Las mujeres desempeñan un papel esencial en todo el mundo en la productividad agrícola, la seguridad alimentaria y la nutrición, la gestión de la tierra y de los recursos naturales, así como la creación de resiliencia al cambio climático. En este día, New Holland celebra su contribución con historias de mujeres agricultoras de todo el mundo, subrayando su ingenio, resiliencia, determinación y pasión por la agricultura.
New Holland celebra el papel fundamental de la mujer en la agricultura en el Día de las Mujeres Rurales
«En el Día Internacional de la Mujer Rural, New Holland aprovecha la oportunidad para celebrar el papel crucial de la mujer rural en nuestra sociedad. Están en primera línea cuando los recursos naturales y la agricultura están amenazados. Los singulares desafíos de los últimos tiempos han puesto de relieve la importancia de su contribución. El futuro sostenible del mundo no es posible sin ellas», apunta la compañía en un comunicado.
En palabras del secretario general de la ONU, António Guterres: «Como pioneras en adoptar nuevas técnicas agrícolas, socorristas en crisis y emprendedoras de energía verde, las mujeres rurales son una fuerza poderosa que puede impulsar el progreso global».“A lo largo de la historia, las mujeres han sido la columna vertebral de la agricultura mundial”, afirmó Carlo Lambro, presidente de la marca New Holland.
Las mujeres en la agricultura de hoy en día son agricultoras, investigadoras, propietarias de explotaciones e innovadoras. Producen más de la mitad de los alimentos del mundo y son la clave de un futuro sostenible. En New Holland, hoy y todos los días, celebramos su ingenio, fortaleza, determinación y pasión por la agricultura”, añaden.
«El papel polifacético que ejercen las mujeres en la agricultura ha evolucionado constantemente a lo largo de los siglos, y esto es algo que no ha cambiado en la actualidad: las mujeres están rompiendo moldes y reescribiendo la manera de compaginar las facetas de mujer y agricultora», explica la compañía en un comunicado en el que presenta múltiples ejemplos.
Biati Shudi Ngwenya, en Uganda, tomó la decisión consciente de forjar su propio camino en la agricultura: “Vine a la agricultura porque es el motor de África. Muy pocas personas están produciendo alimentos para las naciones, por lo que necesitamos que más personas participen en la agricultura y yo elijo ser uno de ellos. Los negocios inteligentes ya no dan sus frutos, pero la agricultura sí lo hace porque usted es su propio gerente. Más mujeres deberían venir y unirse a la agricultura «.
Florencia Arroyo nació en la provincia de Córdoba en Argentina. Vive una doble vida, en los campos de la granja de su familia y en la pasarela, decidida a romper las ideas preconcebidas del papel de la mujer en su mundo: «Me gusta la agricultura y el modelaje, y me encanta combinar los dos», dijo. dice. “La gente que me conoce fuera de la finca se sorprende de que una mujer pueda trabajar en el campo, operar maquinaria y trabajar como un hombre”.
Las mujeres agricultoras de todo el mundo muestran una resiliencia y fortaleza excepcionales. Esto se ve claramente en la comunidad norteamericana HarvestHER, fundada por Tracy Zeorian en 2017: “Las mujeres de HarvestHER pertenecen a familias recolectoras. En nuestro sitio web se pueden leer sus historias: los sacrificios que han hecho y las dificultades derivadas de estar en la carretera, en la explotación o lejos de sus familias y amigos. Estas mujeres lo dan todo para garantizar que tengamos un plato de comida en la mesa y, al final del día, les encanta lo que hacen”.
Cada vez son más las mujeres que se incorporan a la agricultura desde otros sectores, aportando nuevas ideas y novedosas perspectivas. Elke Pelz-Thaller llegó al mundo de la agricultura como segunda profesión cuando su marido decidió hacerse cargo y dar un nuevo impulso a la explotación de sus padres. Ahora combina su vida de agricultora con su anterior profesión de coach de salud personal y mental, impartiendo seminarios y escribiendo libros sobre cómo llevar una vida más saludable.
Al igual que ella, Ana Eliza Lorenzon abandonó su anterior profesión de abogada para tomar el mando de la explotación familiar en Brasil cuando perdió a su padre. Siente un fuerte arraigo por la tierra y ha asumido el reto de adoptar las múltiples funciones de un agricultor: comprar, vender, tomar decisiones sobre la maquinaria.
“La agricultura es un aprendizaje continuo: cada día, cada año es diferente. Una mujer en la agricultura de hoy en día tiene en general una mayor carga de trabajo que un hombre, ya que combina las actividades agrícolas con las responsabilidades domésticas y, a menudo, otras actividades al margen de la agricultura. Como mujer, tienes que ser muy asertiva y hacer un enorme esfuerzo de superación para demostrar tu valía. Superar todos los retos me hace más fuerte, me hace crecer y me anima a seguir”, concluye Ana Eliza.