El acuerdo sobre el Mecanismo de Ajuste del Carbono en Frontera (CBAM) deja en fuera de juego a la agricultura comunitaria
Tras semanas de intensas negociaciones bajo la Presidencia checa de la UE, los legisladores (CE, Parlamento Europeo y Consejo) alcanzaron durante el pasado fin de semana un acuerdo decisivo sobre asuntos clave del paquete «Fit for 55», como es el régimen de comercio de derechos de emisión, el Fondo Social para el Clima y los elementos finales del acuerdo sobre el Mecanismo de Ajuste del Carbono en Frontera (CBAM).
Para el COPA-Cogeca, los agricultores, silvicultores y cooperativas agrarias europeas están también comprometidos con el objetivo de conseguir que la UE sea climáticamente neutra en 2050, reduciendo nuestras emisiones, produciendo biocombustibles, bioenergía y materiales de base biológica para otras industrias, y aumentando/manteniendo el sumidero de carbono al que la agricultura y la silvicultura pueden contribuir, optimizando la absorción de CO2 de los ecosistemas, al tiempo que se sustituyen los combustibles fósiles.
No obstante, esta organización, que defiende los intereses del sector productor agrario comunitario y de sus cooperativas, recuerda que la producción de alimentos (incluidos los piensos para la alimentación animal) sigue siendo un factor central, según el artículo 2 (b) del Acuerdo de París.
Consideran que la aplicación en los próximos años de estas iniciativas traerá consigo profundos cambios e importantes inversiones, que redefinirán nuestro modelo de agricultura durante las próximas décadas.
Sobre el terreno, los agricultores europeos están inmersos en estas múltiples transiciones que, si no se plantean adecuadamente, corren el riesgo de tener graves consecuencias sobre la seguridad alimentaria, la asequibilidad de los alimentos y la renta de este colectivo, poniendo en riesgo la viabilidad a largo plazo de esta actividad, a la vez que se aumenta el riesgo también de «fuga de carbono» (en otros términos, que lo que se deje de producir en la UE por las mayores exigencias “climáticas” para evitar las emisiones de gases contaminantes, llegue al mercado comunitario de terceros países, que no tienen por qué cumplir las mismas).
Distorsiones en el mercado agrícola por la inclusión de los fertilizantes en el CBAM
En cuanto al CBAM, el Consejo y el Parlamento Europeo acordaron una aplicación progresiva a lo largo de un periodo de nueve años, entre 2026 y 2034. Al respecto, el COPA-Cogeca reitera su posición en numerosas ocasiones desde el inicio de este debate; es decir, que la inclusión de los fertilizantes en el Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera (CBAM) creará nuevas distorsiones del mercado para los sectores derivados, como la agricultura.
Esta inclusión hará que el precio se dispare aún más, aumentando el coste de la producción agrícola en Europa, al tiempo que hará más competitivo y atractivo el uso de los alimentos importados.
Esta doble penalización para los agricultores sería insoportable, teniendo en cuenta el precio actual y previsiblemente creciente de los fertilizantes, que ya se encuentran en máximos históricos, con los efectos acumulativos derivados de la crisis de la COVID y la guerra de Ucrania.
En este sentido, las medidas en otros ámbitos políticos deben evaluarse y elaborarse, de forma que se limite el impacto en la agricultura de la UE, al tiempo que se estudie la viabilidad de incluir la agricultura en el CBAM o de desarrollar otro instrumento adecuado para evitar las «fugas de carbono» en este sector.
Además, los ingresos generados por el nuevo sistema deberían apoyar a los sectores afectados, como es la agricultura.
Pese a todo, el COPA-Cogeca está dispuesto a contribuir a los futuros debates sobre la aplicación de este instrumento para garantizar que los agricultores y las cooperativas europeas sigan siendo socios en la transición climática.