El sector lácteo en España: producción y precios en 2022 y perspectivas en 2023. Por Jorge Santiso y Francisco Sineiro.

El sector lácteo en España: producción y precios en 2022 y perspectivas en 2023. Por Jorge Santiso y Francisco Sineiro.

Durante los últimos 18 meses la subida de precios de la energía y las materias primas han provocado un aumento en los costes de producción, que no han sido compensados por un incremento en los precios de la leche hasta casi un año después; esta situación y la sequía y las elevadas temperaturas registradas han resultado en un descenso de la producción que ha llevado el precio de la leche a valores máximos a finales de 2022.

La evolución para 2023 está sujeta a un elevado grado de incertidumbre, tanto en la oferta como en la demanda; bajo estas condiciones se recomienda el contrato indexado como herramienta de adecuación de los precios a la evolución del mercado.

Por Jorge Santiso Blanco, Francisco Sineiro García. ECOAGRASOC, Universidad de Santiago de Compostela (USC).

Desde mediados de 2021 se observa un comportamiento convulso del mercado de la leche en origen, bajo la influencia de diversos factores que, actuando de forma conjunta, han desequilibrado el mercado.

Tensiones a escala global:

Los aumentos de costes (energía, materias primas), que se inician en la segunda mitad del 2021, provocaron una caída de la producción de leche en los principales países exportadores. Esta caída se intensifica con la guerra de Ucrania y se prolonga hasta el otoño de 2022, agravada por las condiciones climáticas adversas por la sequía y olas de calor en gran parte de Europa.

La caída de la producción global provoca fuertes subidas en las cotizaciones de los llamados “productos lácteos industriales” (mantequilla y leche en polvo), impulsando el precio equivalente de la leche a máximos históricos, por encima de los 60 €/100 kg a mediados de 2022, muy por encima de los picos que se habían registrado en 2007 o en 2013.

Los precios elevados de los productos lácteos en los mercados internacionales se traducen en subidas de los precios de la leche en los países con mayor orientación exportadora (Irlanda, Holanda, Dinamarca, Alemania, Polonia…)

La representación del precio medio de la leche en la Unión Europea (UE) muestra su conexión con el precio equivalente que, con carácter general anticipa los cambios en los precios al productor. En la larga serie temporal analizada, los cambios de tendencia se producen con un desfase de 2-3 meses, como señalan los picos de finales de 2007 y 2013, así como los valles de principios de 2009 y 2016.

La situación actual presenta una singularidad a este respecto: en junio de 2022 se registró el pico del precio equivalente y cinco meses más tarde, el precio medio de la leche en la UE sigue en máximos históricos.

Las tensiones en los mercados en las escalas internacional y en la UE se han transmitido al mercado español, aunque con desfases temporales importantes.

Al contrario de lo que había pasado en los países más orientados a la exportación, en España hubo un retraso considerable en el traslado de los mayores costes de producción a los precios de la leche: tomando como referencia la variación de precios de cada mes con relación al mismo mes del año anterior, el precio medio UE aumenta progresivamente desde abril de 2021, acumulando en 12 meses un diferencial de 10 céntimos de euro por litro de leche. En España, en cambio, las subidas apenas son perceptibles hasta principios de 2022, y el primer salto cualitativo no se produce hasta abril del pasado año.

El retraso en el traslado de los aumentos de los costes a los precios de la leche ha provocado un deterioro del margen económico de los productores. Tomando como referencia el precio umbral (entendido éste como el precio mínimo a percibir para cubrir los costes de producción, añadiendo una retribución por el trabajo no asalariado y descontando los ingresos distintos de la leche las ayudas PAC),  el precio de la leche debería situarse por encima en condiciones normales de rentabilidad, pero cae a este nivel en la segunda mitad de 2021, y queda claramente por debajo en los primeros meses de 2022.

El margen positivo no se recupera hasta la subida de precios de abril, ya señalada, mes a partir del cual se ensancha a medida que suben los precios de la leche y caen ligeramente los costes de producción.

El deterioro del margen, perceptible ya en la segunda mitad del 2021, impulsaría el aumento del desvieje para mejorar la liquidez. Esta reducción del número de vacas en ordeño y los costes, todavía elevados en piensos, fertilizantes y energía, llevaría a descensos en la producción de leche desde la primavera de 2022.

