El Ministerio de Agricultura francés ha realizado una primera estimación de producción vitivinícola, a fecha 1 de agosto, en una horquilla de entre 32,6 y 35,6 millones de hectolitros, es decir, un nivel entre un 24% y un 30% inferior al logrado en la vendimia de 2020 (46,92 Mhl), debido a las fuertes heladas primaverales, sobre todo de principios de abril, que amputaron buena parte de una cosecha, que se prevé históricamente baja, inferior a la de los años 1991 y 2017 que se vieron también muy afectadas por heladas severas.
Francia prevé obtener apenas entre 32,6-35,6 Mhl de producción vitivinícola en 2021/22
Tras las heladas, la caída de flores y brotes jóvenes, junto con las plagas y enfermedades criptogámicas acentuaron las pérdidas por motivos fitosanitarios, según este departamento ministerial.
La previsión de producción vitivinícola francesa, que aún es susceptible de modificarse algo en los próximos meses en función de los acontecimientos climáticos que se produzcan antes de la vendimia, es también inferior entre un 19% y un 26% a la media de las cinco últimas campañas (de 2016 a 2020) que es de 44,21 millones de hectolitros.
Por categorías, en vinos con Denominación de Origen Protegida (DOP), se prevén en la nueva campaña 2021/22 entre un 19% y un 26% menos que en la campaña anterior (casi 19,1 Mhl) y entre un 23% y un 29% por debajo de la media del último lustro (19,98 Mhl).
En vinos para la fabricación de aguardiantes destinados a las bebidas espirituosas, la producción estará un 22% y un 28% por debajo de la de 2020 (casi 10,74 Mhl) y será entre un 2 y un 10% inferior a la media quinquenal (casi 8,59 Mhl).
En vinos con Indicación Geográfica Protegida (IGP) se esperan entre un 28% y un 34% menos que en el pasado año (casi 13,41 Mhl), así como entre un 22% y un 28% menos que la media del periodo 2016-2020 (casi 12,32 Mhl).
En la categoría de otros vinos (sin Indicación Geográfica), la previsión es una fuerte caída de entre un 42% y un 47% menos que en 2020 (3,67 Mhl) y entre un 36% y un 41% menos que la media del lustro anterior (3,32 Mhl).
Heladas y enfermedades
Casi todas las zonas vitivinícolas se vieron afectadas por las heladas primaverales con una intensidad variable, según la variedad de uva o las zonas de producción. Los brotes más precoces de las variedades Chardonnay o Merlot fueron los más afectados, a diferencia de las variedades más tardías, como la Blanca Ugny. Borgoña, el Valle del Ródano y el centro del país fueron las zonas más afectadas, aunque las segundas brotaciones compensaron en parte las pérdidas.
En el Centro, Suroeste, Provenza y el Valle del Ródano, la floración tuvo lugar en condiciones climáticas húmedas y frescas, pero el “coulure” (caída de flores o de bayas jóvenes) y el “millerandage” (bayas pequeñas) acentuaron el descenso de la producción.
Desde el inicio de verano, la combinación de un fuerte crecimiento vegetativo y el clima húmedo favoreció la aparición de enfermedades (moho, mildiu polvoriento) y, en ocasiones, la podredumbre negra o brotytis, según la región, estando presente en racimos incluso de la región de Champagne, Alsacia, Beaujolais, Valle del Loira, Charentes, y Suroeste.
La evaluación de las pérdidas resultantes de estas enfermedades se analizará con más detenimiento en el próximo avance de cosecha y producción vitivinícola.
En el resto de las zonas no afectadas en las regiones periféricas del Mediterráneo, las uvas tienen buen tamaño, gracias a las lluvias de verano. En Provenza, Languedoc-Roussillon, si la sequía superficial se prolonga, podría disminuir la producción. A finales de julio, la mayoría de los viñedos presentaban un ligero retraso en su ciclo vegetativo en relación a 2020, como consecuencia de temperaturas de verano relativamente frescas.
Informe [FR]: 2021_103inforapviticulture