El agro europeo «consternado» por el acuerdo político sobre el reglamento de Restauración de la Naturaleza de la UE

El agro europeo «consternado» por el acuerdo político sobre el reglamento de Restauración de la Naturaleza de la UE

El Consejo  de Ministros de Medio Ambiente  de la UE y representantes del Parlamento Europeo alcanzaron este jueves 9 de noviembre un acuerdo político provisional sobre un Reglamento sobre la Restauración de la Naturaleza.

El COPA-Cogeca, la organización que defiende los intereses de los productores agrarios de la UE y de sus cooperativas señaló que «la comunidad agrícola europea está consternada y muy preocupada por el acuerdo político provisional, alcanzado por los negociadores en el diálogo tripartito sobre la Ley de Restauración de la Naturaleza (LRN) en la tarde del 9 de noviembre porque, a pesar de algunas mejoras, el compromiso final general vuelve a ser una propuesta totalmente poco realista para los agricultores y propietarios de bosques.»

 

El COPA-Cogeca, la organización que defiende los intereses de los productores agrarios de la UE y de sus cooperativas señaló que «la comunidad agrícola europea está consternada y muy preocupada por el acuerdo político provisional, alcanzado por los negociadores en el diálogo tripartito sobre la Ley de Restauración de la Naturaleza (LRN) en la tarde del 9 de noviembre porque, a pesar de algunas mejoras, el compromiso final general vuelve a ser una propuesta totalmente poco realista para los agricultores y propietarios de bosques.»

La propuesta reglamentaria busca establecer medidas para restaurar al menos el 20 % de las superficies terrestres y marinas de la UE de aquí a 2030, y todos los ecosistemas que necesiten restauración de aquí a 2050.

En concreto, establece objetivos y obligaciones específicos y jurídicamente vinculantes para la restauración de la naturaleza en cada uno de los ecosistemas enumerados, desde las tierras agrícolas y los bosques, hasta los ecosistemas marinos, de agua dulce y urbanos.

Según la Presidencia española del Consejo, el Reglamento forma parte integrante de la Estrategia sobre la Biodiversidad 2030 y ayudará a la UE a alcanzar sus compromisos internacionales, en particular el marco mundial de las Naciones Unidas para la biodiversidad de Kunming-Montreal acordado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad de 2022 (COP15).

Para Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno en funciones y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España, que ocupa en este segundo semestre la presidencia del Consejo, «nos enfrentamos a una realidad cada vez más dramática: la naturaleza y la biodiversidad de la UE están en peligro y deben protegerse. Estoy orgullosa del indispensable acuerdo alcanzado entre el Consejo y el Parlamento sobre una Ley de Restauración de la Naturaleza, la primera de este tipo. Nos ayudará a reconstruir niveles saludables de biodiversidad en todos los Estados miembros y a preservar la naturaleza para las generaciones futuras, al tiempo que luchamos contra el cambio climático y seguimos comprometidos con nuestros objetivos climáticos.»

Las nuevas normas contribuirán a restaurar los ecosistemas degradados en los hábitats terrestres y marinos de los Estados miembros, a alcanzar los objetivos generales de la UE en materia de mitigación y adaptación al cambio climático y a mejorar la seguridad alimentaria.

El Reglamento exige a los Estados miembros que establezcan y apliquen medidas para restaurar al menos el 20 % de las superficies terrestres y marítimas de la UE de aquí a 2030.

En concreto, el Reglamento abarca una serie de ecosistemas terrestres, costeros y de agua dulce, incluidos los humedales, los pastizales, los bosques, los ríos y los lagos, así como los ecosistemas marinos, incluidas las praderas marinas y los lechos de esponjas y corales (enumerados en los anexos I y II).

Además, exige a los Estados miembros que adopten medidas, de aquí a 2030, para restaurar al menos el 30 % de los tipos de hábitats enumerados en ambos anexos que se encuentren en malas condiciones.

Hasta 2030, los colegisladores acordaron que los Estados miembros deben dar prioridad a los espacios Natura 2000 a la hora de aplicar las medidas de restauración establecidas en el Reglamento.

Por otro lado, los Estados miembros también deben establecer medidas para restaurar al menos el 60 % de los hábitats en mal estado de aquí a 2040 y al menos el 90 % de aquí a 2050. Se agregó una flexibilidad adicional para hábitats muy comunes y extendidos.

Requisito de no deterioro

El texto incluye la obligación de evitar el deterioro significativo de las zonas objeto de restauración que hayan alcanzado un buen estado y de las zonas en las que se encuentren los hábitats terrestres y marinos enumerados en los anexos I y II.

