El Consejo de Colegios Oficiales de Ingenieros Agrícolas reunió este miércoles 21 de junio en Madrid a numerosos expertos en agricultura de regadío y en materia hídrica, en la jornada ‘Sostenibilidad en los usos agrícolas del agua’, celebrada en el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama).
Gobierno y expertos advierten que la agricultura española será de regadío o no será
La principal conclusión extraída es la de que hay que seguir apostando por la modernización del regadío (“la agricultura española será de regadío o no será”), para que la eficiencia hídrica abarque cada vez un mayor número de hectáreas de cultivo.
La razón principal, apuntaron todos los ponentes, es el reto que supondrá alimentar a una población que alcanzará los 9.500 millones de personas en 2050, según las previsiones. Además, el regadío puede ser compatible con la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático
“Como técnicos que somos, profesionales de la Ingeniería Agrícola, queremos ser parte activa en el debate sobre la gestión del agua, un recurso fundamental para asegurar el abastecimiento alimentario, en el ámbito agrario, porque muchos de nuestros profesionales están contribuyendo a la modernización del regadío y hay aspectos que han de ser visibles para la sociedad y materia de análisis para el sector”, afirmó en la inauguración de la Jornada, Javier Lorén, presidente del Consejo de Ingenieros Agrícolas.
Por su parte, Jaime Lamo de Espinosa, ministro de Agricultura en el periodo 1978-1981 y catedrático emérito de la Universidad Politécnica de Madrid (UPC), se mostró tajante al afirmar que en el regadío “está el éxito de la carrera de los alimentos frente a la demanda de una población creciente”.
Según la visión del también director de las publicaciones AgroNegocios y de Vida Rural, del Grupo Eumedia, como la superficie agrícola útil es limitada, es necesario aumentar los rendimientos de la tierra, algo que sólo puede ocurrir con el regadío y con una agricultura climáticamente inteligente.
En este sentido, afirmó que es necesario un Pacto de Estado del Agua, “algo extraordinariamente difícil, que deje al margen cuestiones políticas o territoriales para alcanzar consensos y enfocarse en las demandas de todos los ciudadanos mediante la interconexión de cuencas hidrográficas para responder a la escasez de agua, porque no sabemos si dentro de 30 años tendremos que bombear hacia el Sur, al Norte o en horizontal”.
Por su parte, Joaquín Rodríguez Chaparro, director general de la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (SEIASA) ofreció datos de la evolución de la modernización del regadío en España, que sólo en el siglo XXI ha afectado a 1,7 millones de hectáreas.
Esta inversión constante, recalcó, ha hecho posible, añadió que de 2001 a 2016 la producción agraria haya pasado del 56% a 67% sobre la total, y en consecuencia, la exportación hortofrutícola española ha llegado a los 12,8 Mt, lo que ha supuesto una facturación que prácticamente se han duplicado, pasando de los 6.244 M€ a los 12.000 millones.
En paralelo, sin embargo, el volumen de agua utilizado en agricultura se ha reducido en un 15% y en 2.679 Hm3 en solo 10 años, del 2004 al 2014, a pesar de reducirse un 6% la superficie de cultivo. Mientras, el riego localizado o por goteo, el más eficiente, concentra ya el 49,3%, situando a nuestro país como el primero del mundo en esta técnica de regadío, con 1,79 millones de hectáreas.
Rodríguez valoró los avances en modernización en los últimos 17 años, con resultados “estratosféricos”, lo que permitirá que España “sea un caso de estudio sobre el uso racional y de buena gestión del agua en el mundo”, añadió.
También puso el foco de atención en el papel de los técnicos: “La mejor manera de sacar partido a la modernización de regadíos es invertir en técnicos, porque los mejores resultados parten de proyectos en los que se hace un adecuado manejo del agua”, concluyó.
En los 16 años de vida de SEIASA, esta sociedad pública ha impulsado 277 obras de modernización de regadíos, tras firmar convenios con 160 comunidades de regantes, que agrupaban a 190.000 agricultores beneficiarios. De las 1,7 Mha modernizadas en este periodo, unas 537.201 ha, una tercer parte del total, han sido acometidas por Seiasa. La inversión alcanzó en este periodo los 1.900 M€, de los que 567 millones fueron aportados por los propios agricultores.
