La Interprofesional del Aceite de Oliva Español ha mostrado al sector reunido en Expoliva sus nuevas iniciativas promocionales, empezando por la campaña nacional que aún están en marcha y que cuenta con la participación del actor Jose Coronado. Una iniciativa lanzada hace casi un año y que ya se consagra como la más exitosa puesta en marcha a nivel nacional por la Interprofesional en su historia.
Expoliva 2021: Aceites de Oliva de España centrará su comunicación en su apuesta por la sostenibilidad
Al respecto, el presidente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, Pedro Barato, está convencido que la campaña ha dado en el clavo: “No sólo está teniendo un efecto muy positivo en la imagen que el consumidor tiene de nuestro producto. El propio sector se ha visto reflejado como nunca en una acción promocional de este calado. Su apuesta por la idea de calidad y de sostenibilidad, son el reflejo de los valores que todos compartimos”.
De hecho, la sostenibilidad va camino de convertirse en una de las principales palancas para movilizar el consumo de un alimento como el nuestro. Así lo ha detectado el sector y por esa razón el stand de Aceites de Oliva de España en Expoliva se ha vestido de “verde”.
Un stand sostenible para trasladar los mensajes que ya está lanzando la Organización en todas sus campañas sobre un olivar y una industria, en un momento en que cada vez estamos más concienciados con nuestra responsabilidad con el planeta.
“Ya no basta con liderar los mercados en calidad o en producción. Ni siquiera una botella bonita. Ahora el consumidor quiere saber cómo producimos ese aceite. Quiere saber que su decisión de compra aporta un granito de arena para asegurar el futuro del planeta. Ese es el objetivo que ahora nos marcamos: dar visibilidad a los aspectos de sostenibilidad económica, social y medioambiental, ligada a la producción y trasladar esa información a los consumidores”, explica Pedro Barato, que asume que aún queda mucho trabajo por hacer.
Un camino que empieza en la crisis medioambiental que vivimos en los años 80 del pasado siglo. Una circunstancia que lleva a José Eugenio Gutiérrez, delegado en Andalucía de SEO Birdlife y coordinador del proyecto LIFE Olivares Vivos, a mostrarse optimista sobre el futuro de la biodiversidad en el mayor olivar del planeta: “Sigue siendo un refugio excepcional de biodiversidad y los números que hemos sacado en esos 40 olivares de Andalucía que hemos estudiado en el Proyecto LIFE Olivares Vivos, han sido sorprendentes: hay más de 180 especies de aves, hemos encontrado más de 60 de hormigas, más de 200 de abejas, más de 700 especies de plantas… Conserva una biodiversidad muy importante todavía. Y lo que hemos visto también es que tiene un extraordinario potencial para recuperar biodiversidad. Se ha demostrado en Olivares Vivos que poniendo este modelo de olivicultura en sólo tres años hemos tenido una recuperación muy significativa de flora y fauna”.
En un momento que el cambio climático se convierte en una prioridad para los gobiernos de todo el mundo, Emilio González, profesor de Ingeniería Forestal de la Universidad de Córdoba, reivindica el papel del olivar como barrera contra esa amenaza: “Cuando hablamos cambio climático no debemos pensar que es algo que va a venir en el futuro, si no que es algo que ya está sucediendo. Estamos padeciendo los efectos en términos de menores cantidades de lluvia, más errática. El olivar, gestionado de forma sostenible, está compensando el equivalente a las emisiones de 300.000 hogares de nuestro país. Eso es una realidad que estamos viviendo hoy en día. Una realidad que no es muy tangible para la sociedad en general que debemos poner en valor desde el sector agrario puesto que es un servicio que los agricultores están dando para todo el conjunto de la sociedad”.
Y no menos importante se nos muestra el papel que el olivar puede jugar en el futuro en la búsqueda de energías más limpias y baratas. De hecho, la Agencia Andaluza de la Energía de la Consejería de Hacienda, Industria y Energía, en su estudio “La bioenergía en Andalucía” de abril de 2020, estima que el olivar y sus industrias afines generan al año, de media, 6.433.423 toneladas de biomasa, (2.524.419 toneladas de subproductos agrícolas y 3.909.004 toneladas de subproductos de la industria extractora, compuestos de hojas de olivo, hueso de aceituna y orujo húmedo graso de aceituna). O lo que lo mismo, el equivalente en energía generada por 1.225.000 toneladas de petróleo o 1.225 ktep.
Se estima que el consumo de energía primaria en Andalucía en 2018 fue de 19.247,7 ktep, lo que significa que, sólo el olivar andaluz tiene potencial para generar la más del 6% de energía que emplea esa comunidad autónoma. Pero lo más importante es que, ahora mismo, el sector del aceite de oliva es uno de los que mayor aprovechamiento energético de sus subproductos realiza en nuestro país. Se estima que, de media, se aprovecha en torno al 70% del hueso de aceituna para usos térmicos, en torno a unas 360.000 toneladas.
Un recurso que, Sebastián Sánchez, catedrático de Ingeniería Química de la Universidad de Jaén y director del Instituto Universitario de Investigación en Olivar y Aceite de Oliva, califica de auténtico tesoro: “¿Por qué tenemos que pagar un fuel oil que viene de Arabia a doble precio, bueno a tres o cuatro veces el precio de nuestro propio combustible? Nosotros decimos con mucha frecuencia que Andalucía tiene un pozo petrolífero a bajo precio. El fuel oil, libre de impuestos puede estar a 0,9 euros, mientras que el hueso lo podemos comprar tranquilamente por 7 céntimos el kilo”.
Pero hablar de sostenibilidad, lo es también de la supervivencia del tejido social que va ligado al olivo y su industria, algo que Julio Berbel, catedrático y director del Departamento de Economía Agraria de la Universidad de Córdoba, lleva años estudiando: “Derrama riqueza en el territorio rural, que nos hace mucha falta. En los últimos cinco años todo el mundo habla mucho de la España vaciada, del reto demográfico y es que realmente tenemos un problema de despoblamiento. Hay zonas del interior de Castilla que es un desierto demográfico que tiene la misma densidad de población que Siberia, no vive nadie. Eso no ocurre en Andalucía y ni dónde hay olivar. Dónde hay olivar hay una cierta densidad y cuando hay densidad hay un pueblo, que tiene un ambulatorio, un colegio, una escuela. Hay vida”.