La suspensión de la Iniciativa de Granos del Mar Negro (BSGI, por sus siglas en inglés, Black Sea Grain Iniciative) el pasado 17 de julio y los recientes ataques a las instalaciones de tratamiento y manipulación de granos en Ucrania ponen bajo nueva presión a los mercados agrícolas mundiales, según un informe de AMIS (Agricultural Market Information System) Monitor de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Más allá de las repercusiones ampliamente comentadas para los mercados de cereales, es igualmente importante evaluar las posibles repercusiones para los fertilizantes.
Más allá de las repercusiones ampliamente comentadas para los mercados de cereales, es igualmente importante evaluar las posibles repercusiones para los fertilizantes.
¿Podría repetirse la situación de la primavera de 2022, cuando los precios de los fertilizantes alcanzaron máximos históricos y amenazaron la seguridad alimentaria mundial?
La BSGI se estableció en julio de 2022 para permitir las exportaciones comerciales de alimentos y fertilizantes desde tres puertos ucranianos clave.
Aunque la Iniciativa ayudó a restablecer los flujos agrícolas, los datos oficiales muestran que las exportaciones de fertilizantes a través de esos puertos no se materializaron.
Evidentemente, los armadores y comerciantes evitaron la zona, debido a las limitaciones añadidas y a los mayores riesgos.
En este sentido, no se espera que la suspensión de la BSGI tenga repercusiones inmediatas para los mercados de fertilizantes, según el AMIS Monitor.
Vinculado a la BSGI, se estableció un acuerdo para facilitar también la exportación de alimentos y fertilizantes rusos.
La Federación Rusa fue el mayor exportador mundial de amoníaco en 2021, pero sus exportaciones han sufrido un duro golpe desde que estalló la guerra en Ucrania.
El AMIS prevé que el mercado mundial de amoníaco siga siendo sensible al bloqueo comercial
El importante oleoducto de amoníaco Toyatti-Odessa, que conectaba a los fabricantes rusos con el Mar Negro, quedó primero inactivo y luego dañado.
Aunque otros exportadores consiguieron cerrar la brecha de suministro y la demanda mundial se redujo, el mercado del amoníaco seguirá siendo especialmente sensible a las perturbaciones, ya que la suspensión del BSGI retrasa cualquier perspectiva de restablecimiento de las exportaciones rusas.
La situación es diferente para otros fertilizantes. Las exportaciones rusas de urea y fosfatos en realidad se aceleraron en 2022/2023, ya que los exportadores cambiaron la logística a través de los puertos nacionales en el Mar Báltico, con precios internacionales históricamente altos que cubren los costos de transporte adicionales.
Las exportaciones de potasa también continuaron, aunque a un ritmo más lento debido a los desafíos para los envíos ferroviarios y la menor demanda mundial de potasa.
Sin embargo, es probable que la Federación Rusa mantenga su elevada cuota del comercio mundial de potasa.
El fin de la BSGI confirma que las exportaciones de fertilizantes desde el Mar Negro no volverán pronto a la «normalidad» del pasado. Pero el comercio mundial ha tenido tiempo de adaptarse desde el estallido de la guerra y cabe esperar que siga garantizando un suministro suficiente, en ausencia de otras perturbaciones.
De hecho, los precios de los fertilizantes apenas reaccionaron a los últimos acontecimientos y continuaron una tendencia al alza ya iniciada en junio, tras varios meses de descensos.
Aún faltan meses para la próxima gran ronda de compras, y en el último año los agentes del mercado han desarrollado nuevas opciones logísticas y políticas entre las que elegir. Con todo, los mercados de fertilizantes seguirán muy atentos a la evolución del Mar Negro.
https://www.amis-outlook.org/news/detail/en/c/1156500/
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