La Organización Europea y Mediterránea para la Protección Vegetal (EPPO) ha confirmado la detección en Chipre de Diaphorina citri, el psílido asiático portador más eficiente de la cepa más agresiva y letal para los cítricos de la bacteria Candidatus liberibacter que causa el Huanglongbing (HLB) o greening. Este hallazgo se suma a la detección de este mismo vector, confirmada en enero de 2022, en Israel, lo que ratificaría su capacidad para expandirse en el Mediterráneo.
Diaphorina citri es el vector que más y mejor contribuye a propagar la especie asiática de la bacteria Candidatus Liberibacter asiaticus, la más destructiva: una vez infectados los árboles inevitablemente mueren en un período máximo de ocho años, dependiendo de la edad y condiciones del cultivo.
Diaphorina citri es el vector que más y mejor contribuye a propagar la especie asiática de la bacteria Candidatus Liberibacter asiaticus, la más destructiva: una vez infectados los árboles inevitablemente mueren en un período máximo de ocho años, dependiendo de la edad y condiciones del cultivo.
Dado que se trata de un insecto regulado como de cuarentena, portador de una enfermedad cuya prevención, combate y detección está tipificada como ‘prioritaria’, las medidas de erradicación a adoptar en Chipre deberán ser inmediatas. Intercitrus ha solicitado a la Comisión Europea (CE) que abra una investigación sobre el origen del foco (que la EPPO no detalla), supervise y colabore financieramente en la ejecución de estas acciones.
Los cítricos españoles se encuentran además amenazados por expansión en el norte de España y por casi todo el litoral atlántico de Portugal de la Trioza erytreae, el insecto vector de la cepa africana «más benévola» del HLB.
“La presencia en nuestro país de uno o peor, el riesgo cada vez mayor de tener los dos portadores del HLB, nos hace pensar que la llegada de la bacteria más temida, frente a la que no hay cura y que ha sido capaz de reducir a la práctica nada la citricultura de Florida y menguar de manera patente la de Brasil, podría ser sólo cuestión de tiempo”, señala la presidenta de Intercitrus, Inmaculada Sanfeliu.
Por tal razón, la interprofesional reclama a las autoridades de las autonomías con producción de cítricos, al Gobierno y a la CE que contribuyan a reforzar “de inmediato” las medidas de prevención y las líneas de investigación abiertas para la lucha biológica contra estos vectores –frente a los que no habrían insecticidas eficaces autorizados en la UE-, para la obtención de patrones o variedades resistentes o tolerantes a la enfermedad así como los controles en campo para su detección precoz y los fijados en frontera para evitar su acceso.
“España, en caso de que el HLB llegase, difícilmente podría contener la enfermedad y es casi seguro que la bacteria acabaría con nuestro sector a medio plazo”, advierte Sanfeliu. «Extrapolando las cifras de la evolución experimentada en Florida, en 7,5 años desde su posible entrada, la producción de naranjas, mandarinas y limones quedaría reducida a la mitad (de 7 a 3,6 millones de toneladas) y a los 15 años la citricultura pasaría a ser un cultivo residual», apuntan.
Además, según explican desde la interprofesional, la estructura minifundista y las más estrictas regulaciones europeas en materia medioambiental y de fitosanitarios –que prohíben los piretroides y neonicotinoides usados contra D.citri– dejarían menor margen para la reacción a España que el que han tenido otros países terceros. “Debemos ganar tiempo para encontrar soluciones con las que combatir la enfermedad”, concluye la presidenta de Intercitrus.