"Tras una sementera que se puede cualificar en rangos generales como buena, con suficientes precipitaciones para hacer las labores de siembra y la implantación correcta de los cultivos, es hora de planificar el control de malas hierbas y el abonado de los cereales", explican desde KWS para a continuación realizar una serie de recomedaciones en ambos sentidos.
Recomendaciones de KWS para el cultivo del centeno híbrido
En la actualidad y tras el incremento de superficie que ha experimentado en los últimos años, tenemos la posibilidad de controlar todas las malas hierbas con herbicidas registrados para el uso en centeno o cereales. La recomendación de KWS en el cultivo de centeno híbrido siempre ha sido aplicar el herbicida desde el estadio de tres hojas en adelante, salvo excepciones como que el terreno sea muy encharcadizo o la presión de mala hierba sea muy alta.
«A la hora de aplicar herbicida en estos momentos es imprescindible saber en qué estadio se encuentra la mala hierba, sobre todo en el caso de las gramíneas. Esto nos permitirá ajustar las dosis a las necesidades que tengamos y poder llevar a cabo un excelente control de la mala hierba», apuntan desde la empresa semillista.
En cuanto al abonado nitrogenado, desde KWS recuerdan que el centeno híbrido requiere aportaciones de nitrógeno similares a las necesidades que tiene un trigo o una cebada, aunque teniendo en cuenta dos factores:
- Está demostrado que el centeno híbrido tiene una mayor eficiencia del uso del nitrógeno frente a la eficiencia del trigo u otros cereales. Esto permite que con menos aportaciones de nitrógeno se puedan obtener rendimientos similares a los de un trigo.
- Dadas las cualidades del centeno híbrido, las parcelas dónde se siembra este cultivo suelen ser las parcelas con peores calidades dentro de la explotación. En muchas ocasiones se trata de parcelas con un terreno muy arenoso y árido. En este tipo de suelos si se aplica una elevada cantidad de nitrógeno, además de no ser económicamente rentable por el rendimiento esperado, al no tener capacidad de retención de agua es fácil que el cultivo sufra mucho estrés hídrico.
La recomendación de KWS es realizar una planificación del abonado en función del análisis de suelo y ajustándolo en función de la calidad de suelo y del cultivo. «Para el centeno híbrido, las necesidades del cultivo son de 20 UF de N por cada tonelada de cosecha que esperamos recolectar o de rendimiento medio que podemos tener en la zona. A estas necesidades tendremos que restar las unidades que hemos aplicado en nuestro abonado de fondo, si lo hemos realizado. Además, tendremos que ajustar según la calidad del terreno que tengamos como hemos comentado anteriormente», explican.
Y añaden: «este abonado nitrogenado ha de ser temprano para favorecer el ahijamiento del cultivo, especialmente si hemos realizado siembras tardías».