El índice de precios de los alimentos básicos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) se redujo en un 2,5 % en junio, tras un año de aumentos consecutivos.
El índice FAO de precios mundiales de los alimentos básicos cae por primera vez en 12 meses
El índice de precios de los alimentos de la FAO se situó en el pasado mes de junio en un promedio de 124,6 puntos, es decir, un 2,5 % menos que en mayo, pero aun así un 33,9 % por encima de su nivel en el mismo período del año pasado. El descenso de junio constituyó la primera caída del índice tras 12 aumentos mensuales consecutivos.
La caída de junio obedeció al descenso de los precios de los aceites vegetales, los cereales y, en menor medida, los productos lácteos, que compensaron con creces el aumento general de las cotizaciones de la carne y el azúcar.
Así, el índice de precios de los cereales registró en junio un promedio de 129,4 puntos, unos 3,5 puntos (un 2,6 %) menos que en mayo, pero aun así 32,7 puntos (un 33,8 %) por encima de su valor de junio de 2020.
Tras alcanzar en mayo su nivel más elevado desde enero de 2013, en junio los precios internacionales del maíz cayeron un 5%, aunque permanecieron más de un 72 % por encima de los del mismo período del año pasado.
Los precios del maíz en la Argentina registraron una caída debido al aumento de la oferta derivado de las últimas cosechas como resultado de unos rendimientos mayores de lo previsto anteriormente.
A pesar de los daños provocados por la sequía, las cosechas en curso también ejercieron una presión a la baja sobre los precios del maíz en el Brasil. En Estados Unidos, los precios del maíz disminuyeron hacia finales de mes, cuando las precipitaciones mejoraron las condiciones de los cultivos en algunas zonas.
En lo que respecta a otros cereales secundarios, los precios internacionales de la cebada y del sorgo también se redujeron en junio, con caídas del 2,2 % y el 4,9 %, respectivamente. Los precios internacionales del trigo descendieron ligeramente (un 0,8 %) en junio, pero se mantuvieron más de un 31 % por encima de los valores del año pasado.
Un panorama mundial favorable, respaldado por la mejora de las perspectivas sobre la producción en muchos de los principales países productores, compensó la presión al alza derivada de las condiciones secas que afectaron a los cultivos en América del Norte.
Por su parte, los precios internacionales del arroz también cayeron en junio, alcanzando su nivel más bajo en 15 meses, debido a las limitaciones de las exportaciones por los elevados costos de transporte y la escasez de contenedores.
El índice de precios de los aceites vegetales se situó en un promedio de 157,5 puntos en junio, registrando una disminución de 17,2 puntos (-9,8 %) desde mayo y marcando el nivel más bajo en cuatro meses. Esta importante caída intermensual refleja principalmente el descenso de los precios de los aceites de palma, soja y girasol.
Tras aumentar por 12 meses consecutivos, en junio retrocedieron las cotizaciones internacionales del aceite de palma, influenciadas principalmente por el posible aumento estacional de la producción en los principales países productores y la ausencia de demanda de nuevas importaciones.
Además, la debilidad de la demanda mundial de importaciones también ejerció una presión a la baja sobre los precios de los aceites de soja y girasol. En el caso del aceite de soja, las expectativas de una demanda menor de lo previsto anteriormente por parte de los productores de biodiésel de Estados Unidos deprimieron aún más los precios.
Por el contrario, las cotizaciones internacionales del aceite de colza resistieron la tendencia general a la baja de los precios de los aceites vegetales, sustentadas por las perspectivas de recuperación de la demanda en la Unión Europea al relajarse las medidas de confinamiento.
En cuanto al índice de precios de los productos lácteos, éste registró un promedio de 119,9 puntos en junio, esto es, 1,2 puntos menos (-1%) que en mayo, poniendo fin a 12 meses de aumento ininterrumpido.
En este nivel, el valor del índice se ubicó 21,6 puntos (+22%) por encima del valor registrado en el mismo mes del año pasado.
En junio cayeron las cotizaciones internacionales de todos los productos lácteos representados en el índice, siendo la mantequilla la que registró la mayor caída, a causa de un rápido descenso de la demanda mundial de importaciones y de un ligero aumento de las existencias, especialmente en Europa.
Los precios de la leche entera en polvo descendieron como consecuencia de la reducción de las compras por parte de China y de la disminución de la demanda de suministros al contado, mientras que las disponibilidades exportables a escala mundial siguieron siendo suficientes para satisfacer los pedidos existentes.
Las cotizaciones internacionales del queso y de la leche desnatada en polvo también descendieron ligeramente a causa de la menor demanda mundial de importaciones unida a suministros para la exportación algo más abundantes en las principales regiones productoras.
El índice de precios de la carne se situó en un promedio de 109,6 puntos en junio, esto es, 2,2 puntos más (+2,1 %) del valor revisado de mayo, con lo que continuaron los aumentos por noveno mes consecutivo y el índice se ubicó un 15,6 % por encima del valor registrado en el mismo mes del año pasado, pero aun así un 8% por debajo del máximo alcanzado en agosto de 2014.
En junio subieron las cotizaciones de todos los tipos de carne representados en el índice, fundamentalmente a causa de la firme demanda mundial de importaciones, ya que el aumento de las importaciones en algunos países de Asia oriental compensó la desaceleración de las compras de carne por parte de China, en particular de cerdo.
