Nuevas variedades de trigo híbrido, un fungicida que contribuye a incrementar el rendimiento de los cultivos, herramientas digitales y soluciones para un uso más seguro de sus productos, son las propuestas de Basf para dar respuesta a los compromisos que la compañía ha asumido con una agricultura sostenible.
Basf se compromete con una agricultura sostenible a través de objetivos medibles
Durante la rueda un prensa celebrada hoy en streaming Vincent Gros, responsable de la División de Soluciones Agrícolas Basf a nivel global, y Livio Tedeschi, responsable de la División de Soluciones Agrícolas de Basf para Europa, Oriente Medio y CIS, han desgranado esos compromisos que se ha marcado la multinacional avanzando algunas de las soluciones que contribuirán a cumplir con ellos.
«Los agricultores llevan décadas intentando hacer un mejor uso de los recursos naturales cumpliendo al mismo tiempo con las expectativas de los consumidores y de la sociedad. Sin embargo, el incremento de las demandas de los consumidores requiere de una evolución aún más rápida de de las prácticas agrarias. El agricultor tiene que seguir produciendo alimentos saludables a un precio asequible y en cantidad suficiente, al tiempo que cuida de la calidad del agua y de los suelos, mientras se acelera el cambio climático y debe además reducir su huella de carbono. Estamos solo en el principio de una nueva transformación del sistema agrario, y la nuevas tecnologías que estamos desarrollando van a acelerar esta transformación de una forma fantástica», apunta Gros.
Basf ha asumido en este sentido cuatro compromisos con la sostenibilidad en el sector agrario:
- Ayudar a los agricultores a ser más eficientes y resilientes al cambio climático.
- Aumentar en su portfolio el número de soluciones que cada año aportan los agricultores y que contribuyan de forma sustancial a la sosteniblidad.
- Aportar herramientas digitales que ayuden a los agricultores a producir más con menos (a aumentar su rentabilidad mientras reducen su impacto en el medio ambiente).
- Disminuir la incidencia tanto para la salud humana como con el medio ambiente.
«La sostenibilidad es uno de los cuatro pilares estratégicos de Basf junto con la innovación, la digitalización y la experiencia del cliente, y no es nueva para nosotros. Por eso vamos a dar un paso más y comprometernos con cuatro objetivos claros y medibles para impulsar la agricultura sostenible de aquí a 2030», concluía Gros.
«A lo largo de los tres últimos años, hemos experimentado el cambio climático en todas las formas posibles. Hemos vivido sequías, inundaciones, una volatilidad climática extrema y variaciones extremas de temperatura, preguntándonos cuándo volveremos a tener un año normal. Hemos visto también surgir nuevas regulaciones, en unas condiciones económicas cada vez más complicadas, y todo esto está haciendo de la agricultura una actividad más compleja y más arriesgada que nunca antes» añadía Livio Tedeschi para explicar a continuación cuáles son esos objetivos que se ha marcado Basf y cómo esperan cumplir con ellos para poder ayudar a los agricultores a afrontar los nuevos desafíos actuales y del futuro, que solo «será posible a través de la innovación, la digitalización y la cooperación (con otras entidades y empresas)», apuntabaTedeschi.
Cuatro aplicaciones prácticas
En primer lugar, Basf quiere ayudar a los agricultores a reducir en un 30% las emisiones de CO2 por cada tonelada cosechada. Entre las soluciones que ayudarán a conseguir este objetivo se encuentran las variedades de cultivos con alto rendimiento, resilientes al clima y resistentes al estrés, que pueden reducir el impacto en el medio ambiente e incrementar la rentabilidad de las explotaciones en un entorno agrícola exigente. La multinacional alemana está desarrollado unas nuevas variedades de trigo híbrido, resilientes a una amplia gama de condiciones medioambientales que lanzarán hacia 2024-2025, y que no solo van a incrementar los rendimientos y la calidad del grano (aumentando la rentabilidad) sino que además «van a contribuir a la regularidad de los rendimientos» –apuntaba Gros–, haciendo a los agricultores más resilientes frente al cambio climático.
El segundo objetivo de la compañía es aumentar un 7% la cuota anual de ventas de las soluciones que contribuyen sustancialmente a la sostenibilidad, a hacer un uso más eficiente de los recursos naturales y reducir la huella ambiental. Así, por ejemplo, las soluciones basadas en el fungicida Revysol, permiten incrementar la producción de trigo en un 4%, de modo que los agricultores pueden mantener áreas naturales que, en caso contrario, deberían destinarse a un uso agrícola.
El tercer objetivo de la multinacional es dotar a más de 400 millones de hectáreas de uso agrario de tecnologías digitales de aquí a 2030. La utilización de tecnologías digitales permite a los agricultores producir más con menos y aumentar la eficiencia de los procesos agrícolas. Tedeschi ponía como ejemplo una solución digital agronómica, que han desarrollado en colaboración con Bosch, que incluye cámaras y tecnología de sensores y software de Bosch y la plataforma de optimización de cultivos de Basf denominada xarvio, y esta solución permite un uso de los productos fitosanitarios de más eficiente (ya que se aplican exclusivamente sobre la mala hierba objetivo), reduciendo su impacto sobre la biodiversidad. El objetivo es cubrir 120 millones de hectáreas en 2030, pero esperan poder lanzar esta solución en 2021 con un pequeño número de máquinas.
Y por último, Basf se ha propuesto conseguir que se haga un uso seguro de sus productos. Para ello ofrece asesoramiento sobre el manejo adecuado de cada uno de ellos, pero además ha desarrollado junto con otros fabricantes de fitosanitarios el sistema de transferencia cerrada de productos fitosanitarios, de su envase original a las cubas de los pulverizadores, denominado EasyConnect que permite evitar derrames, salpicaduras, y que llegará al mercado europeo a partir de 2021/22.