Copa-Cogeca muestra su oposición al acuerdo comercial UE-Mercosur y pide medidas urgentes para proteger la cadena alimentaria de la UE
Al reanudarse los debates sobre el acuerdo comercial UE-Mercosur del 7 al 9 de octubre en Brasilia, Copa-Cogeca, la organización que agrupa organizaciones europeas de agricultores y ganaderos, reafirma una vez más su firme oposición al acuerdo, destacando en un comunicado sus posibles repercusiones en la cadena de suministro agroalimentario de la UE.
«Desde 2019, la Comisión Europea ha introducido importantes textos legislativos en el marco del Pacto Verde Europeo, como el paquete Fit for 55, la Ley de Restauración de la Naturaleza, la Directiva de Emisiones Industriales y otras en tramitación. Estas iniciativas que afectan al futuro de la agricultura europea no garantizan la reciprocidad con nuestros socios comerciales ni la coherencia entre las políticas internas y externas. Esto crea un desequilibrio, dando a los competidores con normativas medioambientales más débiles una ventaja de mercado injusta.
Incluso con un instrumento adicional de sostenibilidad, cuyos detalles siguen siendo vagos, está claro que los países del Mercosur no están en condiciones de adoptar normas similares impuestas a los agricultores europeos. No podemos aceptar un acuerdo que penaliza a los productores de la UE por cumplir estas normas, al tiempo que permite las importaciones de países que no se enfrentan a los mismos requisitos.
Además, este acuerdo corre el riesgo de fomentar el comercio de productos asociados a la degradación medioambiental y a la pérdida de biodiversidad en los países del Mercosur, especialmente en Brasil. Estas repercusiones podrían tener consecuencias devastadoras para nuestro medio ambiente y nuestra agricultura. Además, debemos tener en cuenta las implicaciones para el bienestar animal, ya que las normas aplicadas en los países de Mercosur no coinciden con las de la UE, lo que podría socavar nuestros esfuerzos por promover el trato ético de los animales.
Además, el acuerdo podría reavivar las protestas de los agricultores en toda Europa, especialmente en relación con productos sensibles que son vitales para los sectores agrícolas locales. De hecho, nuestros sectores ya se enfrentan a numerosas incertidumbres. La guerra en curso en Ucrania ha provocado un aumento de las importaciones de productos ucranianos, unido a un preocupante nivel elevado de los costes de la energía y los fertilizantes. Añadir el acuerdo UE-Mercosur a este contexto agravaría estas desventajas competitivas sin ofrecer garantías tangibles de progreso en materia de sostenibilidad.
Por último, pero no por ello menos importante, el diálogo estratégico ha concluido que «la Comisión Europea debe reconocer mejor la importancia estratégica de la agricultura y los productos alimentarios en las negociaciones comerciales, emprender una revisión exhaustiva de sus estrategias de negociación y revisar su método de realizar evaluaciones de impacto antes de las negociaciones comerciales». El mandato que se está utilizando en estas negociaciones data del siglo pasado (1999), mientras que las concesiones sobre productos sensibles se habían decidido antes de la crisis de Covid y la guerra de Ucrania y su posible adhesión a la UE.
La celebración de un acuerdo de este tipo iría, por tanto, en contra del espíritu del diálogo estratégico sobre las negociaciones comerciales y enviaría un pésimo mensaje a la comunidad agroalimentaria al comienzo del nuevo mandato de von Der Leyen».