitaciones de la oferta y fluctuaciones cambiarias respaldó los precios de la mayoría de los cereales, el azúcar y los productos lácteos. En cambio, los valores de la carne se mantuvieron estables con respecto al mes anterior, mientras que el índice de precios de los aceites vegetales cayó.
El índice de precios de los cereales de la FAO registró en julio un promedio de 162,2 puntos, esto es, casi 8 puntos (un 5,1 %) menos que en junio y 14,1 puntos (un 9,5 %) menos que en julio de 2016.
Los precios de los cereales han aumentado constantemente a lo largo de los últimos tres meses, impulsados por la subida de los precios del trigo y también, aunque en menor medida, por el fortalecimiento de las cotizaciones del arroz.
Los valores del trigo fueron los que más aumentaron en julio, debido a que la prolongación del tiempo caluroso y seco provocó un deterioro de las condiciones del trigo de primavera en América del Norte, lo que dio lugar a preocupaciones acerca de la calidad, especialmente del trigo más rico en proteínas.
Las restricciones estacionales también sustentaron en cierta medida las cotizaciones del arroz, aunque los aumentos fueron limitados por el descenso de la demanda.
En cambio, los valores del maíz se mantuvieron fundamentalmente estables, ya que el efecto alcista del incremento de las compras en el extranjero de China fue contrarrestado por la mejora de las condiciones atmosféricas en los Estados Unidos de América.
Por su parte, el índice de precios de los productos lácteos de la FAO registró en julio un promedio de 216,6 puntos, esto es, 7,6 puntos (o un 3,6 %) más que en junio y 74,3 puntos (un 52,2 %) por encima de su valor en julio de 2016.
A pesar de este último incremento, el índice sigue estando un 21 % por debajo del máximo alcanzado en febrero de 2014. Se incrementaron los precios internacionales de la mantequilla, el queso y la leche entera en polvo, mientras que los de la leche desnatada en polvo descendieron.
La limitación de las disponibilidades exportables empujó los precios de la mantequilla hasta un nuevo récord en julio, con lo que el diferencial entre las cotizaciones de la mantequilla y las de otros productos lácteos aumentó ulteriormente.
Pese a que una dinámica actividad compradora de los importadores asiáticos sostuvo también las cotizaciones del queso y la leche entera en polvo, los precios de la leche desnatada en polvo se vieron deprimidos a causa de la escasa demanda y las perspectivas de mayores ventas procedentes de las existencias para imprevistos de la Unión Europea.
Asimismo, el índice de precios del azúcar de la FAO registró en julio un promedio de 207,5 puntos, es decir, 10,2 puntos (un 5,2 %) más que en junio, pero aún así un 26 % por debajo de su valor un año antes. Julio marcó el primer aumento mensual de los precios del azúcar desde el comienzo del año.
El motivo principal del repunte de las cotizaciones del azúcar en julio fue la marcada apreciación del real brasileño, aunque las condiciones climáticas en general favorables ayudaron a la cosecha en el Brasil, el mayor suministrador mundial, así como al desarrollo de los cultivos en Tailandia y la India.
A su vez, el índice de precios de los aceites vegetales de la FAO se situó en un promedio de 160,4 puntos en julio, lo que supone un descenso de 1,8 puntos (o el 1,1 %) con respecto a junio y constituye su valor más bajo desde agosto de 2016. La disminución se debió al aceite de palma, el producto clave del índice.
Las cotizaciones internacionales del aceite de palma siguieron disminuyendo a causa de las buenas perspectivas sobre la producción en el sudeste de Asia y la débil demanda de importación, pese a los bajos niveles de las existencias.
Por otra parte, los precios mundiales del aceite de soja se reforzaron, alimentados por preocupaciones relativas a las condiciones de cultivo de la soja en los Estados Unidos de América, ya que se informó de que el tiempo era inusualmente seco en varias regiones productoras. Los valores de los aceites de colza y de girasol también se robustecieron, lo que evitó una caída más pronunciada del índice.
Por último, el índice de precios de la carne de la FAO se situó en julio en un promedio de 175,1 puntos, prácticamente sin cambios desde junio. A este nivel, el índice se encuentra un 8,2 % por encima de su valor en julio de 2016 y un 17,4 % por debajo de su nivel máximo, alcanzado en agosto de 2014.
El incremento de los precios internacionales de la carne ovina en julio fue contrarrestado por los movimientos a la baja de los precios en los sectores bovino, porcino y avícola.
En el caso de la carne de bovino, los precios cayeron debido al debilitamiento de la demanda de importación en los Estados Unidos de América causado por un aumento de los suministros nacionales.
Dado que los mercados mundiales de carne de cerdo y de aves de corral continuaron estando bien abastecidos, los precios internacionales podrían haber disminuido aún más si no hubiera sido por la fuerte demanda de los consumidores. Los precios de la carne ovina subieron por cuarto mes consecutivo, como resultado de la reducción de los suministros exportables de Oceanía.
A diferencia de otros grupos de productos básicos, la mayoría de los precios utilizados en el cálculo del índice de precios de la carne de la FAO no se encuentra disponible en el momento del cómputo y publicación del índice de precios de los alimentos de la Organización; por tanto, el valor del índice de precios de la carne de los meses más recientes se deriva de una combinación de precios previstos y observados.
En ocasiones, esto puede hacer precisas revisiones significativas del valor final del índice de precios de la carne de la FAO que, a su vez, podrían influir en el valor del índice de precios de los alimentos de la Organización.
Foto: www.fao.org. Venta de quesos y mantequilla en un mercado urbano de Mongolia.