COAG y FEPEX critican que provocan un alza importante de los costes de producción y frenan el acceso a mercados de países terceros.
Denuncias de impacto negativo de las plagas importadas en el cultivo y la producción de tomate para fresco
El Grupo de Trabajo de tomate, incluido en el “Grupo de Dialogo Civil de Horticultura y Aceite de Oliva” de la Comisión Europea, del que es miembro la patronal empresarial de productores y exportadores de frutas y hortalizas, FEPEX, destacó el impacto negativo que están teniendo las plagas importadas.
Un ejemplo es la Tutta absoluta, con una repercusión doble porque, por un lado provocan un incremento significativo de los costes de producción y, por otro, constituyen una barrera de acceso a los mercados de terceros país, limitando fuertemente la política de diversificación de mercados.
En el transcurso de la reunión también se evidenció la fuerte preocupación existente por la difusión de la plaga “Tomato Brown rugose fruit virus (TOBRFV), procedente de Jordania, sobre la que no existe constancia en España, y que está presente en Alemania e Italia, habiéndose detectado también en México y Estados Unidos.
Control en frontera
Por su parte, desde la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) se alertó también en la reunión de este Grupo de Trabajo sobre el imparable aumento de las “importaciones de plagas de terceros países” y el deficiente control en frontera.
Durante su intervención en el Grupo de Expertos de Tomate de la UE, el responsable de frutas y hortalizas de COAG, Andrés Góngora, sobre los costes para los agricultores de la errática política de la UE: “es contradictorio, no tenemos las mismas armas para producir, pero luego en la UE importamos productos que sí las usan y además se permite la entrada de plagas que aquí no tenemos y que no podemos abordar con facilidad. Es vital un exhaustivo control en frontera de las frutas y hortalizas y del material vegetal importado y la exigencia de los mismos estándares de producción en todas las producciones agrarias que entren al territorio comunitario”, subrayó Góngora.
Como ejemplo, el representante de COAG expuso el caso de la Tuta absoluta en tomate, introducida en el territorio UE por la entrada de material vegetal infectado desde Sudamérica en la campaña 2006-2007 y que aún sigue causando estragos en las producciones de invernadero del Sureste español.
“De media, combatir esta plaga supone un coste de más de 2.000 euros por campaña para cada agricultor. Requiere un enfoque global, porque ningún método es suficiente por sí solo. Un mezcla de medidas culturales (colocación de mallas y doble puerta en invernaderos, solarización y parada biológica y gestión de restos vegetales del cultivo), con medidas de lucha biológica. Como en otros tantos casos de plagas importadas, que no tenemos aquí, los tratamientos químicos no son eficaces porque no hay materias activas en el mercado para atajarlas”, indicó Góngora.
Desde la década de los 90, la entrada de virus de terceros países ha experimentado un crecimiento imparable. El virus de “spotted” (TSWV) puso contra las cuerdas el cultivo de pimiento al inicio de los años 90. El virus de las venas amarillas del pepino (CVYV) en el 2000, obligó a un cambio drástico en la manera de cultivar, mejorando el cerramiento de invernaderos y cambiando el control químico de plagas por el control biológico e integrado. Y más reciente, el virus de Nueva Delhi (ToLCNDV), la mencionada Tuta absoluta, o la virulenta Xyllella fastidiosa en olivar y resto de leñosos, han supuesto un nuevo foco de preocupación, pérdidas y aumentos de costes para los agricultores del Sur de Europa.
Previsiones de campaña
El Grupo de Trabajo del Tomate para consumo en fresco avanzó en la reunión mantenida en Bruselas, las previsiones de la campaña de verano, estimándose una estabilización de la superficie en Países Bajos, Bélgica y España, con una ligera reducción en Italia, y analizó también el comercio intra y extracomunitario.
En el conjunto de la Unión Europea para el verano se prevé una estabilización de la superficie de cultivo en Países Bajos, Bélgica y España, con una ligera reducción en Italia.
La superficie prevista para el cultivo de tomate de verano en Italia es de 18.900 hectáreas, con una producción de 605.000 toneladas.
En Países Bajos y de abril a noviembre, se prevé una superficie de 1.800 ha y 765.000 t, de las que el 11% corresponde a tomate redondo, el 73% a tomate en rama y el 16% a especialidades.
En Países Bajos también se observa un incremento significativo de las producciones de invierno, habiendo crecido un 33% en los últimos cinco años.
En España se prevé una campaña de verano con 650.000 t sobre una superficie de 8.200 hectáreas.
En Francia las previsiones de verano apuntan a una superficie de 2.131 ha con 526.845 t.
En cuanto a Marruecos, la representación de este país en el grupo europeo anunció sus previsiones de producción para la próxima campaña, que ascenderá a 815.000 t sobre una superficie de 5.240 hectáreas, con un alza del 1% sobre las 806.000 t del año anterior.
De las hectáreas previstas el 71% corresponderá a tomate redondo, el 4% a tomate en rama y el 24% a especialidades, incluido el cherry o tomate cereza.
Destaca también el fuerte crecimiento de las importaciones procedentes de Turquía con 107.799 toneladas en 2018.
El Grupo de Tomate de la Comisión Europea analizó también la situación del mercado en la campaña de invierno 2018/2019, el comercio intracomunitario y las importaciones de terceros países.
En la campaña de invierno 2018/2019 y según el informe de la Comisión Europea se observa una fuerte volatilidad de las cotizaciones en todos los mercados, especialmente en el tomate redondo y en el periodo comprendido entre el mes de abril y septiembre.
En 2018 y en el mercado de la UE, Países Bajos se consolida como primer proveedor de la UE con 948.654 t, seguido de España con 777.244 t, estando estabilizada la exportación española en los últimos cinco años.
Le sigue Marruecos con una exportación de tomate en 2018 de 547.584 toneladas, destinando 450.757 t al mercado de la UE.
Asimismo, FEPEX destacó que las políticas energéticas de los diferentes Estados miembros están siendo determinantes de su competitividad, observándose, por otro lado, una fuerte orientación de las producciones comunitarias hacia especialidades, así como una concentración de las importaciones en tomate redondo.