Fernando Miranda, director general de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha destacado “la necesidad de apostar por una intensificación sostenible del sector agrario, es decir, producir más, con menos recursos y emitiendo menos gases de efecto invernadero (GEI)”. El director general participó en la jornada “El sector agroalimentario como contribuyente al cambio climático”, organizada por al Fundación LAFER, el Instituto de Ingeniería de España, con el apoyo de Grupo Tragsa.
El Gobierno elaborará una ley contra el cambio climático
En este contexto, Miranda aprovechó para adelantar que durante la presente legislatura está prevista la elaboración de una ley contra el cambio climático de ámbito nacional. Otro de los aspectos sobre los que incidió fue “la necesidad de coordinar políticas las agendas y las políticas incluidas en la Política Agrícola Común”. Asimismo, Miranda comentó que el concepto de sostenibilidad medioambiental es un aspecto que están empezando a valorar positivamente, tanto los consumidores como las empresas, convirtiéndolo en un factor de competitividad, y diferenciador en el entorno internacional.
A continuación Sandra Ortega, directora general de Sostenibilidad del Gobierno de Aragón explicó la situación en su Comunidad Autónoma, donde se han reducido las emisiones de GEI en transportes e industria, vinculados al descenso de la actividad económica, pero no en el agroganadero. A este respecto, Ortega resaltó el importante papel que juega la actividad ganadera en Aragón, representando el 25% del ganado porcino, el 11,4% del ovino y el 5% del bovino de España.
Durante su intervención, la directora de Sostenibilidad, mencionó que la percepción social respecto al cambio climático “es la de una amenaza de futuro, que no afecta al sector agroalimentario, y en todo caso como una exigencia ambiental añadida”. Para hacer frente a esta situación, Ortega explicó la puesta en marcha una iniciativa dirigida a los actores del sector, denominada Agroaclima. Este proyecto está orientado a identificar las condiciones de mejora, a través del diagnostico de las posibilidades de contribución real del sistema agroalimentario y los riesgos asociados a los cambios en el clima.
A continuación intervino Felipe Medina, responsable de Cadena Alimentaria de ASEDAS, quien introdujo la necesidad de una comunidad científica que formule una serie de directrices válidas en lo que se refiere al cambio climático, ya que como recordó “la iniciativa privada ha estado en numerosas ocasiones por delante de la normativa”. El reto es que la gran capacidad de generar conocimiento de nuestra comunidad científica sea capaz de alinearse con las necesidades reales de los profesionales del sector, tratando de concentrar los esfuerzos en garantizar una efectiva adaptación de las explotaciones agraria al cambio climático, al menor coste posible, comentó Medina.
Como responsable de Cadena Alimentaria de ASEDAS, quiso poner de relieve que “el objetivo de un supermercado es vender en el día los productos frescos, de ahí que el tema del transporte, vinculado a la eficiencia energética, y el acceso regulado a grandes ciudades, sea crucial”. Por último, mencionó que la gran mayoría de las empresas de supermercados y autoservicios, tienen integrado en su estrategia de negocio las cuestiones más sensibles de cambio climático.
La jornada finalizó con una mesa redonda donde distintos expertos analizaron las perspectivas y soluciones, que puede poner en marcha el sector en relación con los efectos del cambio climático. En concreto, Antonio Vallejo, catedrático de la ETS de Ingenieros Agrónomos de Madrid, habló sobre estrategias de mitigación de emisiones en el sector agrícola. Asimismo, presentó datos sobre los estudios realizados para reducir las emisiones de oxido nitroso, adoptando nuevas estrategias de cultivo.
Jesús Llorente, jefe de Departamento de Gerencia de Producción, Mercados e Industrias Agrarias del Grupo Tragsa, centró su exposición en los retos de la producción agraria ante el cambio climático. En línea con esta cuestión, Llorente recordó que solo el 3% de la tierra está disponible para la producción agrícola y forestal, lo que plantea un enorme desafío ante el aumento de población mundial. El representante de Tragsa recalcó también, el valor de la iniciativa 4X1000 destinada a contribuir a la fijación de carbono de la atmósfera en los suelos y biomasa.
La agricultura de conservación fue abordada por Oscar Veroz, de la Asociación Española de Agricultura de Conservación- Suelos Vivos, destacando entre sus características, la mínima alteración del suelo, la cobertura permanente y la rotación de cultivos. A continuación recordó la necesidad de apostar por estas técnicas, ante el problema cada vez mayor de la pérdida de suelo fértil. Veroz explicó el aumento del efecto sumidero de la agricultura de conservación, ya que en algunos casos “aumenta hasta un 56%, el secuestro del carbono, respecto a la agricultura convencional”.
Las intervenciones en la mesa redonda finalizaron con Agustín del Prado, investigador en Basque Centre for Climate Change (BC3) quien trató cómo reducir las emisiones GEI por parte del sector ganadero. Del Prado incidió en que se debe valorar el potencial de la producción ganadera en rumiantes respecto a su capacidad de producir proteina animal, a partir de biomasa que no compite en la cadena alimentaria humana.
Este encuentro se enmarcó dentro del Ciclo de Jornadas sobre los Efectos del Cambio Climático en el Sector Agroalimentario, que organiza la Fundación LAFER y el Instituto de Ingeniería de España, con el apoyo del Grupo Tragsa. El ciclo finalizará el próximo 28 de noviembre, con un encuentro enfocado a analizar “Las alteraciones en el ciclo hídrico”.