Bayer abre una ventana al futuro de la agricultura a través de su porfolio de proyectos de I+D

Asistir a la presentación de los proyectos de la división de Crop Science de Bayer en I+D es como ver el futuro por un agujerito, solo que no sabemos cuánto de ese futuro llegará a los agricultores europeos, al menos en lo que a mejora vegetal se refiere. Nuevas materias activas, biológicos, híbridos, biotecnológicos y soluciones digitales conforman una oferta de producto que va a cambiar el modo de hacer agricultura, mejorando los rendimientos pero siendo al mismo tiempo medioambientalmente sostenibles.

Bayer abre una ventana al futuro de la agricultura a través de su porfolio de proyectos de I+D

Arancha Martínez. Redacción VR.

En una rueda de prensa celebrada en streaming, Bob Reiter, director de I+D de la división de Crop Science, presentaba el pasado 17 de febrero ese fu­tu­ro porfolio con el que la compañía quiere dar respuesta a los principales desafíos globales que pasan por disponer de agua de calidad y mejorar la salud de nuestro suelo, minimizar los efectos del cambio climático y disponer de fuentes de energía sostenibles y atender el aumento de la población mundial y la creciente demanda de proteína. ¿Cómo? Em­pleando menos recursos, apos­­tando por una agricultura que haga una gestión más in­te­ligente del carbono y logrando mejores cosechas.

Bayer se encuentra en una posición única, con más de 7.000 empleados trabajando en el departamento de I+D, un área en el que la compañía in­vierte cerca de 1.760 millones de euros anuales. Han desa­rro­llado más 500 nuevas variedades de cultivos híbridos (de maíz, trigo, soja, algodón, en­tre otros), han obtenido más de 300 nuevos registros de productos para la protección de cul­tivos en el último año, cuentan con ocho proyectos de I+D avan­zados en protección de cul­tivos, materias activas, nue­vo material vegetal y herramientas digitales y estiman que su cartera de proyectos tiene un potencial de facturación de unos 26.400 millones de euros en los próximos veinte años.

Protección del cultivo

Bob Reiter

En lo que a la protección de cultivos se refiere, Bayer trabaja en una nueva molécula her­bicida, que es el primer modo de acción nuevo en control de malas hierbas en postemergencia para los principales cultivos en hilera de los últimos treinta años. Se encuentra en fase III, ofrece un excelente control de las malas hierbas y presenta un perfil de seguridad excepcional. También cuenta con Xivana, un nuevo fungicida para cultivos hortícolas, pa­tata y vid, con el mejor modo de acción de su clase y dosis de aplicación muy bajas, cuyo lanzamiento está previsto para este año en Australia, concretamente en viña. El objetivo es lanzar más productos químicos como estos con una huella ambiental muy baja y con un efecto muy significativo en el rendimiento de la cosecha.

La multinacional también ha realizado una inversión significativa en productos biológicos de los que tiene más de 20 productos comerciales que se están aplicando en más de 24 millones de hectáreas de hortícolas y extensivos en todo el mundo. Dentro de esta cartera, Reiter, que avanzó que es­tán trabajando en otros diez nuevos candidatos, destacó Fli­pper, un insecticida/acaricida bio­lógico autorizado en Es­pa­ña en varias hortícolas. Para el responsable de I+D de Crop Science la clave pasa por una recomendación de un uso com­binado de los productos bio­lógicos con los productos quí­micos de síntesis.

Soluciones digitales

Implantada en 72 millones de hectáreas en todo el mundo, la plataforma de agricultura digital Climate Field View ayuda a los agricultores a optimizar sus rendimientos. A partir de esta plataforma la compañía quiere establecer nuevos estándares en sostenibilidad, como la descarbonización de la agricultura.

Así, con el proyecto Car­bon Initiative, que cuenta con unos 2.500 agric­­­ultores ad­heridos a él en Estados Uni­dos y Brasil y que se lanzó el año pasado de forma experimental en el algunos países europeos (en España cuenta con siete fincas piloto), Bayer re­com­pensa a aquellos pro­duc­tores que adoptan prácticas agrícolas climáticamente in­teli­gen­tes, como el uso de cu­biertas vegetales, el mínimo la­boreo, la rotación de cultivos y la aplicación precisa de nitrógeno. Es­tas prácticas secuestran car­bono en el suelo al tiempo que mejoran la salud y la productividad del mismo y contribuyen a los objetivos del Green Deal europeo.

“Pero más allá de recompensar a los agricultores por hacer las cosas bien, esto a su vez nos permite utilizar nuestra innovación para que puedan hacerlo mejor. Podemos utilizar nuestras herramientas biotecnológicas, nuestra cartera de productos para la protección de los cultivos, nuestros biológicos y nuestros programas de mejora vegetal para ayudar a los agricultores a contribuir en el secuestro de car­bono”, explicaba Reiter.