A mojarse, con el agua
A su vez, Alejandro Pérez Pastor, vicerrector de Innovación y Empresa de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPC), presentó el proyecto Life+ Irriman. Con un presupuesto de cerca de 1,8 M€, que persigue alcanzar un ahorro de hasta el 30% en distintos cultivos. El proyecto evalúa el ahorro de agua, la reducción de la energía utilizada y las emisiones de dióxido de carbono.
Por su parte, José Luis Moreu, catedrático de Derecho de la Universidad de Zaragoza, analizó la difícil distinción que existe entre las aguas privadas y públicas, así como sus consecuencias, una materia directamente ligada a la legislación y que ha sufrido el vaivén de las decisiones políticas, según su opinión, no siempre acertadas.
La jornada concluyó con una mesa redonda, moderada por Lourdes Zuriaga, presidenta de la Asociación de Periodistas Agroalimentarios de España (APAE), en la que participaron Manuel Navarro, subdirector general adjunto de Regadíos y Economía del Agua, del Mapama; Andrés del Campo, presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), Luis Tirado, delegado territorial de SEO/BirdLife en Aragón; Leonor Rodríguez Sinobas, profesora ETSI Agronómica, Alimentación y Biosistemas de la Universidad Politécnica (UPM) de Madrid; y Salvador García Todolí, Director Gerente de IGEVAL
Manuel Navarro apuntó que es necesaria una nueva revolución verde, con el desarrollo de nuevos cultivos que sean más eficientes con el agua, que en cualquier caso seguirá siendo necesaria para intensificar la producción.
Por su parte, el presidente de Fenacore, Andrés del Campo, quiso destacar cómo en materia de agua, la contaminación política es peor que la contaminación difusa, porque complica los procesos, enturbia las relaciones entre autonomías y no tiene en cuenta el interés común.
Asimismo, Luis Tirado, de SEO/BirdLife Aragón, incidió en que la modernización de regadíos sujeta a la población y la población a su vez favorece la biodiversidad. También demandó que aunque se priorice la agricultura de regadío, se siga apoyando a la de secano, de la que dependen muchos territorios.
Leonor Rodríguez Sinobas, por su parte, incidió en que la modernización será realmente útil si se apoya en datos climáticos fiables y se ajusta a cada cultivo y territorio.
Salvador García, gerente de IGEVAL, hizo referencia a su visión como técnico y en la creatividad que es necesaria aplicar en cada proyecto de modernización de regadío, al igual que para la búsqueda de financiación.
Esperanza de Orellana, directora general de Desarrollo Rural y Política Forestal del Mapama fue la encargada de inaugurar la jornada, que clausuró José Eugenio Naranjo, subdirector de Regadíos y Economía del Agua. Ambos incidieron en la importancia del tándem Innovación-Formación de los técnicos para mejorar la gestión del agua.
Desde su visión, la fijación de población, la seguridad alimentaria y la competitividad del sector agroalimentario dependen de que se siga apostando e invirtiendo por modernizar el riego en los cultivos en España, “pese a que en los últimos años por la crisis económica se ha ralentizado esta tarea.”, añadió Orellana.
Desde 2002 se han modernizado 1,5 millones de hectáreas, con una inversión de unos 3.000 M€, en buena parte financiados por las comunidades de regantes.
Según Orellana, la agricultura española “no puede existir sin el regadío, ya que se cuenta con 3,6 millones de hectáreas, que aportan el 67% del valor de la producción vegetal, por lo que el Gobierno lo defenderá sin complejos, dado que estos cultivos son perfectamente compatibles con la sostenibilidad, crean empleo y evitan la despoblación”.
La directora de Desarrollo Rural añadió que el Mapama tendrá redactado para después de verano el primer borrador de la Nueva Estrategia Nacional de Regadíos para analizarlo con regantes y sector del agua.