Los colegisladores acordaron que este requisito se basara en el esfuerzo. El requerimiento se medirá a nivel de tipo de hábitat.

En las últimas décadas, la abundancia y diversidad de insectos polinizadores silvestres en Europa han disminuido drásticamente. Para hacer frente a esta situación, el Reglamento introduce requisitos específicos para que los Estados miembros establezcan medidas para revertir el declive de las poblaciones de polinizadores de aquí a 2030 a más tardar.

Sobre la base de los actos delegados adoptados por la Comisión para establecer un método científico para el seguimiento de la diversidad y las poblaciones de polinizadores, los Estados miembros tendrán que supervisar los avances a este respecto, al menos, cada seis años a partir de 2030.

Obligaciones específicas de los ecosistemas

El Reglamento establece requisitos específicos para diferentes tipos de ecosistemas.

El texto exige a los Estados miembros que adopten medidas destinadas a lograr tendencias crecientes en al menos dos de los tres indicadores siguientes: el índice de mariposas de pastizales; la proporción de tierras agrícolas con características paisajísticas de alta diversidad (HDLF); el stock de carbono orgánico en el suelo mineral de las tierras de cultivo.

También establece objetivos con plazos concretos para aumentar el índice de aves de las tierras agrícolas comunes a nivel nacional.

Los colegisladores acordaron ofrecer flexibilidad a los Estados miembros a la hora de rehumedecer las turberas, ya que algunas se verán afectadas de manera desproporcionada por estas obligaciones.

El texto establece objetivos para restaurar el 30% de las turberas drenadas bajo uso agrícola para 2030, el 40% para 2040 y el 50% para 2050, aunque los Estados miembros que se vean fuertemente afectados podrán aplicar un porcentaje menor.

Las medidas de restauración incluyen la rehumectación de los suelos orgánicos que constituyen turberas drenadas, lo que ayuda a aumentar la biodiversidad y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Los colegisladores también acordaron que la consecución de los objetivos de rehumectación no implica una obligación para los agricultores y los propietarios privados.

Ecosistemas forestales

Según el texto acordado, los Estados miembros deberán adoptar medidas para mejorar la biodiversidad de los ecosistemas forestales y lograr tendencias crecientes a nivel nacional de determinados indicadores, como la madera muerta en pie y en reposo y el índice común de aves forestales, teniendo en cuenta el riesgo de incendios forestales.

Los colegisladores también añadieron una disposición en la que se pide a los Estados miembros que contribuyan a la plantación de al menos tres mil millones de árboles adicionales de aquí a 2030 a escala de la UE.

Ecosistemas urbanos y conectividad fluvial

Por lo que respecta a los ecosistemas urbanos, el Consejo y el Parlamento acordaron que los Estados miembros deberían lograr una tendencia creciente en las zonas verdes urbanas hasta alcanzar un nivel satisfactorio.

También acordaron que los Estados miembros deben garantizar que no se produzca una pérdida neta de espacios verdes urbanos y de cobertura arbórea urbana entre la entrada en vigor del Reglamento y finales de 2030, a menos que los ecosistemas urbanos ya tengan más del 45 % de espacios verdes.

El acuerdo provisional incluye la obligación de que los Estados miembros identifiquen y eliminen los obstáculos artificiales a la conectividad de las aguas superficiales, con el fin de convertir al menos 25.000 km de ríos en ríos de flujo libre para 2030 y mantener restaurada la conectividad natural de los ríos.

Planes nacionales de restauración

Con arreglo a las nuevas normas, los Estados miembros deben presentar periódicamente a la Comisión planes nacionales de restauración, en los que se indique cómo van a cumplir los objetivos. También deben supervisar e informar sobre sus progresos.

Los colegisladores optaron por un enfoque gradual. En primer lugar, los Estados miembros presentarían planes nacionales de restauración que abarquen el período hasta junio de 2032, con una visión estratégica para el período posterior a junio de 2032.

A más tardar en junio de 2032, los Estados miembros presentarían planes de restauración para los diez años hasta 2042 con una visión estratégica hasta 2050, y a más tardar en junio de 2042 presentarían planes para el período restante hasta 2050.

El texto permite a los Estados miembros tener en cuenta sus diversas necesidades sociales, económicas y culturales, sus características regionales y locales y su densidad de población, incluida la situación específica de las regiones ultraperiféricas, a la hora de establecer sus planes.

El acuerdo provisional introduce una nueva disposición por la que se encomienda a la Comisión la presentación de un informe, un año después de la entrada en vigor del Reglamento, con una visión general de los recursos financieros disponibles a escala de la UE, una evaluación de las necesidades de financiación para la ejecución y un análisis en el que se determinen los posibles déficits de financiación.

