El Consejo de Ministros aprobó este martes 14 de febrero el Real Decreto 99/2023, por el que se fija elevar la cuantía del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta 1.080 euros brutos mensuales en 14 pagas, es decir, 15.120 euros brutos anuales, tras el acuerdo alcanzado con las organizaciones sindicales CCOO y UGT.
Con esta nueva cuantía, según el Ministerio de Trabajo y Economía Social, el salario mínimo aumenta un 8% y supone un incremento del 47% en los últimos cinco años.
Con esta nueva cuantía, según el Ministerio de Trabajo y Economía Social, el salario mínimo aumenta un 8% y supone un incremento del 47% en los últimos cinco años.
Desde la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA), integrada en la patronal de empresarios CEOE, advierten que esta subida, como sucedió con la anterior, provocará una caída del empleo en el campo, provocando un impacto “dramático” en un sector, que tiene muy serias dificultades, cuando no una clara imposibilidad, para poder trasladarla automáticamente al precio de venta de sus productos.
Este es incluso, más que la cuantía de la subida en sí, el verdadero problema con el que se enfrenta un sector agrario, que también ha tenido que afrontar, por un lado, fuertes subidas de sus costes de producción y, por otro, descensos de producciones por las adversidades meteorológicas en 2022.
Según ASAJA, el aumento de los costes salariales y la reforma laboral hizo caer el empleo en el campo en 86.000 trabajadores durante el pasado año, señalando que, con la última subida aprobada por el Gobierno, el SMI ha aumentado en 344 euros mensuales en los últimos cinco años, con el consiguiente incremento en las bases mínimas de cotización.
A este aumento de los costes salariales hay que añadir los incrementos de precios de prácticamente todos los bienes de producción, como los fertilizantes, los piensos, las semillas, combustibles y energía.
Esta organización agraria denuncia, “con unos costes de producción desorbitados y sin margen de maniobra para poner precio a lo que los agricultores y ganaderos producen, la viabilidad del sector atraviesa un momento crítico y se dispara el número de explotaciones agrarias que se ven abocadas al cierre.”
Aún así, ASAJA advierte que este tipo de subidas reiteradas del SMI pueden conllevar otras, no tan deseadas, como la subida de los precios de los alimentos.
Por el contrario, para Trabajo, con esta subida, de acuerdo con los informes presentados en junio de 2021 y en diciembre de 2022 por la Comisión Asesora para el Análisis del Salario Mínimo Interprofesional se atiende, de un lado, al derecho a una remuneración equitativa y suficiente que proporcione a las personas trabajadoras y a sus familias un nivel de vida digno y, de otro, se culmina el objetivo de que el salario mínimo interprofesional alcance el 60% del salario medio en 2023, dando cumplimiento a lo dispuesto por el Comité Europeo de Derechos Sociales en aplicación de la Carta Social Europea y culminando, de esta manera, el compromiso adquirido por el Gobierno de alcanzar este umbral al término de la actual legislatura.
Además, según ese Ministerio, se garantiza la capacidad adquisitiva de los salarios para hacer frente al coste de la vida, en especial frente a la situación de los precios, y atendiendo a la coyuntura económica general.
De esta manera, España se sitúa en la parte alta del grupo medio de nivel de SMI en la Unión Europea, acorde con su PIB per cápita, y ha evolucionado con un incremento acumulado del SMI del 60,3% entre 2009 y 2022.
El SMI beneficia a las personas trabajadoras con menores ingresos, añade este departamento y, por eso, ha tenido efectos muy positivos para combatir la desigualdad salarial y la pobreza laboral.
Tal y como destacó también la Comisión Asesora, gracias a que aumentaron más los ingresos de los niveles más bajos de la escala retributiva, disminuyó la desigualdad salarial en España.
Por último, el informe de los expertos constata la reducción de la pobreza en los hogares de nuestro país tras el incremento del salario mínimo.
Asimismo, las sucesivas subidas del SMI han permitido estrechar la brecha salarial de género que se ha reducido en casi 4 puntos entre 2019 a 2021.
El real decreto que acaba de aprobarse también fija el salario mínimo de las personas trabajadoras eventuales y de los temporeros, cuyos servicios a una misma empresa no excedan de ciento veinte días, para los que en ningún caso la cuantía del salario podrá ser inferior a 51,15 euros por jornada.
En el caso de la relación laboral de carácter especial del servicio del hogar familiar, se fija el salario mínimo de las empleadas y empleados del hogar que trabajen por horas, en 8,45 euros, por hora efectivamente trabajada. Este incremento se aplica con carácter retroactivo al 1 de enero de 2023.
El real decreto da cumplimiento al artículo 35 de la Constitución Española que garantiza el derecho a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de sus familias.
El citado incremento tiene por objeto seguir haciendo efectivo el derecho a una remuneración equitativa y suficiente en línea con lo establecido por el Comité Europeo de Derechos Sociales que ha interpretado que dicho umbral se sitúa en el 60 por ciento del salario medio para hacer frente al coste de la vida, en especial frente a la situación de los precios, y atendiendo a la coyuntura económica general.
Asimismo, el incremento del salario mínimo interprofesional contribuye a promover un crecimiento y una recuperación de la actividad económica sostenida, sostenible e inclusiva, al cumplimiento de la Agenda 2030, en particular de las Metas 1.2, 8.3 y 10.4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible relativas a la erradicación de la pobreza, la promoción de políticas orientadas a la creación de puestos de trabajo decentes y a la adopción de políticas salariales que logren de manera progresiva una mayor igualdad, en especial entre mujeres y hombres, y a una mayor cohesión social.
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