El tiempo caluroso y seco, unido al exceso de precipitaciones en varias partes de Europa durante el verano de 2023, continuó poniendo a prueba la resistencia de los agricultores, según el informe de otoño de la Comisión Europea sobre «Perspectivas a corto plazo de los mercados agrícolas de la UE.»
Los rendimientos de diversos cultivos herbáceos y de cultivos especializados, como el olivar y la vid, se vieron afectados, las cosechas se retrasaron, aparecieron plagas y enfermedades, y la calidad de algunos productos también sufrió las consecuencias.
Los rendimientos de diversos cultivos herbáceos y de cultivos especializados, como el olivar y la vid, se vieron afectados, las cosechas se retrasaron, aparecieron plagas y enfermedades, y la calidad de algunos productos también sufrió las consecuencias.
Al mismo tiempo, hubo indicios de perspectivas de mercado positivas para el sector agrícola comunitario, ya que los costes de los insumos, como la energía, los fertilizantes y los piensos, siguieron bajando.
Las exportaciones de productos agroalimentarios recuperaron también cierta competitividad, confirmando la posición de la UE como primer exportador mundial.
Según Bruselas, la inflación mensual de los alimentos empezó a descender desde julio en la UE. Aunque los precios de los alimentos siguen siendo una gran preocupación para los consumidores, esto podría suponer cierto alivio en la demanda de determinados productos. En general, la inflación alimentaria representa casi el 40% de las subidas de precios al consumo.
El vino es, por ejemplo, uno de los productos cuyo consumo bajó debido a la subida de precios, unido al descenso estructural del consumo de tintos. La destilación de crisis, autorizada este verano por la Comisión Europea contribuyó, no obstante, a estabilizar el mercado.
Por su parte, la carne también se ve afectada negativamente por un descenso del consumo debido a los altos precios. La mejora de las condiciones de los pastos, así como la disminución de los costes de los piensos, han supuesto un cierto alivio para los ganaderos.
Sin embargo, la producción cárnica, con excepción de las aves de corral, podría mantenerse por debajo de la media.
La subida de los precios de los abonos nitrogenados en la UE evitó tanto una escasez generalizada, como un menor uso incontrolado de fertilizantes por parte de los agricultores comunitarios, señala Bruselas.
La Comisión ha estado siguiendo de cerca el mercado de fertilizantes y lanzó en julio de 2023 el Observatorio del Mercado de Fertilizantes de la UE .
La producción de cereales de la UE para 2023/24 se situará un 4,3% por debajo de la media quinquenal, en 268,5 Mt, debido a las adversas condiciones meteorológicas de la primavera y el verano, que afectaron especialmente a la producción de maíz y cebada.
Según la Comisión, el uso de cereales para la fabricación de piensos podría permanecer estable, mientras que los destinados a producir biocarburantes podría seguir creciendo (un 12% por encima de 2022/23).
La UE sigue siendo exportadora neta de cereales, sobre todo de trigo. Las exportaciones a Oriente Medio y al África subsahariana aumentaron especialmente en los últimos meses.
Por su parte, la producción de semillas oleaginosas de la UE va especialmente bien (un 11% por encima de la media de los últimos cinco años), según Bruselas, impulsada por una recuperación de la producción de girasol, así como por una mayor producción de soja.
Asimismo, aunque la prohibición total del uso de neonicotinoides causa algunos problemas a los cultivadores de remolacha azucarera de la UE, se espera que éstos aumenten las superficies de siembra, el rendimiento de la remolacha y su contenido en azúcar, en comparación con el descenso registrado el año pasado.
La producción comunitaria de azúcar en la campaña 2023/24 se prevé en 15,6 Mt, cerca de la media de los últimos cinco años.
La producción de aceite de oliva seguirá siendo baja, señala la CE, y no se espera que se recupere por completo en la actual campaña 2023/24.
Los precios de este producto seguirán siendo altos, lo que se traducirá en menores exportaciones y en menor consumo en la UE.
En determinadas regiones, los precios son casi tres veces más altos que la media de los últimos cinco años.
Para Bruselas, unas importaciones estables podrían compensar en cierta medida la menor oferta disponible de la UE, que, no obstante, seguirá siendo baja.
En cuanto a la producción vitivinícola, la CE que en la actual campaña 2023/24 disminuya alrededor del 6% en la Unión Europea, principalmente debido a un descenso en las producciones italiana y española.
La demanda de los consumidores, especialmente de vino tinto, sigue disminuyendo, señala Bruselas, debido a su menor poder adquisitivo y optan por otras bebidas, como la cerveza.
Afectadas también por el clima desfavorable, las producciones comunitarias de manzanas y naranjas experimentarán una tendencia a la baja similar, con alrededor de un 2% menos en comparación con el año pasado.
Además, es probable que se utilicen más frutas para procesamiento industrial frente a su consumo en fresco, debido a su menor calidad y a los mayores costos de almacenamiento.
Las entregas de leche de la UE se mantienen bastante estables y la Comisión estima que aumentarán un 0,3% en 2023.
Los precios de la leche cruda de la UE han estado bajando desde principios de año y, aunque los costes de la energía, los fertilizantes y los piensos están empezando a disminuir lentamente, siguen siendo elevados, lo que genera márgenes estrechos para los productores comunitarios de leche.
La CE prevé que la producción de queso sea un 1% mayor en 2023 que el año pasado. Es probable que la reducción de la inflación de los alimentos en la UE tenga un impacto positivo también en el consumo interno (+0,2%).
Más allá de lo previsto, está aumentando la producción de productos lácteos frescos (nata y leche de consumo) y, como es poco probable que las exportaciones de la UE aumenten debido a la disminución de la demanda en China, es posible que se consuman volúmenes adicionales en el mercado interior, lo que provocará una mayor resistencia al aumento de precios que en el caso de otros productos de origen animal.
Los europeos seguirán consumiendo menos carne, apunta el informe comunitario. En general, se espera que el consumo de carne per cápita en la UE disminuya un 1,5% en 2023, debido a la inflación de los precios y a la menor oferta en el mercado.
La disminución es más pronunciada en el consumo de carne de vacuno (-3,5%) y de carne de cerdo (-5,2%), mientras que el consumo de carne de aves crecerá un 4,3%.
Los precios de la carne de vacuno y de aves se mantienen altos, debido a la menor oferta.
Gracias a una recuperación de la producción la carne de ave sigue siendo una de las fuentes de proteína animal más baratas para el consumidor, señala la Comisión.
Por su parte, Bruselas espera que la producción de carne de ovino de la UE se vea afectada por varios factores, como una disminución estructural del rebaño de ovejas, una menor disponibilidad de pastos, especialmente en los países mediterráneos, mayores costos de los piensos y brotes de viruela ovina en ciertos países.
Informe CE [EN]: short-term-outlook-autumn-2023_en