La caída en las entregas de leche se agudiza en los meses de verano bajo condiciones extremas de sequía y olas de calor, con efectos que se prolongan en los últimos meses, a pesar de que las fuertes subidas de precios han permitido una amplia recuperación de los márgenes.

La caída continuada de la producción (en torno al 4% en los últimos meses) acumula una reducción de unas 150.0000 toneladas de leche recogida en las explotaciones en los once meses transcurridos de 2022, rompiendo con la tendencia ascendente que se registraba en la última década.

Esta caída en las entregas se superpone a una mayor demanda de leche para su transformación en productos industriales, segmento con una valorización excepcional en 2022 como hemos señalado y que coincide, además, con la entrada en plena actividad de nuevos operadores.

Como resultado, se observan tensiones en el mercado de leche en origen, con drenaje de cisternas de leche “spot” hacia las plantas de secado y la consiguiente escasez de materia prima en determinadas industrias lácteas, carentes de una red de aprovisionamiento estable.

La evolución del comercio exterior refleja la escasez de materia prima en el mercado lácteo español. El incremento de la entrada de cisternas y la reducción de las exportaciones en el periodo enero-octubre de 2022 sobre los mismos meses de 2021 se resume en un aumento neto de unas 31.000 toneladas de leche disponible (Tabla 1)

Tabla 1.- Evolución del comercio exterior de leche en cisterna (toneladas)

  Ene-Oct 2021 Ene-Oct 2022 Ene-Oct 2022/21
Importaciones 40.859 64.493 23.634
Exportaciones 42.289 34.537 -7.752
Importaciones netas -1.430 29.956 31.386

Fuente: DataComex (MICT)

El adicional de leche importada procede en parte de Países Bajos, pero sobre todo de Portugal, con 45.000 t en enero-octubre de 2022 que doblan las 23.000 t de 2021. La industria láctea portuguesa se vería afectada también por la reducción de la leche importada desde España (de 22.000 t en 2021 a 16 .000 t en 2022). De hecho, la entrada de empresas españolas desencadenaría tensiones en el mercado portugués de leche cruda.

La evolución mensual de la entrada de cisternas de leche entera y de los precios medios de la leche importada reflejan las tensiones en el mercado europeo y las dificultades de la industria láctea para completar sus necesidades de abastecimiento de materia prima.

Hay que destacar, por último, un apunte temporal: el aumento de las importaciones de leche en cisterna se concentra en los meses de la primavera de 2022, cuando se detectan en el mercado español las primeras señales de escasez de materia prima.

A partir del mes de julio, la entrada de cisternas retorna a los niveles estructurales de 2021, lo que se interpreta como la imposibilidad práctica de abastecerse en el mercado exterior.

Esta situación vendría derivada tanto de la caída de la producción en el exterior como de las excepcionales condiciones de valorización de la leche en productos industriales, tal como se ha señalado en los puntos anteriores.

Un balance de disponibilidades y destino de leche cruda permitiría cerrar el marco en el que se ha movido el flujo de materia prima en la industria láctea española y situar los puntos en los que se han registrado las mayores tensiones a lo largo de este año convulso de 2022.

En los epígrafes anteriores se ha destacado la caída de la producción interior en unas 150.000 toneladas (enero-noviembre 2022 sobre el mismo periodo de 2021), compensada sólo en una pequeña parte con una entrada neta de 31.000 t en cisterna (enero-octubre), pero se carece de la información sobre el destino o utilización de la materia prima disponible en los diversos productos lácteos.

EUROSTAT, con los datos de la Encuesta Láctea Mensual (MAPA) aporta información relativa a los diferentes productos lácteos elaborados, lo que permitiría comparar las cantidades de leche utilizadas en 2022 y en 2021.

Lamentablemente esta información no parece consistente: a pesar de una caída de 131.000 t de leche recogida en los meses enero-octubre 2022 sobre el mismo periodo de 2021 (datos coincidentes con los del FEGA, aquí aceptados), los productos elaborados, expresados en equivalente leche, aumentan en 263.000 toneladas. Habrá que esperar a los resultados de la Encuesta Industrial de Productos y de la Encuesta Láctea Anual para poder realizar este balance.

La presión sobre la demanda de leche cruda ha favorecido un aumento progresivo de los precios al productor a lo largo de 2022, destacando las subidas de 4 céntimos en abril, de 6 en octubre y de 3 en noviembre, mes en el que alcanza los 57 euros por 100 kg, unos 22 por encima de los registrados 12 meses antes.

