"La concesión del Premio Nobel de la Paz al Programa Mundial de Alimentos (PMA) es un reconocimiento conmovedor y conmovedor al trabajo del personal del PMA que arriesga su vida todos los días para llevar alimentos y asistencia a cerca de 100 millones de niños hambrientos. , mujeres y hombres de todo el mundo, personas cuyas vidas a menudo se ven brutalmente destrozadas por la inestabilidad, la inseguridad y los conflictos, afirmó su director ejecutivo", David Beasley.
El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas recibe el Premio Nobel de la Paz
Cada uno de los 690 millones de personas que padecen hambre en el mundo de hoy tiene derecho a vivir en paz y sin hambre.
Este viernes 9 de octubre, el Comité del Nobel noruego centró la atención mundial en ellos y en las devastadoras consecuencias del conflicto. Los choques climáticos y las presiones económicas han agravado aún más su difícil situación. Y ahora, una pandemia global, como la de la COVID-19, con su impacto brutal en las economías y comunidades, está empujando a millones más al borde de la inanición.
Según Beasley, «el Premio Nobel de la Paz no es solo del PMA. Trabajamos en estrecha colaboración con los Gobierno, organizaciones y socios del sector privado, cuya pasión por ayudar a los hambrientos y vulnerables es igual a la nuestra. No podríamos ayudar a nadie sin ellos. Somos una agencia operativa y el trabajo diario de nuestro personal está impulsado por nuestros valores fundamentales de integridad, humanidad e inclusión.»
Para el director ejecutivo del PMA, «donde hay conflicto, hay hambre. Y donde hay hambre, a menudo hay conflicto. Hoy es un recordatorio de que la seguridad alimentaria, la paz y la estabilidad van juntas. Sin paz, no podemos lograr nuestro objetivo global de Hambre Cero; y mientras haya hambre, nunca tendremos un mundo pacífico.»
Beasley, afirmó también que la concesión del premio representa “un reconocimiento humilde y conmovedor” de la labor de su personal que arriesga a diario sus vidas para llevar alimentos y asistencia a cerca de 100 millones de niños, mujeres y hombres que padecen hambre en todo el mundo.
Beasley dijo que los 690 millones de personas que a diario padecen hambre en el mundo tienen derecho a vivir en paz y a no sufrir ese flagelo.
Añadió que, con la concesión del galardón por parte del Comité del Premio Nobel, se quiso dirigir la atención mundial hacia esas personas y hacia las devastadoras consecuencias de los conflictos.
“Las crisis climáticas y las presiones económicas han agravado aún más su difícil situación. Y ahora, una pandemia con su impacto brutal en las economías y comunidades está llevando a millones de personas más al borde de la inanición”, dijo.
El máximo responsable del PMA recordó que su organización trabaja codo a codo con los gobiernos, las organizaciones y socios del sector privado, “cuya pasión por ayudar a los hambrientos y vulnerables es igual a la nuestra”.
“Sin ellos no podríamos ayudar a nadie. Somos un organismo operativo y el trabajo diario de nuestro personal se rige por nuestros valores fundamentales de integridad, humanidad e inclusión.
El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas es la organización humanitaria más grande del mundo, salva vidas en situaciones de emergencia, construye prosperidad y apoya un futuro sostenible para las personas que se recuperan de conflictos, desastres y el impacto del cambio climático.
El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) proporciona asistencia alimentaria a millones de personas en todo el mundo, a menudo en condiciones extremadamente peligrosas y de difícil acceso, ayudó a 97 millones de personas en 88 países.
Foto: Un helicóptero del Programa Mundial de Alimentos (PMA) entregando suministros a la población de Udier, en Sudán del Sur.UNICEF/Peter Martell
La agencia humanitaria más grande del mundo y del sistema de la ONU fue reconocida con el Nobel de la Paz “por sus esfuerzos en la lucha contra el hambre, por su contribución a la mejora de las condiciones de paz en las zonas afectadas por conflictos y por su actuación como elemento impulsor en la prevención del uso del hambre como arma de guerra y de conflicto”, afirmó Berit Reiss-Andersen, presidenta del Comité Noruego del Premio Nobel.
El hambre es inadmisible
El Secretario General de la ONU mostró su satisfacción por la concesión del premio al PMA ya que se encarga de proporcionar asistencia humanitaria “en la primera línea de la inseguridad alimentaria”.
António Guterres recordó que en “un mundo de abundancia, es inconcebible que cientos de millones de personas se acuesten cada noche con hambre” y recalcó que a esa cifra hay que añadirle a la gente que se encuentra “en el abismo de la hambruna debido a la pandemia de COVID-19”.
“Las mujeres y los hombres del PMA se enfrentan a grandes peligro y distancias para proporcionar sustento vital a los afectados por los conflictos, a las personas que sufren a causa de las catástrofes, a los niños y a las familias que no saben cuál será su próxima comida”, resaltó.
El titular de la ONU destacó que las operaciones del PMA están por encima de la esfera política y que el motor de sus operaciones son las necesidades humanitarias.
Al mismo tiempo recordó que subsiste gracias a las aportaciones voluntarias de los Estados miembros de las Naciones Unidas y a las donaciones del público en general.
“Esa solidaridad es precisamente la que se necesita ahora para hacer frente no sólo a la pandemia, sino a otras crisis globales de nuestro tiempo. Sabemos que amenazas actuales como el cambio climático empeorarán aún más la situación de escasez de alimentos”.
Para concluir su mensaje, Guterres felicitó al director ejecutivo del PMA, David Beasley, y a todo el personal del Programa Mundial de Alimentos, por promover a diario los valores de las Naciones Unidas cuando la Organización celebra este año su 75º aniversario.
La ONU y el Premio Nobel de la Paz: Una larga lista de encuentros
Tras este reconocimiento, el Programa Mundial de Alimentos se une a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), las fuerzas para el mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), los ex Secretarios Generales Dag Hammarskjöld y Kofi Annan, y el ex Secretario General Adjunto Ralph Bunche; y la propia Organización como laureados con el Premio Nobel de la Paz.
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