Cuando proceda, el informe también incluiría propuestas de financiación adecuada, sin prejuzgar el próximo Marco Financiero Plurianual (MFP, 2028-2034).

Los colegisladores también acordaron introducir una disposición que aliente a los Estados miembros a promover los regímenes públicos y privados existentes para apoyar a las partes interesadas que aplican medidas de restauración, incluidos los administradores y propietarios de tierras, los agricultores, los silvicultores y los pescadores.

El texto también aclara que los planes nacionales de restauración no implican la obligación de que los países reprogramen la financiación de la política agrícola común (PAC) o de la política pesquera común (PPC) en el marco del MFP 2021-2027 para aplicar el presente Reglamento.

Revisión y freno de emergencia

El acuerdo provisional fija la fecha de 2033 para que la Comisión revise y evalúe la aplicación del Reglamento y sus repercusiones en los sectores agrícola, pesquero y forestal, así como sus efectos socioeconómicos más amplios.

El texto también introduce la posibilidad de suspender la aplicación de las disposiciones del Reglamento relativas a los ecosistemas agrícolas durante un máximo de un año, mediante un acto de ejecución, en caso de acontecimientos imprevisibles y excepcionales fuera del control de la UE y con graves consecuencias para la seguridad alimentaria a escala de la UE.

Pasos siguientes

Este acuerdo provisional se presentará ahora a los representantes de los Estados miembros en el Consejo (COREPER) y a la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo para su aprobación.

Si se aprueba, el texto deberá ser adoptado formalmente por ambas instituciones, tras una revisión jurídico-lingüística, antes de que pueda publicarse en el Diario Oficial de la UE y entrar en vigor.

Contexto

El 22 de junio de 2022, la Comisión Europea propuso una Ley de Restauración de la Naturaleza (LRN) en el marco de la Estrategia de la UE sobre la biodiversidad de aquí a 2030, que forma parte del Pacto Verde Europeo.

Más del 80% de los hábitats europeos están en mal estado. Los esfuerzos realizados en el pasado para proteger y preservar la naturaleza no han podido revertir esta preocupante tendencia.

Por este motivo, por primera vez, la propuesta se propone adoptar medidas no solo para preservar la naturaleza, sino también para restaurarla. La propuesta tiene por objeto mejorar el estado de la naturaleza mediante el establecimiento de objetivos y obligaciones vinculantes en una amplia gama de ecosistemas terrestres y marinos.

Los Estados miembros tendrían que poner en marcha medidas de restauración eficaces y basadas en la superficie para alcanzar los objetivos específicos de los ecosistemas.

Con el fin de evaluar las medidas, los Estados miembros tendrían que planificar con antelación mediante la elaboración de planes nacionales de restauración de la naturaleza, en estrecha cooperación con los científicos, las partes interesadas y el público. La propuesta también definiría indicadores de biodiversidad para medir el progreso.

El Consejo alcanzó un acuerdo («orientación general») sobre la propuesta el 20 de junio de 2023 en la reunión del Consejo de Medio Ambiente, mientras que el Parlamento Europeo adoptó su posición el 12 de julio.

El COPA-Cogeca, la organización que defiende los intereses de los productores agrarios de la UE y de sus cooperativas señaló que «la comunidad agrícola europea está consternada y muy preocupada por el acuerdo político provisional, alcanzado por los negociadores en el diálogo tripartito sobre la Ley de Restauración de la Naturaleza (LRN) en la tarde del 9 de noviembre.

 Para esta entidad, «a pesar de algunas mejoras, el compromiso final general vuelve a ser una propuesta totalmente poco realista para los agricultores y propietarios de bosques.»

 Peor aún, añade el COPA-Cogeca, «al reintroducir los ecosistemas agrícolas en la propuesta, que no estaba en su mandato de negociación, el ponente principal del informe del Parlamento Europeo, el español César Luena (S&D) probó suerte en el póquer, obligando al Parlamento a reposicionarse sobre el conjunto de la propuesta

Una cosa es segura para el COPA-Cogeca: «el acuerdo alcanzado ayer por los negociadores institucionales sobre la Ley de Restauración de la Naturaleza reavivará el acalorado debate en Bruselas

Al reintroducir el artículo 9 sobre los ecosistemas agrícolas, los negociadores decidieron volver a situar en el centro del Reglamento muchas disposiciones poco realistas y no presupuestadas, que afectarán a los agricultores y silvicultores europeos, señala esta organización.