Aunque con un desfase temporal, ya señalado, a finales del 2022 los precios de la leche en España se sitúan al nivel de la media en la UE, una posición inédita desde 2016.

La presión se ha trasladado a su vez a los PVP en el punto de venta de los productos lácteos, a pesar de que como productos de gran consumo son mercados considerados relativamente estables.

Los valores del IPC interanual de diciembre de 2022 para la leche (+37%), el yogur (+25%) y el queso (+22%) están muy por encima de la media del conjunto de alimentos, ya de por sí elevado.

En el caso de la leche envasada, un producto que en España absorbe cerca del 60% de la producción de leche de vaca, las subidas del PVP se han amplificado y adelantado a las registradas en los precios al productor.

Aumentos generalizados en diciembre de 10 céntimos en el PVP de la leche MDD (de marca blanca o de la distribución) de las principales cadenas de distribución han arrastrado al precio medio de la leche hasta 1,09 €/litro, acumulando una subida de 30 céntimos de euro a lo largo del año.

Perspectivas 2023

1) El sector lácteo es extremadamente sensible a los desequilibrios entre la oferta y la demanda. Su impacto sobre los precios ha quedado de manifiesto en 2022. Los factores y efectos más destacados se han analizado en los puntos anteriores, donde se han avanzado los elementos que pueden marcar las perspectivas a corto plazo. Son variables que en unos casos afectan a los mercados globales y en otros están más ligados a la producción o al consumo en nuestros mercados más próximos; son variables sujetas, en todo caso, a un elevado grado de incertidumbre.

2) La incertidumbre en la oferta está ligada a la evolución de los costes de la energía, y materias primas y su relación con los precios de la leche, además de a los riesgos climáticos, con eventos extremos y a cada paso más frecuentes. A corto plazo, la producción puede arrastrar los efectos de la sequía y episodios de calor del último año, tanto en los animales como en los recursos forrajeros para su alimentación.

3) En los grandes países exportadores la producción de leche comienza a recuperarse en otoño de 2022, impulsada por los precios y condiciones climáticas más favorables. Los incrementos de momento son moderados y, con la información disponible a finales de pasado año, no hay elementos de peso que permitan aventurar la persistencia e intensidad de esta recuperación.

4) La producción en Europa sigue sin recuperar los niveles de 2021 y probablemente no se alcancen hasta el comienzo de la primavera; las previsiones de precios a muy corto plazo se sitúan a niveles elevados, aunque con ligeras correcciones para enero 2023. Por el contrario, en Estados Unidos prevén una recuperación de la producción y precios algo más bajos en el próximo año.

5) La incertidumbre en la demanda está ligada a la evolución del conflicto en Ucrania y a la dinámica de la economía global. Preocupa en particular, la escalada de la inflación y el impacto que las subidas de precios puedan tener sobre el consumo de leche y productos lácteos. En la misma línea deberá seguirse la evolución de las importaciones en países relevantes y, en el caso de China, el impacto del cambio de estrategias en torno al COVID.

6) Los precios de los commodities en el mercado internacional se mantienen elevados, aunque han tenido descensos significativos en los últimos meses (salvo en quesos, que siguen firmes). Probablemente sea la respuesta al cambio de tendencia en la producción y un descenso en las importaciones, en especial de China, que pueden estar conduciendo a un reequilibrio entre producción y consumo.

7) El precio equivalente refleja la evolución a la baja de las cotizaciones en la leche en polvo y mantequilla. La pauta histórica del precio equivalente como indicador adelantado de los precios de la leche anuncia un cambio de ciclo, pero la información es todavía escasa y no pueden descartarse movimientos rebote en función de la evolución de la oferta y/o la demanda.

8) En España continúa el descenso de la producción, con una caída del 3% en noviembre. Esta caída se explica en parte por un descenso similar del número de vacas lecheras (unas 28.000 menos, el 3,4% del censo); pero también influyen otros factores, como la reducción del número de explotaciones con entregas (-7% en los 12 últimos meses).

9) En las perspectivas a corto plazo sigue la presión de los costes de producción, en general en niveles altos aunque con tendencia a la baja, salvo los fertilizantes, a la que se suman los efectos arrastrados de la climatología del verano pasado, las dificultades en la contratación de trabajadores y los costes de las inversiones necesarias para relanzar la producción, con dudas sobre la evolución futura del sector que asegure su rentabilización.

