El Grupo vitivinícola Freixenet se vió obligado a aplazar hoy el decisivo Consejo de Administración en el que se iba a plantear la posible venta de la empresa al grupo alemán Henkell & Co por la muerte de Carmen Ferrer Sala, la matriarca de los Hevia, una de las familias propietarias de la firma junto a los Ferrer y los Bonet.
Freixenet aplaza, por el fallecimiento de Carmen Ferrer, un decisivo Consejo de Administración
Carmen Ferrer era hermana de José Ferrer, presidente de honor de Freixenet, y de Pilar Ferrer, quien falleció el pasado mes de enero a los 98 años. Asimismo, era la madre de Enrique Hevia, vicepresidente y director financiero de Freixenet, y de otros tres hijos: Carmina, Agustina y Montserrat. Todos ellos son propietarios del 29% de la compañía.
Precisamente son los Hevia los más proclives a vender su paquete accionarial a la firma alemana Henkell, perteneciente al grupo familiar Dr. Oetker y productora del vino espumoso “sekt”, que ha condicionado su oferta a que ésta sea aceptada por la mayoría del capital de Freixenet.
Actualmente los socios mayoritarios son los Ferrer, rama que controla el 42% de la empresa y que pretende seguir al frente de la misma. José Ferrer Sala es el presidente de honor, mientras que su hijo Pedro es consejero delegado y su otro hijo, José María, director comercial.
Por otro lado está la familia Bonet Ferrer, que tiene en José Luis Bonet, actual presidente de Freixenet, a su máximo representante, en tanto que sus hermanos Pedro y Eudald son el portavoz y presidente de Cellers Solar Viejo, respectivamente. Los Bonet cuentan también con una participación del 29%.
La familia Hevia se ha mostrado partidaria de vender su participación en Freixenet, una opción a la que podrían sumarse los hermanos Bonet. Entre estos suman un 58% del capital, lo que daría a Henkell el control de la compañía.
Por su parte, los Ferrer están dispuestos a utilizar su derecho de tanteo ante cualquier propuesta e igualar la oferta de la multinacional alemana.