El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, subrayó ayer, en la clausura en Pamplona de la tercera entrega del Foro Participativo de la Industria Alimentaria sobre el anteproyecto de ley de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario, que esta industria “se ha significado de forma muy importante en la lucha contra el desperdicio alimentario y que con las actuaciones que ha puesto en marcha ha avanzado a pasos de gigante en su reducción."
El 71% de las industrias agroalimentarias disponen ya de una estrategia contra el desperdicio alimentario
Planas ha reiterado la importancia de las inversiones en I+D+i para optimizar los recursos y lograr una mayor vida útil del alimento, mejorar las condiciones de conservación, innovar en el diseño de envases, producir a través de tecnologías limpias o desarrollar cadenas de valor eco-eficientes mediante la incorporación de sistemas digitales orientados a la eficiencia global.
El ministro destacó que en la elaboración del anteproyecto de ley, el ministerio “ha hecho una recopilación del elevadísimo número de buenas prácticas empresariales y sociales que ya existen para combatir el desperdicio alimentario. No partimos de la nada”, y destacó que la industria agroalimentaria “está cada vez más concienciada sobre la necesidad de reducir el impacto económico, en sostenibilidad y ético de este problema.»
Planas recordó que apenas hace unos años las acciones de responsabilidad social relacionadas con el desperdicio se limitaban a donaciones de alimentos excedentarios. Hoy, cerca del 71% de las industrias agroalimentarias disponen ya de una estrategia interna definida para luchar contra el desperdicio; más del 61% de ellas promueve las buenas prácticas; y un 51% impulsa acciones conjuntas con sus proveedores.
En el aspecto de las donaciones, son más del 53% las empresas del sector que tiene acuerdos estables con entidades sociales. “Son datos para contar con orgullo”, ha afirmado.
Esta realidad, junto a la investigación e innovación, la formación de los empleados, el análisis de la eficiencia de los procesos, el control de existencias o el intercambio de información a lo largo de la cadena, entre otros, son ejemplos de prácticas cada vez más implantadas en la industria alimentaria.
Todo ello sitúa a las industrias agroalimentarias en una buena posición para abordar las novedades del proyecto de Ley que Planas ha anunciado que tiene intención de llevar al Consejo de Ministros en primavera para su posterior tramitación parlamentaria.
El ministro recordó las dos metas concretas que se ha propuesto España, dentro de la Estrategia de Desarrollo Sostenible y como parte del Informe Progreso 2021, que se presentó ante las Naciones Unidas el pasado mes de julio durante la celebración del Foro Político de Alto Nivel para el Desarrollo Sostenible.
Se trata de la meta de haber revisado, para finales de 2022 y en colaboración con las instituciones comunitarias, la legislación referente a las fechas de duración mínima, caducidad y consumo. Y de la meta de haber reducido, para el año 2030, la generación de residuos alimentarios (el 50% en el hogar y el comercio minorista y el 20%, en las cadenas de producción y suministro).