10) Es posible que la actividad en algunas industrias lácteas, particularmente queseras, se haya visto alterada por problemas de abastecimiento. El fuerte aumento de las importaciones de queso (50.000 t adicionales en el periodo enero-octubre 2022 sobre 2021) puede ser un indicador de lo señalado, pero la cuestión queda en el aire, a la espera de información sobre productos lácteos elaborados.

11) La elevada tasa de inflación en los productos lácteos, en particular de leche envasada, sólo en parte contrarrestada con la supresión temporal del IVA desde el 1 de enero, no será neutra en los niveles de consumo, aunque de difícil estimación en estos momentos dada la debilidad de la información disponible y las limitaciones para establecer comparaciones con 2021, un año todavía bajo el impacto de las restricciones ligadas al COVID.

12) La escasez de materia prima sigue pesando en el mercado, con precios de la leche en máximos históricos en noviembre y que algunas industrias están trasladando a los primeros meses de 2023.

Los contratos indexados como herramienta válida en situaciones de incertidumbre

En la primera parte del análisis nos hemos detenido en los factores explicativos del comportamiento de la producción y los precios de la leche en 2022; en la segunda, hemos señalado los elementos que nos permiten enmarcar las perspectivas de los mercados a corto plazo. La perspectiva de una mayor estabilidad del sector depende de la restauración del equilibrio entre oferta y demanda, una doble componente sujeta a un elevado grado de incertidumbre, lo que nos impide avanzar en una mayor concreción, conclusión en la que constatamos una amplia coincidencia entre analistas y operadores.

Queremos por ello finalizar el análisis con algunas consideraciones sobre los contratos indexados, una herramienta que estimamos útil para abordar las relaciones entre productores y compradores de leche.

1) La incertidumbre es compatible con el contrato de duración legal mínima de un año, siempre que en el mismo se establezcan las condiciones de adecuación del precio de la leche a la evolución de los mercados. Un precio fijo en el contrato siempre es un factor de riesgo que a lo largo de su vigencia puede acabar perjudicando a una de las partes. Por ello siempre es recomendable acordar un precio indexado, con más motivo en la situación actual de incertidumbre.

2) Con relación a la indexación conviene incidir sobre algunos aspectos que, a nuestro juicio, han limitado su aplicación generalizada:

a) La indexación no reduce la volatilidad del mercado, pero sí aporta estabilidad y transparencia a las relaciones entre productores y primeros compradores.

b) La indexación tiene un carácter neutro, en el sentido de no favorecer en particular a una de las partes, productores o industria.

c) La validez de un contrato indexado debe analizarse considerando un plazo amplio, preferiblemente en cómputo anual, en todo caso más allá de los resultados inmediatos mes a mes (condicionados además por el decalaje en la disponibilidad de la información soporte del índice utilizado).

d) Al pactar un precio inicial acorde con la situación objetiva a la firma del contrato, fuera de especulaciones y perspectivas, la indexación permite adecuar el contrato a situaciones cambiantes.

Para la indexación de los contratos, el sector lácteo cuenta con índices como el A3 elaborado por la interprofesional láctea, INLAC. Este índice integra seis indicadores de mercado: costes de producción (SILUM), precios de la leche en 5 países de nuestro entorno (5EM), precios industriales de productos lácteos (IPRI) y precios de los commodities lácteos (mantequilla, leche desnatada en polvo y quesos). Se trata de un índice que aporta una adecuación aceptable a la evolución del mercado, incluso en condiciones cambiantes.

Una descripción metodológica amplia puede consultarse en:  https://silacinlac.es/sites/default/files/documentos/ficha_indice_a3.pdf.

Para el periodo 2019-2022, tomando como punto de partida el precio medio FEGA del primer trimestre de 2019, el precio indexado a A3 estaría en los primeros años muy próximo a los valores FEGA.

En 2022 se vería afectado por los cambios bruscos registrados a lo largo del año, adelantando la tendencia ascendente de los precios y recortando las últimas subidas de octubre, último mes disponible.

Los resultados en cómputo anual, y a expensas de los indicadores y cálculos con los datos de noviembre y diciembre, ofrecen un grado de coherencia aceptable, confirmando la validez de la indexación A3 como herramienta para acompañar los contratos, incluso en tiempos de incertidumbre como los vividos de 2022 o los que puedan presentarse en 2023.

Artículo adjunto completo con GRÁFICOS:  AQUÍ.

 

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