Hostelería de España, AECOC y FIAB, Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas, han presentado al Gobierno su Plan de Desescalada Inteligente con un paquete de medidas para recuperar la actividad del sector minimizando las pérdidas económicas.
Covid-19: la cadena de valor de la hostelería presenta sus medidas para minimizar el impacto económico
El paquete de medidas incide en la importancia de resolver el problema de liquidez al que se enfrentan los establecimientos hosteleros. Para ello, se plantea el establecimiento de microcréditos, en torno a 25.000 de rápida concesión, y la suspensión de los alquileres o rentas de los arrendamientos de los locales de negocio por causas de fuerza mayor desde la fecha de entrada en vigor del Estado de Alarma y que se adecúe un sistema de pago flexible de rentas al menos hasta diciembre de 2020, en proporcionalidad al potencial y expectativas de ventas del propio sector.
Con la finalidad de minimizar la pérdida de empleo en el sector, las tres entidades proponen también flexibilizar los ERTEs para todo el sector hostelero, y extender su duración y seguridad jurídica por fuerza mayor hasta la normalización de la actividad turística.
Además del paquete de medidas económicas, el informe presentado al Gobierno tiene como objetivo garantizar una demanda segura en hostelería para lo que el documento propone diversas medidas que fomenten la seguridad en el consumo. Algunas de ellas son la distancia interpersonal de 1,5 metros como ya se hace en Alemania (al contrario que el criterio actual que prima en España, que se fija en el aforo y no en la distancia interpersonal) o la eliminación definitiva de las franjas de edad para la realización de actividades, para que se pueda acompañar la vuelta a la actividad económica con la movilidad de los potenciales clientes.
El informe recoge también el ‘Sistema Integral de medidas para la reapertura segura del sector’, una iniciativa trabajada por Hostelería de España que detalla las medidas para prevenir el contagio por Covid-19 incorporadas en la Guía elaborada con el ICTE (Instituto para la Calidad Turística Española) con el consenso de sindicatos, comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad.
Este sistema tiene como finalidad ayudar al sector a que la reapertura de los establecimientos sea lo más segura posible en las sucesivas fases y reivindica el concepto de seguridad a través de las medidas sanitarias y de prevención, de tal manera que no se limiten aforos, sino que se consiga un aforo seguro.
La finalidad de todas estas propuestas, recogidas en el Plan de Desescalada Inteligente, es ayudar al Gobierno, desde el conocimiento y la realidad del sector, a poner en marcha un plan de desescalada para la hostelería que, desde una “demanda segura”, permita ir recuperando la actividad con el menor impacto económico en los negocios.
El sector de la hostelería en España cuenta con más de 300.000 establecimientos y generaba más de 1,7 millones de puestos de trabajo antes de la crisis. Según datos de un estudio recientemente elaborado por la consultora Bain & Company y la firma de servicios profesionales EY, estos negocios podrían sufrir una pérdida de facturación de hasta el 40% durante este año.
En cuanto a los niveles de liquidez, este mismo estudio apunta a que sin medidas de apoyo para aumentarlos, la necesidad de financiación de las compañías hosteleras para cubrir los gastos fijos operativos durante la crisis fluctuaría entre los 6.000 y los 16.000 millones de euros.
En cuanto al empleo, según los datos del Ministerio de Trabajo, el mes de abril ha registrado 243.000 trabajadores menos en hostelería que en el mismo periodo del año pasado. De los 1,4 millones de empleados que mantiene, 932.0000 se han acogido a un ERTE a causa de la crisis ocasionada por la pandemia y 314.000 son autónomos.
Según los datos que maneja el sector de la hostelería, tras la salida de la crisis podría haber una caída de en torno a un 15% del volumen de establecimientos. El sector afirma que ya se puede hablar de 40.000 empresas con serias dificultades de supervivencia tras la crisis