El MAPA designará un laboratorio nacional de referencia en materia de análisis de fertilidad de suelos agrarios
El Ministerio de Agricultura ha elevado a consulta pública hasta el próximo 7 de junio el proyecto de orden por la que se designa el laboratorio nacional de referencia en materia de análisis de fertilidad de suelos agrarios.
El objeto de esta norma, según este departamento, es contar con un laboratorio de probada competencia para la coordinación de la red de laboratorios que habrá de dar servicio a los agricultores que demanden analíticas de suelo para la elaboración de los planes de abonado, conforme a lo establecido en el Real Decreto 1051/2022, de 27 de diciembre, así como futuras necesidades derivadas de nuevas normativas en materia de suelos.
El MAPA recuerda que el Real Decreto 1051/2022, de 27 de diciembre, por el que se establecen normas para la nutrición sostenible en los suelos agrarios, cuya finalidad es prever un marco de acción que permita mantener o aumentar la productividad de los suelos agrarios, a la vez que se disminuye el impacto ambiental y climático de la aplicación en dichos suelos de productos fertilizantes y otras fuentes de nutrientes o materia orgánica.
Entre las principales herramientas que tiene este real decreto para la consecución de sus objetivos, señala este departamento, está la elaboración e implementación de un plan de abonado por parte de los agricultores (art. 5.a), basado en un balance de nutrientes, que incluirá los datos de suelo obtenidos a través de mapas o gracias a analíticas, como se establece en el artículo 6.2 y en las disposiciones sobre la información que debe contener la sección sobre fertilización del cuaderno de explotación (punto 3 del apartado A de la parte I del anexo III del Real Decreto 1311/2012, de 14 de septiembre, por el que se establece el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios).
El objetivo es utilizar los fertilizantes y otros nutrientes agrícolas de forma sostenible
Según indica el MAPA, el citado balance facilitará el cálculo de las dosis a aportar teniendo en cuenta por un lado las necesidades del cultivo en función del rendimiento de cosecha esperado y por otro, la disponibilidad de nutrientes en el suelo, tal y como recogen la parte I (Directrices generales) del anexo III. Cálculo de las necesidades de nutrientes de un cultivo.
Específicamente, en su punto 1.d detalla: “d) Para calcular la cantidad de nutrientes, en particular nitrógeno y fósforo, que habrá que aportar a los cultivos mediante la fertilización, se tendrán en cuenta, como mínimo, los siguientes factores: i. datos de suelo, en particular el contenido en nitrógeno y fósforo”.
De forma concreta, el propio RD 1051/2022, de 27 de diciembre, obliga al MAPA a coordinar el establecimiento de una red de laboratorios de analíticas de suelo (art. 5.b) que será fundamental para dar servicio a los agricultores y que posibiliten la adecuada elaboración de los planes de abonado.
Aunque también existe la opción de utilizar mapas o registros provinciales para la obtención de los datos de suelo, la práctica óptima es la de contar con analíticas que reflejen los parámetros específicos de la parcela objeto de fertilización.
Por otro lado, según el MAPA, la Unión Europea está dando una importancia cada vez mayor al suelo. Ejemplos de ello son la propuesta de Directiva sobre vigilancia y resiliencia del suelo o de Reglamento por el que se establece un marco de certificación de la Unión para las absorciones de carbono, además de la limitación de contaminantes (como metales pesados) en los productos fertilizantes con marcado CE (Reglamento (UE) 2019/1009) con el fin de limitar su acumulación en los suelos.
Por eso, el Ministerio de Agricultura considera que la puesta en marcha de toda esta nueva normativa supondrá un aumento de la demanda de analíticas de suelo, lo que derivará en la necesidad de contar con una amplia y fiable red de laboratorios. Y, por tanto, para el buen funcionamiento de esta red es imprescindible contar con un laboratorio nacional de referencia, que es lo que pretende ahora el MAPA.