La Comisión Europea no aprovechó el potencial de los macrodatos para analizar y, posteriormente, diseñar la Política Agrícola Común (PAC) de la UE, según un informe del Tribunal de Cuentas Europeo (TCE) publicado este martes 28 de junio.
Los auditores comunitarios señalan que, a pesar de disponer de grandes volúmenes de datos pertinentes para el diseño, seguimiento y evaluación de la PAC, sus herramientas y datos actuales no proporcionan información esencial necesaria para elaborar políticas bien fundamentadas a escala comunitaria.
Como consecuencia de ello, señala el organismo fiscalizador comunitario, la CE no dispone de pruebas suficientes para poder evaluar exhaustivamente las necesidades y el impacto de la PAC.
El TCE señala que La PAC representó más de un tercio del presupuesto comunitario (408.000 M€) entre 2014 y 2020, y ayuda a la Comisión Europea a apoyar las actividades de los Estados miembros con objetivos, que suelen estar interrelacionados y que van desde la garantía de la producción de alimentos y el refuerzo de la protección del medio ambiente, hasta el mantenimiento de los medios de subsistencia de los agricultores y el desarrollo de las zonas rurales.
Para saber si sus instrumentos políticos abordan eficazmente esos objetivos, la Comisión necesita, por tanto, añade este Tribunal, extraer datos de una serie de fuentes con los que establecer un nexo causal entre una medida de la PAC y sus resultados.
Según Joëlle Elvinger, miembro del TCE y responsable del informe, “los datos son básicos para aplicar unas políticas sólidas, y también en Agricultura, y los macrodatos se están convirtiendo en moneda de cambio”
Al respecto, afirmó que “La Comisión Europea debería mejorar el análisis de datos y aprovechar más activamente el potencial de los macrodatos para analizar la PAC a partir de una amplia información contrastada”.
No obstante, el órgano fiscalizador de la UE afirma que “la Comisión se enfrenta a obstáculos para hacer el mejor uso posible de los datos de los países comunitarios debido, principalmente, a que los datos pertinentes de los distintos Estados miembros no están en un formato normalizado único. Y ello dificulta su puesta en común y su reutilización.”
Además, se señala en el informe, la Comisión también se ve limitada para combinar datos de las explotaciones agrarias procedentes de distintas fuentes, ya que faltan sistemas que lo faciliten, como un identificador único para las explotaciones de toda la UE.”
A su vez, “los Estados miembros también agregan excesivamente los datos que envían a la Comisión, lo que limita el valor que Bruselas puede extraer de ellos.
Tampoco, la CE recopila actualmente datos suficientes sobre insumos agrícolas, como fertilizantes y plaguicidas, ni sobre prácticas agrícolas con impacto medioambiental.
También tiene un acceso limitado a los datos de los Estados miembros sobre explotaciones y empresas agrícolas, lo que dificulta obtener una descripción detallada de la distribución de los fondos de la UE, añade el informe auditor.
Lagunas y herramientas
El TCE indica que, para abordar las “lagunas de datos”, hacer un mejor uso de los datos existentes y satisfacer las necesidades de datos de la PAC, la Comisión adoptó varias iniciativas legislativas y de otro tipo, que podrían contribuir a un mejor análisis de las políticas. Por ejemplo, su Dirección General Agricultura y Desarrollo Rural (DG Agri) está desarrollando más posibilidades de compartir datos geográficos del principal sistema de gestión y control administrativo de la UE para la Agricultura (SIGC) en toda la UE.
Sin embargo, la DG Agri sigue utilizando herramientas convencionales, como hojas de cálculo, para analizar manualmente los datos que recoge de los países de la UE y no utiliza técnicas de macrodatos para la “minería” de textos y la extracción automatizada, señala este Tribunal.
Tampoco dispone de herramientas de tratamiento automatizadas o semi-automatizadas para analizar dichos datos, incluso si el análisis de los auditores demuestra que es posible una mayor automatización y que la sustitución de los lentos procedimientos manuales puede reportar beneficios, añade este organismo.
Los auditores concluyen que existe un margen significativo para que la CE incorpore análisis y herramientas avanzadas y rentables en sus sistemas informáticos para el tratamiento automatizado de la información, así como para hacer un mejor uso de los datos para el análisis de políticas.
Por otro lado, de los principales sistemas informáticos que la CE y los Estados miembros utilizan en la gestión de la PAC, muy pocos emplean análisis predictivos o prescriptivos, que ayuden a comprender lo que ocurrirá o cómo conseguir que algo ocurra, lo que podría ser útil para la planificación o el diseño de políticas.
El TCE indica que las organizaciones de todo el mundo utilizan cada vez más los macrodatos y que la agricultura es un sector en el que las innovaciones digitales se aplican cada vez más: los datos sobre las explotaciones agrícolas de la UE se crean y recogen a través de diversos medios, como registros administrativos y encuestas, aplicaciones para teléfonos móviles, satélites, drones y maquinaria de precisión.
Sin embargo, los macrodatos resultan demasiado complejos o demasiado grandes para los sistemas tradicionales de tratamiento de datos, y necesitan herramientas avanzadas y potencia de cálculo, según este Tribunal.
Las directrices para mejorar la legislación, elaboradas por la Comisión, añade el TCE, exigen un enfoque empírico, lo que implica que las decisiones estratégicas deben basarse en los mejores datos disponibles. Una política de base empírica necesita de datos pertinentes en cada etapa del ciclo, desde la fase de planificación al seguimiento y la evaluación. Al respecto, las políticas basadas en los datos permiten comprender mejor el impacto medioambiental de la agricultura, diseñar políticas específicas y utilizar sistemas de seguimiento basados en datos.
El TCE considera que el informe presentado es de interés tanto para la PAC que comienza en 2023, como para la PAC posterior a 2027.
Informe TCE: AQUÍ.
Respuesta de la CE: AQUÍ.