¿Son elevadas las existencias previstas de cereales a nivel mundial en la campaña 2018/19? Pues, depende. Si se descuentan los enormes stocks que acapara el gigante asiático, China, no lo son tanto.
China acapara buena parte de los stocks mundiales de maíz y trigo
Según el análisis realizado por los Servicios Técnicos de Cultivos Herbáceos de Cooperativas Agro-alimentarias, China acapara un 47% de las existencias de trigo. En cifras, casi 125 Mt sobre un total de 263 millones. En maíz el ratio es mucho más elevado, pues China concentra cerca de un 62% del stock mundial, 167 Mt sobre un total previsto para final de la actual campaña de comercialización de 271 millones.
Son datos extraídos del último informe del Consejo Internacional de Cereales (CIC), con sede en Londres, ya que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) no pudo hacer el suyo de enero por el cierre de buena parte de la Administración federal.
Trigo
El CIC estima una producción de trigo en la actual campaña 2018/19 de 737 Mt, algo más que en el mes anterior, pero nada menos que 30 millones (-3,91%) por debajo de la campaña pasada. Esta producción es, además inferior al consumo esperado, que sube a 748 Mt, unos 9 millones más que un mes antes y 7 millones más (+0,94%) que en la anterior.
La primera consecuencia es que los stocks esperados a 30 de junio de 2019 bajan un 2,6% y en 7 Mt respecto al mismo periodo de 2017/18, quedando en 263 millones, rompiendo con una racha de todo un lustro creciendo. Ese descenso es más pronunciado en los 5 países más exportadores, donde bajan un 20,73% y en 17 millones, con lo que quedarían en 65 millones de toneladas.
El ratio entre existencias y consumo se queda en un 35,16%, frente al 36,44% de la campaña anterior. Es decir, el volumen de existencias cubriría ese porcentaje de consumo mundial de este cereal a lo largo de una campaña.
Como se ha dicho, China acapara un 47% del stock mundial previsto de trigo, pero además no es exportador (es decir, no va a vender al mercado del resto del mundo), sino uno de los más importantes consumidores de este cereal, con 129 millones de toneladas. Descontando el volumen en poder del gigante chino, las existencias disponibles respecto al consumo serían solo del 18%, un porcentaje bajo y que debería traer firmeza de precios al mercado.
Por países, según el análisis de Cooperativas, destaca la producción de trigo en Rusia, con unos 71,6 Mt, unos 2 millones más que en la previsión anterior, pero 13 millones menos que lo cosechado en 2017/18. Algo a tener también muy en cuenta. Sus exportaciones crecieron en 1,1 millones en el último mes, pero aún así con casi 8 Mt inferiores a las de la campaña anterior.
Maíz
La cosecha 2018/19 es, por ahora, la segunda mejor de la historia (dato bajista), con 1.076 Mt, solo por detrás del dato de la campaña 2016/17 (1.087 Mt) y supone un 2,77% y 29 Mt más que en el año anterior y un 4,6% por encima de la última media quinquenal (1.028,6 Mt).
Lo que sí se espera que sea récord es el consumo mundial de este cereal, con una previsión de 1.109 Mt, unos 3 millones menos que el mes anterior , pero 37 millones por encima del récord de la campaña precedente (dato alcista).
Esto lleva a que el stock mundial esperado a 30 de junio de 2019, a pesar de la importante cosecha, baje un considerable 10,86% y en 33 Mt respecto a la campaña anterior (271 Mt, de los que China acapara nada menos que 167 millones), dejando el ratio entre existencias y consumo en un 24,4%, un 3,92% inferior al de 2018/17, pero sin el gigante asiático se quedaría en un exiguo 9,65%, bastante ajustado y, sin duda, preocupante para la seguridad alimentaria mundial. Por si fuera poco, los 5 países productores y exportadores más importantes verían recortado un 14,08% y en 10 Mt su stock, hasta quedar en solo 61 millones.
