Carta de 22 Estados miembros a la CE para que responda a las preocupaciones del sector agrario europeo
Carta de España y Francia y de otros 20 Estados miembros a la Comisión Europea para responder a las preocupaciones de los agricultores y ganaderos europeos
Maroš Šefčovič
Vicepresidente Ejecutivo para un Pacto Verde Europeo, Relaciones Interinstitucionales y Prospectiva
Janusz Wojciechowski Comisario de Agricultura y Desarrollo Rural
Estimado Vicepresidente, estimado Comisario
Desde hace varios meses se están produciendo en muchos Estados miembros de la UE importantes manifestaciones en las que participan numerosos agricultores. Cada una de estas manifestaciones no es simplemente el resultado de una situación nacional propia de cada Estado miembro, sino más bien el síntoma de una crisis a escala europea.
Nosotros, los ministros de agricultura de Francia, España, Austria, Bulgaria, Croacia, Chipre, República Checa, Estonia, Finlandia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Polonia, Portugal, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia, constatamos que existen motivaciones comunes y reivindicaciones similares que se expresan en toda Europa a través de estas protestas de los agricultores.
Los bajos ingresos medios de los agricultores, en comparación con el resto de la población, y el aumento de los costes de producción y de las normas de producción, en un contexto de inflación amplificada por la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, son los catalizadores de estos movimientos en toda Europa.
Más allá de estas motivaciones circunstanciales, se expresan preocupaciones más estructurales. Entre las cuestiones legítimamente planteadas por los agricultores de toda Europa figuran la percepción de una falta de perspectivas a largo plazo para su profesión, la falta de reconocimiento del carácter estratégico de su actividad, la necesidad de una consulta transparente y exhaustiva dado el impacto directo que la normativa europea tiene en su trabajo y la falta de atractivo del sector.
Esta situación está provocando dificultades en el relevo generacional de los agricultores, lo que está generando temores muy arraigados sobre el futuro del sector agrario. Estos temores se ven alimentados, por un lado, por una cierta retórica que tiende a preconizar una forma de declive de la actividad agrícola y, por otro, por la forma en que los agricultores perciben el «Green Deal» europeo, que genera inquietudes más que ambiciones compartidas.
En todos nuestros Estados miembros, los agricultores cuestionan el exceso de normas en las explotaciones (cada vez más procedentes del exterior de la PAC), a pesar de que son las primeras víctimas del cambio climático, que afecta a su actividad cada vez con mayor frecuencia y gravedad.
Sin cuestionar la necesidad de actuar en favor del clima y de proteger los recursos, constatamos que estas nuevas normas, incluso más estrictas, son cada vez más difíciles de aceptar para los agricultores, sobre todo cuando no se exigen las mismas normas de producción para los productos procedentes de terceros países.
Por último, los agricultores europeos, que en su mayoría siguen profundamente vinculados a la PAC, tienen más dificultades para percibir la orientación que se ha dado a esta política. La PAC actual persigue muchos objetivos diferentes.
Es evidente que, tras el primer año de aplicación, su gestión se está volviendo extremadamente compleja tanto para los agricultores como para las Administraciones. La visión política que subyace a sus principales objetivos, consagrados en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, debe seguir siendo una prioridad fundamental.
Estamos decididos a dar las respuestas necesarias en nuestros propios Estados miembros. Pero una crisis a escala europea exige respuestas europeas, a la altura de las legítimas demandas que se expresan en toda la Unión.
Por ello, acogemos con satisfacción la carta enviada por la Presidencia a la Comisión Europea tras la última reunión del Consejo, y pedimos a la Comisión Europea que proponga avances concretos y soluciones precisas a las dificultades que pusieron de manifiesto todos los ministros el lunes 26 de febrero en la reunión del Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea.
En primer lugar, pedimos respuestas a muy corto plazo a problemas urgentes, que a veces son bastante sencillos de resolver si colectivamente ponemos los medios para ello.
Sabemos que la Comisión está dispuesta a responder, y reconocemos que el trabajo ya ha comenzado. Ahora esperamos una actuación enérgica e inmediata en cuestiones como el régimen de condicionalidad, la presión de los controles, debida en gran medida a la aplicación del Sistema de Monitorización de Superficies (AMS), el derecho al error y la simplificación de la gestión de los planes estratégicos nacionales de la PAC.
Pero también insistimos en la necesidad de dar perspectivas claras a los agricultores movilizados desde hace semanas. Es necesario actuar políticamente a medio plazo y dotarnos de un calendario de actuación clarificado, que incluya hitos concretos.
Para nosotros es crucial poder comunicar a los agricultores los cambios a medio plazo antes del otoño y hacerlos lo más visibles posible.
Pedimos a la Comisión que defina con mayor precisión su plan de acción, tanto en lo que se refiere a la dirección que desea tomar, como a los medios y el método que pretende desplegar. En particular, la voluntad de adaptar los reglamentos de base pertinentes de la PAC debe aclararse, y orientarse hacia las necesidades precisas que deseamos abordar colectivamente.
Más allá de la PAC, las intenciones de la Comisión de reforzar el lugar de los agricultores en la cadena alimentaria también deben especificarse claramente.
Por último, la Comisión tendrá que proporcionar análisis y responder en relación con la posible distorsión de la competencia de los productos importados.
Dado el nivel de expectativas de los agricultores, es sumamente importante que sepamos rápidamente qué cambios se van a introducir y en qué plazo.
Tenemos que avanzar juntos, de forma concreta, para ofrecer a los agricultores respuestas tangibles.
Por eso necesitamos ahora un calendario de actuación que nos permita completar el trabajo que estamos emprendiendo para responder a las expectativas de los agricultores europeos y consolidar la seguridad alimentaria y la autonomía estratégica de la Unión Europea y sus Estados miembros.
Marc Fesneau
Ministro de Agricultura y Soberanía Alimentaria de Francia
Luis Planas Puchades
Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación de España
Norbert Totschnig
Ministro Federal de Agricultura, Bosques, Regiones y Gestión del Agua de Austria
Kiril Vatev
Ministro de Agricultura y Alimentación de Bulgaria
Marija Vučković
Ministra de Agricultura de Bulgaria
Dra. Maria PANAYIOTOU
Ministra de Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente de Chipre
Marek Výborný
Ministro de Agricultura de la República Checa
Madis Kallas
Ministro de Asuntos Regionales y Agricultura de Estonia
Sari Essayah
Ministro de Agricultura y Bosques de Finlandia
Eleftherios Avgenakis
Ministro de Desarrollo Rural y Alimentación de Grecia
István Nagy
Ministro de Agricultura de Grecia
Charlie Mc Conalogue
Ministro de Agricultura, Alimentación y Marina de Irlanda
Francesco Lollobrigida
Ministro de Agricultura, Alimentación, Soberanía Alimentaria y Bosques de Italia
Armands Krauze
Ministro de Agricultura de Letonia
Kestutis Navickas
Ministro de Agricultura de Lituania
Martine Hansen
Ministra de Agricultura, Alimentación y Viticultura de Luxemburgo
Excmo. Dr. Anton Refalo
Ministro de Agricultura, Pesca y Derechos de los Animales de Malta
Czesław Siekierski
Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural de Polonia
Maria do Céu Antunes
Ministra de Agricultura y Alimentación de Portugal
Florin Ionut Barbu
Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural de Rumania
Richard Takáč
Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural de Eslovaquia
Mateja Čalušić
Ministra de Agricultura, Silvicultura y Alimentación de Eslovenia