Eurosemillas ha recurrido a esta herramienta genómica, que tiene plena validez ante los tribunales, para distinguir inequívocamente su mandarina sin semillas y no polinizadora del resto. El sistema obtenido está certificado, respeta la cadena de custodia y permite tomar muestras en el punto de venta para analizar las variaciones del ADN en entre 24 y 48 horas y perseguir el fraude.
Eurosemillas garantiza la autenticidad de la mandarina Tango con marcadores moleculares
Hasta el momento, la lucha contra la piratería varietal se venía dando fundamentalmente en el campo y en los centros de manipulación, a través de sistemas de etiquetado e identificación varietal de los lotes. La genómica ha permitido alterar este panorama y complementar estos controles en origen con otros realizados en destino.
Es el caso de la mandarina tardía protegida de Eurosemillas, Tango (registrada en España como Tang Gold), que trabaja con entidades certificadoras que se encargan de tomar muestras del propio lineal de supermercados e hipermercados para comprobar su origen legal.
Este material adquirido en el punto de venta por una empresa certificadora independiente se remite con protocolos que aseguran la cadena de custodia a un laboratorio acreditado que, tras extraer jugo del cítrico, comprueba en entre 24 y 48 horas si concurren las variaciones de ADN -el marcador molecular propio de Tango- que permiten distinguir esta variedad de cualquier otra.
Eurosemillas, que explota los derechos de este cítrico más allá de EE.UU., defiende así los intereses de los productores licenciatarios frente a prácticas fraudulentas tales como la venta de mandarinas sin semillas con otro nombre varietal o marca comercial que, en realidad, procedan de plantaciones ilegales de Tango (Tang Gold). Este sistema de verificación se completa además con la etiqueta de certificación varietal para garantizar el origen legítimo de todos sus productores y con un sistema de geolocalización para todas las fincas con producción licenciada.
Un consorcio público-privado en el que participó Eurosemillas y que supuso una inversión global de casi 4 millones de euros entre 2009 y 2013, se encargó de diseñar en el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias esta nueva herramienta genómica. El proyecto Citruseq-Citrusgen permitió, entre otros objetivos, obtener y registrar las modificaciones genéticas que distinguen concretamente a la mandarina Tango, que por su doble esterilidad gamética no tiene semillas ni las genera en plantaciones vecinas.
La tecnología consolidada posibilitará en el futuro identificar inequívocamente a otras mandarinas o naranjas protegidas y de hecho, ya existen algunas más que también lo han implementado. Hoy los marcadores moleculares son ampliamente utilizados en genética humana, animal y microbiana y en vegetales porque permiten evidenciar variaciones en la secuencia del ADN entre dos individuos, modifiquen éstas o no su fenotipo (su aspecto externo). Estos análisis en frutales ya han sido reconocidos en los tribunales.