El Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) ha realizado un interesante informe de la aplicación del "greening" (prácticas agroecológicos para la percepción del pago "verde" de la PAC) durante el periodo de seis años de aplicación en España, entre 2015 y 2020, en el que se demuestra el avance positivo, en términos medioambientales, de una serie de prácticas agrícolas, manteniéndose también el pasado año 2020 los efectos verificados desde el primer año de aplicación de esta ayuda PAC.
El FEGA constata el positivo avance medioambiental de las prácticas de «greening» en cultivos y pastos en 2015-2020
Durante 2020, según el FEGA, se mantuvo la evolución positiva respecto de la diversificación de cultivos, lo que supuso una mejora continua en términos de biodiversidad y de beneficio para el suelo.
El monocultivo, que era predominante en 2014, ha ido evolucionando hacia una mayor diversificación de explotaciones agrícolas, con un mayor número de cultivos.
Así, las explotaciones que en 2014 tenían uno, dos o tres tipos de cultivo representaban el 63% del total, porcentaje que se ha ido reduciendo progresivamente hasta 2020, donde alcanzó el 37,5%.
Mientras, las explotaciones sujetas a diversificación, con un tipo de cultivo, son las que más han disminuido en este periodo de seis años: desde un 14% del total en 2014 a solo un 4% en 2020.
De igual forma, el número de explotaciones agrícolas que en 2014 tenían cuatro o más tipos de cultivo, se han ido incrementando desde el 37% del total en ese año al 62,5% en 2020 y, en la actualidad, son las más numerosas. Si en 2014 suponían un 18% del total, en 2020 son el 26% de las explotaciones, seguidas de las explotaciones que registraron 3 cultivos, con un 23% del total.
En relación con las denominadas Superficies de Interés Ecológico (SIE), el FEGA señala en su informe que, en términos absolutos, la superficie total en España sigue manteniéndose, con pequeñas variaciones a lo largo de las seis campanas. citadas.
De acuerdo con los indicadores de Pago Verde, añade el FEGA, en 2020 los principales cultivos de SIE siguen siendo el barbecho SIE y los cultivos fijadores de nitrógeno y, en menor medida, las superficies forestadas.
El FEGA destacar también que, desde 2018, la superficie dedicada a barbechos melíferos se incrementa poco a poco, aunque todavía supone una práctica con poca relevancia estadística.
Todo ello viene a reafirmar en conjunto el gran beneficio medioambiental de la segunda de las exigencias del Pago Verde, según este organismo estatal.
Por otra parte, el FEGA destaca también la importancia que han ido adquiriendo las superficies ocupadas por pastos permanentes como secuestradores de carbono, así como sus beneficios en relación con la lucha contra el cambio climático.
Pastos permanentes
De acuerdo con los datos aportados por las CCAA para los indicadores de Pago Verde, en 2020, la superficie de pastos permanentes en Red Natura 2000 alcanzaron un total de 6.811.215 hectáreas.
A su vez, la superficie correspondiente a los pastos medioambientalmente sensibles en Natura 2000 se ha ido incrementando, hasta alcanzar el pasado año 2.623.763,34 hectáreas.
El FEGA recuerda que la vigilancia y control eficaz de las exigencias de no conversión a otros usos, ni su labranza en este tipo de pastos resulta esencial para el mantenimiento de estas superficies de gran valor medioambiental.
Asimismo, en lo referido al respeto de la práctica de mantenimiento de pastos permanentes, señala el FEGA, el ratio anual (proporción de referencia de los pastos permanentes declarados con respecto de la superficie total agrícola declarada) no disminuye más de un 5%, al igual que en campañas anteriores.
El FEGA concluye, por tanto que, desde el punto de vista medioambiental y de la mitigación del cambio climático, la aplicación de la «ecologización» influye de manera favorable en la reducción de la erosión de los suelos, al mejorar la estructura de los mismos por la introducción de diferentes cultivos, reduciendo además el monocultivo.
Por otra parte, se incrementa el contenido de materia orgánica de los suelos, lo que beneficia la capacidad de retención del agua y el secuestro de carbono; y al introducir nuevas especies y variedades en las explotaciones, se favorece la biodiversidad tanto en la fauna, como en la flora.
Más en detalle en Archivo pdf informe adjunto: Informe_Greening_2020