En el marco del 7º Congreso Internacional de Frutos Rojos, Koppert ha presentado los resultados de la aplicación de su biofungicida Trianum en el control de enfermedades de suelo en los cultivos de fresa y berries; una solución biológica y 100% sostenible, que no deja ningún residuo y no necesita plazos de seguridad, de fácil aplicación vía riego y autorizada para su uso en agricultura ecológica.
Trianum, el biofungicida de Koppert para el control de patógenos de suelo en fresa y berries
Trianum contiene una cepa híbrida del hongo beneficioso Trichoderma harzianum, cuya principal característica es que se adapta rápidamente a todo tipo de suelos. La cepa que contiene Trianum crece en un amplio rango de temperaturas entre 8ºC y 34ºC y en suelos con Ph entre 4 y 8,5.
Para llevar a cabo una correcta protección de los cultivos de fresa y berries, Koppert recomienda la aplicación preventiva de Trianum desde el momento del trasplante, ya que es un momento clave para definir el crecimiento y la salud de la planta durante el resto de su ciclo de vida. En esos primeros días, la planta es frágil y necesita estar protegida de los patógenos de suelo como Fusarium, M. phaseolina, Phytopthora, Sclerotinia, Rhizoctonia, o Phytium, que transmiten enfermedades y que pueden provocar graves pérdidas de producción.
La primera aplicación de Trianum debe realizarse unos diez días después del trasplante con una dosis de 1 kg/ha. “La eficacia de Trianum se basa en un uso continuado desde el inicio del ciclo, esa es la estrategia más acertada para garantizar la sanidad del cultivo sin tener que recurrir obligatoriamente al uso de desinfectantes químicos”, explica Gonzalo García, delegado de Koppert en Huelva.
Tras la aplicación, el hongo beneficioso de Trianum coloniza las raíces de la planta y construye con gran rapidez un escudo protector que ejerce una doble función. En primer lugar, el hongo mejora sustancialmente la capacidad de la planta para absorber nutrientes, al mismo tiempo que impulsa el desarrollo del sistema radicular. En segundo lugar, el hongo se alimenta de los patógenos de suelo que intenten acercarse a la raíz, protegiendo eficazmente a la planta del riesgo de padecer enfermedades.
Otra de las ventajas es que sus efectos beneficiosos en el suelo se multiplican a medio y largo plazo, debido a que el hongo beneficioso de este biofungicida se reproduce y crece. «Durante los últimos años, se han obtenido excelentes resultados en la zona de Huelva, ya que la aplicación de Trianum evita en la mayoría de los casos tener que realizar tratamientos de choque contra enfermedades. Además, al mejorar la salud general de la planta, se registra un incremento en la producción y calidad de la fruta», añaden desde la compañía.