No hay que llevarse a engaño. En el sector lácteo español no existe una planificación de la oferta de leche de vaca, y mucho menos en la de oveja o de cabra, como la que podría darse más o menos en Francia, y es muy difícil que la pueda haber, incluso contando con hipotéticas ayudas de Estado o comunitarias (¿?) al sector ganadero.
Control sin planificación de la producción de leche en España
Alfredo López. Redacción AgroNegocios.
Lo que sí que existe y de forma bastante desordenada, como consecuencia también del final del régimen de cuotas y de la libertad comercial total, es un control de la producción de leche por cada empresa o por cada primer comprador, aparentemente cada cual a su manera y en función de lo que dicten sus propios intereses económicos.
Hay que volver a decirlo, aunque sea algo tan evidente y de perogrullo: nadie puede obligar a nadie a producir o a dejar de producir, a comprar o a dejar de comprar leche cuando quiera, a quien quiera y allí donde quiera. Ya no hay leche “negra”, fuera de cuota, toda es de curso legal.
Apenas hicimos caso a lo del “aterrizaje suave”, ni tampoco preparamos al sector lácteo para el fin real del régimen de contingentación o de limitación productiva. Y, en cambio, lo que ha sucedido es un aterrizaje forzoso y de urgencia, que cada día se está llevando por delante a los productores de leche menos preparados y menos competitivos.
No existe planificación, porque es posible que algunos no la hayan querido tampoco, pero sí un control de la producción lechera que ejercen aquellos que compran la leche de vaca y que buscan hacer negocio, pero un negocio rentable (cuanto más mejor), con la misma.
¿Quién paga la factura de ese control? Pues los paganos de siempre, los ganaderos, los que producen y venden el litro de leche, en muchas ocasiones, a un precio increíblemente inferior al que cuesta en el mercado un litro de agua mineral.
No la paga, por supuesto, la distribución comercial que se ha permitido el “lujo” de no ajustar márgenes e incluso de subir un poco el PVP de la leche al consumidor para que luego no les digan, critiquen o denuncien que están vendiendo “a pérdida”. Y cuando en algunos casos hasta se vanaglorian afirmando en algunas reuniones que, cuidado, que tienen ofertas suficientes de leche como para que pudieran hacerlo sin mayor problema.
Pero así les va bien también, porque ganan más y, además, se evitan disgustos a la hora de comercializar un producto básico de consumo diario.
El control sobre la oferta de leche lo ejerce quien la compra: industrias lácteas y otros primeros compradores, al fijar un sistema de cuotas “virtuales” a cada uno de sus proveedores según sople el viento de sus propios intereses económicos y comerciales.
Un porcentaje variable de leche se contrata de acuerdo a cómo se mueva el mercado, e incluye índices o referencias a otros mercados, a otros productos lácteos, a precios de determinadas materias primas de la alimentación animal o incluso al IPC. Ese precio base, estaría oscilando ahora mismo entre 0,26 y 0,30 €/litro, más o menos calidades. Esa sería la leche de cuota tipo A.
Luego hay otro porcentaje de leche, variable en volumen, que la denominan “excedentaria” y que, al parecer, es la que sobrepasa la cantidad que fue entregada en un mes concreto de la última campaña 2014/15, cuando aún existían las cuotas. Esta leche también se recoge, pero a un precio muy bajo y claramente inferior a sus costes de producción. Va como destinada para su transformación en polvo, a un precio de entre 0,15-0,21 €/litro, aunque luego se desvíe y termine en el circuito comercial de la leche líquida envasada en brick de marca “blanca” (MDD). Sería la leche de cuota B.
Por último, está la leche de cuota C, la de los ganaderos que no tienen comprador o a quienes se les ha dejado de recoger. Sin precio, ni contrato, deambula sin rumbo y, como mucho, termina entregándose “a resultas” a cualquier cisternista que pase por ahí, cuando no se tira como residuo en las tierras o por el desagüe de la granja. Toda la leche (la A, la B y la C) es buena. La mala es la que sienten ahora con impotencia muchos ganaderos.
El dato
Bloqueo de la venta de la mayor empresa ganadera de Australia a empresas chinas
El Tesoro de Australia anunció el bloqueo de la venta del 80% de la mayor empresa ganadera del país, S.Kidman &Co, al consorcio chino Dakang Australia Holdings por 283 M$ (248 M€), al estimarla contraria al interés nacional. Al 20% restante optaba Australian Rural Capital. Ya en noviembre pasado se impidió su compra por las compañías de capital chino Genius Link Group y Shanghai Pengxin, que ofrecieron 249 M$ (233 M€). Además, la empresa ganadera australiana, fundada en 1989, cuenta con 200.000 cabezas de vacuno y posee el 2,5% del territorio agrícola y el 1,3% de la superficie total de Australia.