Los directivos del sector de alimentación y bebidas prevén movimientos corporativos. Un 40% de los mismos se muestra de acuerdo o muy de acuerdo con que se producirá un proceso de consolidación y el 55% con que habrá un incremento de las alianzas entre empresas.
Impacto Covid-19: más de la mitad de las empresas agroalimentarias cree que las alianzas en el sector aumentarán
Además, apenas un 10% se muestra en desacuerdo en que se acortarán las cadenas de abastecimiento de la industria, probablemente porque la Covid-19 ha dejado claro que las largas cadenas de abastecimiento, que han caracterizado a muchas industrias durante los últimos años, resultan muy frágiles ante las restricciones al movimiento internacional de mercaderías e insumos.
Así lo refleja el estudio “La crisis de la COVID-19 en el sector de alimentación y bebidas. Impacto y futuro”, llevado a cabo por los profesores de la Escuela de Negocios IESE, Adrián Caldart y Júlia Gifra, junto a Anna Akhmedova (de la Universitat Internacional de Catalunya).
El informe recoge la opinión de los líderes empresariales de 185 empresas relacionadas con la alimentación y bebidas, acerca del impacto de la Covid-19 en este sector y sus empresas, así como su visión de los retos anteriores y los nuevos planteados a raíz de la pandemia.
Ocho tendencias de consumo
Además, los autores interpelaron a los líderes del sector agroalimentario acerca de qué aspectos valora más el consumidor, tras el impacto de la Covid-19, y les pidieron que los puntuaran del 1 al 7.
Según las respuestas de los encuestados, se van a ver a usuarios cada vez más interesados en la seguridad alimentaria (5,83). Es decir, la sensibilidad de los consumidores a la seguridad alimentaria, que no constituía una prioridad explícita y significativa para el consumidor pre-COVID, quizá porque la daba por descontada, ahora recobra mayor interés.
Los consumidores mostraron también mayor preocupación por los productos saludables (5,61 puntos), en una tendencia que se ve reforzada por el interés en que la dieta fortalezca el sistema inmunológico.
En tercer lugar, están las compras online (5,58 puntos), puesto que la pandemia también ha dado un gran impulso al comercio electrónico y se espera que su peso relativo como canal siga creciendo.
Igualmente, mostrarán mayor interés por el precio y por la reducción de gastos (5,52 y 5,42, respectivamente), ya que, pese a la confianza en la persistencia de los valores asociados a la salud y la sostenibilidad, los encuestados están convencidos de que la contracción económica asociada a la Covid-19 persistirá hasta al menos 2023.
Los consumidores acudirán en su compra a las tiendas de proximidad (5,40), con mayor frecuencia y asiduidad, un cambio que ha llegado para quedarse.
El cuidado del medioambiente (5,39) es otro de los asuntos de interés, puesto que los clientes parecen priorizar las propuestas sensibles al cuidado del Planeta.
Otro aspecto que tendrán en cuenta es el compromiso con la comunidad (5,13), es decir, los consumidores se decantan por las marcas de fabricante y por las cadenas de distribución, en las que reconozcan un claro compromiso con la comunidad en la que desarrollan sus operaciones.
Y, por último, los consumidores mostrarán más sus preferencias de consumo por las marcas nacionales (5,06 puntos), que las prefiere a las importadas.
Según dicho estudio, aunque los encuestados dudan de que se produzca un cambio de hábitos de ocio, que lleve a nueva preferencia por las reuniones en el hogar (4,02 puntos), la hostelería es la gran fuente de preocupación del sector.
La encuesta revela que los directivos del sector de alimentos y bebidas no ven claro que, a corto plazo, los consumidores retomen de modo muy activo sus hábitos de salida (4,65). Así, indican una mayor probabilidad de que aumenten las reuniones en casa (5,26), debido a una combinación de una mayor preocupación por la seguridad (5,33 puntos), pero también por razones económicas (5,24).