Cebada
La producción mundial de este cereal se mantiene en 140 Mt, un 3,45% y 5 millones menos que en la campaña anterior, con un consumo previsto que también sería un 2,68% inferior al de entonces, con 4 millones menos, hasta 145 Mt, es decir por encima de la cosecha, dando lugar también a un importante recorte de las existencias del 23,08%, con 6 Mt menos, para quedar en unos 20 millones (solo 10 Mt, un 33,3% y 5 millones menos, en los principales países exportadores).
El ratio entre existencias y consumo baja también casi un 3,7%, hasta solo el 13,79%, el nivel más bajo desde al menos la campaña 2004/05, como se indica en el informe de Cooperativas.
Producción mundial
La producción mundial estimada de cereales, según los datos del informe del CIC a 24 de enero, es de 2.089 Mt, unos 10 millones más que en diciembre, pero un 0,62% y 13 millones inferior a 2017/18. Aún así, una cosecha bastante importante, por encima de los 2.000 Mt, como viene sucediéndose desde la campaña 2013/14.
El consumo mundial de grano alcanzaría un nuevo récord histórico, con 2.138 Mt, un millón más que en diciembre y un 1,47% y 31 millones más que en la campaña 2017/18, llegando a ser de 2.138 Mt, es decir, casi 50 millones más que la producción mundial esperada.
Las existencias almacenadas que se prevén para finales de campaña son de 566 Mt, unos 6 millones más que en diciembre, pero un 7,82% y 48 millones inferiores a las de 2017/18, con lo que sería la segunda campaña a la baja.
Los 5 principales países exportadores verían caer sus stocks un 19,1% y en 34 millones respecto a la campaña anterior, acumulando en conjunto 144 millones de toneladas.
El ratio entre existencias y consumo bajaría también casi un 2,7%, quedando en un 26,47% respecto al 29,14% de 2017/18 y similar al de la campaña 2014/15.
Menos siembras en España
En la reunión semestral de la sectorial de Cultivos Herbáceos de la organización agraria, ASAJA, celebrada en Madrid, los productores coincidieron en señalar el descenso significativo de la superficie de siembra de cereal de invierno en las principales zonas productoras de nuestro país.
En concreto, este descenso está entre un 4 y un 5% de la superficie total, lo que equivale a cerca de 300.000 hectáreas.
La falta de rentabilidad de estos cultivos es la principal causa y está motivada por los bajos precios en origen que percibe el productor y por el aumento de los costes de producción.
Frente a las 5,5 Mha sembradas en la pasada campaña, en este otoño-invierno se han sembrado aproximadamente 300.000 ha menos. Esta disminución afecta a las principales zonas productoras.
La sementera ha sido muy irregular. La falta de precipitaciones condicionó las siembras tempranas y, por otro lado, el exceso de agua en noviembre provocó retrasos en las siembras más tardías. Como consecuencia de todo esto, la nascencia ha sido también muy dispar, provocando incluso el levantamiento del cultivo, como en el caso de la colza en algunas zonas.
Además, en la reunión de la sectorial se puso de manifiesto la preocupación existente entre los agricultores ante la falta de soluciones a la disminución de producción provocada por distintas plagas y enfermedades, y la proliferación de la fauna silvestre.
La retirada del mercado de distintas materias activas que contribuían a la lucha contra estas plagas deja a los productores sin herramientas efectivas para su control, que sí tienen otros competidores fuera de la UE.
A esta situación hay que unir también la prohibición de la quema de rastrojos, medida adoptada por buena parte de las CC.AA. y que condiciona notablemente el desarrollo del cultivo. No obstante, hay que recordar que esta práctica está contemplada en la normativa comunitaria.
Por todo ello, el desánimo es patente entre los agricultores que cada año encuentran más dificultades para seguir apostando por este sector, debido a la falta de rentabilidad no solo de los cereales, sino también del maíz y las oleaginosas como la colza y el girasol.
La tendencia, cada vez, mas creciente es buscar otras alternativas de cultivo como son los leñosos e incluso incrementar las superficies de barbecho.
Sin embargo, el peligro de esta tendencia es que cada vez seremos más dependientes de terceros países en lo que a nuestras necesidades de consumo de cultivos herbáceos se refiere, incrementando aún más nuestra servidumbre en un país ya de por sí deficitario en cereales.