En este sentido, el COPA-Cogeca recalca que «conscientes de la brecha entre las ambiciones del texto y la ausencia de medidas compensatorias, los negociadores acordaron una «pausa de emergencia» para 2033 en la agricultura, reconociendo así que esto tendrá graves repercusiones para los sectores productores de alimentos. Y, si añadimos las propuestas sobre la restauración de la Naturaleza a las demás disposiciones de la Estrategia «De la Granja a la Mesa», la ecuación se vuelve rápidamente insostenible sobre el terreno.

Para el COPA-Cogeca, «al no respetar su posición negociadora, el ponente César Luena está presionando a todos los diputados al Parlamento Europeo para que se reposicionen sobre este texto.

Y concluye, esta organización en su declaración que «ningún diputado al Parlamento Europeo puede decir ahora que el texto propuesto para su ratificación no tendrá un impacto importante en nuestra producción, nuestra competitividad, la balanza comercial de la UE o el precio de consumo de millones de europeos.«

El eurodiputado socialista César Luena, ponente del informe parlamentario, destacó que el acuerdo alcanzado anoche entre el Parlamento Europeo y el Consejo sobre la Ley de Restauración de la Naturaleza (LRN) “hará posible la primera ley de biodiversidad europea en 70 años de historia común”.

Luena subrayó que con él “la UE se dota de una política para recuperar nuestros ecosistemas degradados y luchar así contra el cambio climático, en la misma línea de los compromisos internacionales suscritos por la propia Unión”.

El acuerdo incluye los objetivos de restaurar al menos el 20% de las superficies terrestres y marinas de la UE para 2030 y todos los ecosistemas degradados antes de 2050, así como objetivos para restaurar las turberas drenadas y reducir las emisiones del sector agrícola.

Además, establece un freno de emergencia que permitirá suspender temporalmente las disposiciones sobre los ecosistemas agrícolas en circunstancias excepcionales.

Luena, que es vicepresidente de la Comisión de Medio Ambiente (ENVI) de la Eurocámara, recordó que “los socialistas hemos apostado por esta ley desde el principio y nos hemos mantenido firmes en nuestra decisión de alcanzar una posición común del Parlamento que permitiera seguir adelante. Hoy sale ganando la sociedad europea porque ganan nuestros ríos, bosques, mares, humedales y turberas.”

«Quiero agradecer a mis colegas por su trabajo y los cambios positivos que se han realizado en el texto. Acogemos con satisfacción el hecho de que el texto final de esta ley tenga poco que ver con la propuesta original de la Comisión«, afirmó la eurodiputada Christine Schneider. , que participó en las negociaciones del Grupo PPE.

«La propuesta de la Comisión tenía una motivación ideológica, era prácticamente inviable y un desastre para los agricultores, los propietarios de bosques, los pescadores y los entes locales y regionales, especialmente en las zonas densamente pobladas», afirmó Scheider.

Además, añadió, «amenazaba con ralentizar el despliegue de infraestructuras clave y de energías renovables.»

«Es vital para lograr nuestros objetivos climáticos. Nos alegra ver que los demás grupos políticos han avanzado en nuestra dirección en muchas de las principales preocupaciones que tenemos«, subraya Schneider.

«El Grupo del PPE comprobará ahora seriamente el resultado de las negociaciones de hoy ante la Comisión de Medio Ambiente y las votaciones del Pleno, teniendo en cuenta que la restauración de la naturaleza y la consecución de nuestros objetivos climáticos van de la mano con la agricultura y la silvicultura. Sólo así podremos asegurar la estabilidad de Europa seguridad alimentaria», señaló Schneider.

El Partido Popular Europeo calificó como mejoras notables en el texto de la ley, entre otras:

– Ya no existe el requisito de renaturalizar el 10% de las tierras agrícolas, lo que habría reducido considerablemente la superficie de tierras agrícolas disponibles y contribuido a la inflación.

– Un enfoque basado en el esfuerzo basado en el principio de no deterioro, en lugar del enfoque obligatorio de arriba hacia abajo que propuso la Comisión.

– La seguridad alimentaria se ha definido como un objetivo central de la ley, necesario para reducir los precios de los alimentos.

– Los fondos de agricultura y pesca de la UE (PAC y PPC) no se utilizarán para medidas de restauración de la naturaleza.

– Las nuevas reglas no se aplican a proyectos renovables ni a obras de infraestructura clave.

– Un freno de emergencia para congelar objetivos de tierras agrícolas, si la seguridad alimentaria o la producción se ven amenazadas.

– Se ha eliminado el controvertido objetivo de restaurar la naturaleza a su estado de los años 50.

– La restauración de las turberas es voluntaria para los agricultores, no obligatoria.

– Los Estados miembros deben priorizar las zonas Natura 2000, no las tierras de cultivo.

– Para los agricultores, lo que cuenta son los esfuerzos, no los resultados.

 

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