Lemken ha desarrollado un arado para el cultivo de carbono, a partir de los los trabajos de investigación del Centro Leibniz de Investigación del Entorno Agrícola (ZALF) sobre el rendimiento y los efectos climáticos de la profundización parcial de la capa arable. Además de mejorar la fertilidad del suelo, este arado, que se lanzará al mercado en 2024, permitirá a los agricultores certificar el CO2 secuestrado.
Lemken desarrolla un arado para el «cultivo» de carbono
La finalidad de este arado para el cultivo de carbono es para romper la compactación y mejorar el suelo en consecuencia. Provisto de unos cuerpos que trabajan a diferentes profundidades, crea un depósito en uno de cada dos surcos de arado por debajo de la línea de laboreo, en el que se deposita humus de la capa superior. Los análisis de ensayos históricos en el ZALF demuestran que más de la mitad de este humus se conserva, lo que garantiza una retención duradera del CO2.
El subsuelo pobre en humus traído a la superficie se mezcla con la capa superior y, mediante la absorción de carbono de los cultivos, se convierte en pocos años en una nueva capa superior de suelo rico en humus. En definitiva, se aumentan las reservas de humus en los suelos trabajados de esta forma y se incrementa la fertilidad del terreno. Con este método sostenible de mejora del suelo se inicia al mismo tiempo el nuevo modelo de negocio del cultivo de carbono.
Gracias a la rotura de capas compactadas y a la incorporación simultánea de humus de la capa superior a los depósitos, se posibilita que las raíces de las plantas lleguen a mayores profundidades y aprovechen el agua y los nutrientes allí disponibles. De esa forma puede conseguirse un aumento del rendimiento de hasta un 5% en el primer año. El procedimiento puede repetirse entre cinco y diez años después en diagonal a la dirección de trabajo principal.
Además de estos beneficios, la nueva tecnología de cultivo de carbono ofrece a los agricultores fuentes de ingresos adicionales mediante el comercio con certificados de CO2. Así se evitará un posible impuesto futuro sobre las emisiones de CO2 y se mejorará la competitividad de las explotaciones agrícolas.
Con el módulo iQblue connect de Lemken, el arado para el cultivo de carbono, podrá registrar los datos de trabajo específicos del área y documentar con precisión la profundidad y la posición de los depósitos creados.