Impacto desigual de la COVID-19
El sector de alimentación y bebidas se ha visto afectado de modo muy desigual por la pandemia. Los datos del estudio de IESE revelan estas fuertes diferencias.
Así, a nivel de facturación, más del 50% de las empresas encuestadas reportan caídas significativas de ventas (esto es, superiores al 5%) en el mercado local, y más del 25% sufrieron retracciones por encima del 20%.
En el otro extremo, un 27% de las compañías manifestó incrementos significativos en su facturación en España, mientras que un 20% restante señaló que no había sufrido variaciones apreciables en sus ventas.
Otro ámbito destacado de nuestra encuesta guarda relación con el impacto de la COVID-19 en el comercio exterior, que se vio claramente afectado, aunque también de forma desigual.
Así, las exportaciones del sector agroalimentario sufrieron un fuerte impacto, con más del 45% de las empresas que realizan ventas internacionales reportando caídas significativas, y un 25% reportando incrementos.
Por otro lado, solo un 24% de los directivos se muestra de acuerdo o muy de acuerdo con que se producirá un incremento de las exportaciones españoles de productos del sector.
En el terreno de las importaciones, casi el 46% de las compañías del sector, que habitualmente importan insumos y productos, revelaron una caída significativa en sus compras, contrapuesta por solamente un 15% de las que reportaron un incremento de sus compras en el extranjero.
Además, solo un 3% declaró estar de acuerdo o muy de acuerdo con que se vaya a producir un aumento de las importaciones en el sector.
En la encuesta del IESE, más del 60% de las empresas del sector indicaron que no alteraron significativamente sus plantillas durante los meses de confinamiento total, mientras que alrededor de un 15% señalaron incrementos del 5% o más en el tamaño de sus plantillas para responder a los incrementos de demanda, y un 20% manifestaron recortes.
De hecho, un 10% de las compañías informaron de reducciones de plantilla superiores al 20%; un porcentaje que incluye al 42% de los encuestados del canal Horeca, que revelaron los recortes más drásticos.
A nivel salarial, más de dos tercios de las empresas no alteraron las remuneraciones, mientras que, aproximadamente, un 10% señaló descensos en las mismas, y un porcentaje similar informó de subidas salariales.
Por su parte, las inversiones en formación se vieron claramente impactadas por la pandemia, aunque de modo desigual: mientras que un 30% de las empresas indicó recortes en este capítulo, más de un 20% optó por reforzarlas, aprovechando la ventaja de la mayor disponibilidad de tiempo de muchos empleados como consecuencia del confinamiento.
Otro ámbito relevante del análisis de nuestra encuesta es el relativo a las inversiones. Aquí destacan las inversiones y los avances producidos en transformación digital. Casi un 39% de las empresas del sector de alimentación y bebidas reforzaron sus inversiones en proyectos ligados a la transformación digital, mientras que tan solo un 17% las redujo.
Respecto la innovación en producto, aun estando lejos de los registros obtenidos en transformación digital, cabe remarcar que también observaron un sesgo levemente positivo: aproximadamente un 30% de las empresas reportó incrementos significativos en sus inversiones previstas respecto a las del 2019, frente a un 20% que optó por reducirlas de forma considerable.
El segmento de bienes de capital fue el más castigado por las decisiones de ajuste de las empresas del sector de alimentación y bebidas. En concreto, un 38% de ellas declara haber aplicado recortes significativos, y tan solo un 17% optó por incrementar sus inversiones respecto a las efectuadas en el 2019; de ellas, casi un 8% declaró que dicho aumento consistió en un pequeño porcentaje situado entre el 5% y el 10%.
Por último, cabe destacar que los directivos del sector de la alimentación y bebidas se mostraron de acuerdo o muy de acuerdo con que la sostenibilidad seguirá siendo una prioridad para ellos (50%) así como que los agentes locales, como la comunidad o los proveedores, ganarán peso en su toma de decisiones (36%).
Estudio completo de “La crisis de la COVID-19 en el sector de alimentación y bebidas. Impacto y futuro”, aquí.