Un estudio llevado a cabo por el Imidra en la finca experimental La Isla (Madrid) sobre un cultivo de pimiento revela que gracias a la aplicación de los bioestimulantes de microalgas AgriAlgae, se obtiene una mayor producción comercial, un incremento de la producción de primera calidad y una notable reducción de las pérdidas por destrío.
Efectos beneficiosos de la aplicación de AgriAlgae en el cultivo de pimiento
El estudio compara los resultados con los conseguidos por otros productos basados en aminoácidos de origen animal y macroalgas (Ascophyllum nodosum), así como con tratamientos testigo.
Los datos extraídos del estudio del Imidra demuestran que en las parcelas tratadas con AgriAlgae se obtuvo una mayor producción comercial, con un 21% más que el segundo mejor tratamiento.
Asimismo, de especial relevancia son los datos obtenidos relativos a la producción de primera calidad, pues si bien se puede afirmar que los tratamientos bioestimulantes en general pudieron aumentar la calidad de la cosecha, fue especialmente significativo en las parcelas en las que se utilizó AgriAlgae, en las que se obtuvo un 29% más de producción de primera calidad en comparación con el segundo mejor resultado.
La producción de destrío en el cultivo de pimiento puede deberse a diferentes causas –peso de los frutos, calibre no comercial y podredumbre apical, entre otros– y puede suponer una gran merma de la producción comercial.
Los datos obtenidos demuestran que una de las principales razones por las que se da un aumento productivo es la reducción del destrío, es decir, la parte de la cosecha que no se puede aprovechar porque no cumple los requisitos comerciales establecidos. Los resultados arrojaron que, en las parcelas en las que se aplicó AgriAlgae, se redujeron estas pérdidas en un 6,7% con respecto al segundo mejor tratamiento.
El ensayo refleja además que AgriAlgae obtuvo los mejores resultados en términos cualitativos. El buen desarrollo experimentado por el cultivo a lo largo de todo el ciclo se tradujo en la obtención de frutos de mayor peso –un 9,5% más en comparación con otros tratamientos bioestimulantes–, un parámetro de calidad de suma importancia para el agricultor, pues resulta en un valor comercial añadido y una mayor competitividad.