La multinacional alemana trabaja en estos momentos con Microsoft para acelerar esta innovación con un sistema en la nube de herramientas digitales y soluciones basadas en la recogida y manejo de da­tos (seguimiento e identificación del carbono secuestrado) y cómo esto puede convertirse en un valor añadido tanto para los agricultores como para las industrias adyacentes a la agricultura.

Mejora vegetal

La primera decisión que toma un agricultor es elegir qué se­milla sembrar. Las nuevas técnicas de reproducción vegetal (New Plant Breeding Tech­ni­ques, NPTBs) han cambiado las reglas del juego y lo que antes se tardaba en perfilar cin­co años ahora se puede con­seguir en cuatro meses, mul­tiplicando por veinte los da­tos disponibles de cada nueva variedad desarrollada. “Con estas nuevas técnicas (precision breeding) diseñamos lo que queremos obtener por adelantado a partir de nuestros conocimientos agronómicos, de nuestro conocimiento genómico, de las herramientas que tenemos para obtener información individual de cada planta que tenemos en el campo, y todo esto lo combinamos con inteligencia artificial, con la po­sibilidad de probar estas nuevas variedades con nuevos rasgos en invernaderos que tenemos en Norteamérica y América Latina y posteriormente podemos ponerlas en el entorno correcto en la situación necesaria (posiblemente en alusión a necesidades re­gionales para problemas concretos) para que nuestros agricultores logren una cosecha exitosa”, resumía Reiter.

Dentro de la cartera de proyectos de innovación biotecnológica de Bayer, Reiter destacó la tecnología Thryv­On, un nuevo evento biotecnológico, el primero en la industria diseñado para el cultivo del algodón, que le brinda protección contra varias especies de insectos (chupadores y perforadores), reduciendo al mismo tiempo la necesidad de realizar aplicaciones de productos fitosanitarios, y cuya introducción está prevista para este año en el mercado estadounidense. Cabe destacar además en este cultivo el pase a la Fase III del algodón Bollgard 4, la cuarta generación de algodón que ofrece protección con múltiples modos de acción para las principales plagas de lepidópteros durante toda la campaña, y del algodón HT4 con tolerancia a cinco herbicidas.

La segunda generación de la soja Intacta2 Xtend, lanzada en la campaña 2021/22 en cerca de 350.000 hectáreas en Brasil, cuenta ya con una tercera generación en fase III mientras que la cuarta generación comienza este año los ensayos de fase I. Para la próxima campaña, Bayer espera alcanzar los 2,4 millones de hectáreas con esta soja que dis­pone de tres modos de ac­ción para la protección contra las principales orugas que afectan al cultivo y que, al ser tolerante también al glifosato, permite el control de malas hier­bas de hoja ancha.

Con tecnología RNAi (ARN de interferencia; un mecanismo de silenciamiento de genes específicos) para el control del gusano de la raíz, Bayer va lan­zar en Estados Unidos, so­bre una superficie de unas 40.000 hectáreas, el maíz SmartStax, y en 2024 el maíz VTPRO4 (también con tecnología RNAi para el control del gusano de la raíz, aunque con otro modo de acción distinto). Este último ya se ha sembrado en la última campaña en Brasil y Argentina sobre una superficie de unas 200.000 hectáreas.

Por último, Reiter avanzó en qué estado se encuentra el lanzamiento del maíz híbrido de baja estatura que hasta ahora solo se ha introducido en el mercado mejicano, y que tiene un potencial de ventas de hasta 1.000 millones de euros solo en Norteamérica. Se trata de un maíz que tiene una altura un tercio inferior a la de un maíz convencional con lo que presenta la ventaja de que no se tumba y permite una aplicación más precisa de los in­sumos.

Para el año que viene Ba­yer va a seleccionar a 150 agri­cultores que sembrarán el maíz de baja estatura en Estados Unidos y en 2024 pretende lanzar el sistema Smart Corn, que además de este producto incluye una se­rie de buenas prácticas agronómicas sobre la protección del cultivo y el secuestro de car­­bono, a través de la cartera de herramientas digitales de la compañía, que permitirá maximizar la productividad y minimizar la huella sobre el me­dio ambiente.

De todas las novedades en mejora vegetal presentadas por Bayer en este evento solo estará al alcance de los agricultores europeos, posiblemente a partir de 2024, el maíz de baja estatura, dado que ha sido obtenido con técnicas convencionales de reproducción vegetal.

Preguntado al término de la rueda de prensa sobre el lanzamiento en el mercado europeo de los productos biotecnológicos como el nuevo algodón o el maíz con tecnología RNAi, Reiter fue claro: no lo contemplan. “La UE no tie­ne un mar­co regulatorio fa­vo­­rable a los productos biotecnológicos. Es­­­ta­ríamos en­cantados de llevar estos productos al mercado europeo y ve­mos que tienen una gran aceptación entre los agricultores pero hay mu­chos otros países con un nivel de aceptación, en lo que a biotecnología se refiere, mucho mayor que el mercado europeo. No te­nemos intención en este mo­­mento”.

 

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