El aumento del precio de diversas materias primas, la falta de componentes electrónicos y el incremento de los costes logísticos amenzan la producción de maquinaria agrícola europea, en un momento crítico ya que coincide con un tradicional pico de producción de las fábricas europeas.
El incremento del precio de las materias primas pone en jaque a la industria europea de maquinaria agrícola
Desde marzo de este año, la inflación ha aumentado drásticamente en todos los países industrializados, especialmente en Estados Unidos, que registró un incremento del 4,24% el pasado mes de abril, la tendencia anual más alta desde 2008. Y si bien la subida de los precios en Europa aún no ha alcanzado este ritmo, existe un riesgo claramente identificado, según la serie estadística de Eurostat, de que la inflación se acelere en las próximas semanas, debido a la fuerte subida de los precios de las materias primas que se ha observado recientemente.
Por ejemplo, los precios de la energía han aumentado un 13%, sobre una base anualizada, durante un solo mes, que inevitablemente se reflejarán en los costes de producción y en los precios al consumidor. «Desafortunadamente, para nuestra industria, el aumento de los precios de las materias primas no solo afecta a la energía. Afecta a todas las materias primas que son esenciales para la producción de equipos agrícolas», explican desde CEMA, la asociación europa de fabricantes de maquinaria.
El precio del acero ha pasado en un año de 550 euros a 1.250 euros por tonelada. Según el tipo de máquina, en la industria de maquinaria agrícola, el acero representa entre el 30 y el 40% del coste promedio de producción. También están subiendo los precios de todos los productos derivados del petróleo, como el caso del plástico utilizado para la fabricación de maquinaria agrícola, cuyo precio se ha incrementado en un 70% en los últimos meses. Los metales no ferrosos como el aluminio y el cobre también se ven muy afectados por este aumento general de precios. Desde septiembre de 2020, el precio del aluminio ha aumentado un 22% y un 63% el del cobre.
A este panorama, se suma la profunda crisis de los componentes electrónicos que ha afectado a todas las industrias desde marzo. «Aunque la producción ha vuelto a los niveles anteriores a la pandemia, un aumento en la demanda de vehículos eléctricos, electrodomésticos y teléfonos móviles ha creado una escasez de suministro, lo que ha provocado un aumento de los costes en toda la cadena de valor y, en algunos casos, retrasos en la producción», apuntan desde CEMA.
La recuperación de la producción ha afectado también a la logística global, donde en este momento se registra una escasez de barcos y contenedores disponibles. Los precios por contenedor se han triplicado en estos últimos meses, pasando de 2.000 a 6.000 euros. Esto también genera costes adicionales y retrasos en la importación de piezas y accesorios de Asia a Europa.
Los fabricantes europeos de maquinaria agrícola están particularmente preocupados por este incremento de los precios que, aunque sea temporal, les está afectando en un momento en que sus fábricas tradicionalmente alcanzan un pico de producción y esperan que el levantamiento de todas las medidas comerciales restrictivas sobre las importaciones de acero y aluminio en la Unión Europea, anunciado para fines de junio, limitará el aumento de los precios y que con suerte la situación se normalice en otoño.