La creciente escasez de suministros para la exportación también sostuvo los precios de todos los productos cárnicos como consecuencia de múltiples factores, entre ellos los bajos niveles de existencias de carne de aves de corral en Estados Unidos, la oferta limitada de animales listos para el sacrificio en el Brasil y en Oceanía y cierta recuperación de las ventas de servicios alimentarios en los principales países exportadores.
Por último, el índice de precios del azúcar registró un promedio de 107,7 puntos en junio, esto es, apenas 0,9 puntos más (+0,9 %) más que en mayo, lo que representa el tercer aumento mensual consecutivo y un nuevo máximo de varios años.
La incertidumbre sobre las repercusiones de las condiciones atmosféricas desfavorables en el rendimiento de los cultivos en el Brasil, el mayor exportador de azúcar del mundo, ejerció una presión al alza sobre los precios.
El reciente aumento de los precios del petróleo crudo y la apreciación del real brasileño respecto del dólar de los EE.UU. en junio reforzaron las cotizaciones del azúcar a nivel mundial.
Los precios más elevados de la energía tienden a alentar a los productores del Brasil a destinar más molienda de caña de azúcar a la producción de etanol, mientras que el fortalecimiento de la moneda tiende a afectar negativamente a las exportaciones.
Por otra parte, las buenas perspectivas de producción y exportación en la India compensaron en parte la presión general al alza sobre los precios internacionales del azúcar e impidieron mayores aumentos mensuales.
El índice de precios de los alimentos de la FAO hace un seguimiento de los precios internacionales de los productos alimenticios más comercializados a escala mundial. La caída de junio obedeció al descenso de los precios de los aceites vegetales, los cereales y, si bien de forma más moderada, los productos lácteos, que compensó con creces el aumento general de las cotizaciones de la carne y del azúcar.
Más existencias de cereales
El pronóstico de la FAO sobre la producción mundial de cereales en 2021/22 se ha reducido ligeramente, hasta un total de 2.817 millones de toneladas, de acuerdo con la última Nota informativa sobre la oferta y demanda de cereales. (http://www.fao.org/worldfoodsituation/csdb/es).
Con todo, la cifra sigue siendo un 1,7 % mayor (+47,8 Mt) que la cosecha de 2020/21 y supondría un nuevo récord mundial.
El pronóstico acerca de la producción mundial de cereales secundarios se recortó hasta unos 1. 513 Mt, es decir, 3 millones por debajo de las expectativas del mes pasado.
La mayor parte del descenso previsto a nivel mundial obedece a una reducción importante del pronóstico sobre la producción de maíz en el Brasil, a raíz de los períodos prolongados de tiempo seco que han hecho caer las expectativas de rendimiento.
Por su parte, la producción mundial de trigo en 2021 se rebajó en un millón de toneladas, cifrándose en 784,7 Mt, con un aumento interanual del 1,2 %, al empeorar las perspectivas de rendimiento en el Cercano Oriente por las condiciones atmosféricas secas.
Por el contrario, el pronóstico sobre la producción mundial de arroz en 2021 sufrió un ligero ajuste al alza desde junio, y actualmente se prevé una cosecha récord de 519,5 Mt en 2021, un 1% más que en 2020.
Demanda y existencias
La utilización mundial de cereales en 2021/22 se rebajó en 15 Mt respecto del mes anterior y asciende ahora a 2.810 millones, cifra que, pese a todo, representa un 1,5 % más que en la campaña anterior. La revisión a la baja obedece en gran medida a una utilización menor de maíz como pienso en China de lo previsto anteriormente.
Actualmente, tras una pronunciada revisión al alza, se prevé que las reservas mundiales de cereales al cierre de la campaña 2021/22 (30 de junio de 2022) superarán sus niveles de apertura por primera vez desde 2017/18, alcanzando los 836 Mt, es decir, un 2,4 % más que el nivel relativamente ajustado del año pasado.
El aumento previsto de las reservas de maíz en China explica la mayor parte de la revisión al alza de este mes de las existencias mundiales de cereales.
Sobre el comercio mundial de cereales en 2021/22, la previsión es de un ligero incremento desde junio y actualmente se ubica en el récord de 472 Mt, fundamentalmente a causa de la probabilidad de que las cuantiosas compras de maíz por parte de China lleven el comercio mundial de maíz a un nivel sin precedentes.
La inseguridad alimentaria y la COVID-19
Los efectos de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), sobre todo en términos de pérdida de ingresos, han agravado las vulnerabilidades e incrementado los niveles existentes de inseguridad alimentaria, de acuerdo con el último informe Perspectivas de cosechas y situación alimentaria. (http://www.fao.org/giews/reports/crop-prospects/es)
La FAO calcula que 45 países de todo el mundo -34 de África, dos de América Latina y el Caribe y nueve de Asia- necesitan asistencia alimentaria exterior, y los conflictos y las perturbaciones relacionadas con el clima siguen favoreciendo los altos niveles de inseguridad alimentaria grave.
En el informe Perspectivas de cosechas y situación alimentaria también se ofrecen los datos más recientes relativos a los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA). De acuerdo a estas estimaciones, se prevé que la producción total de cereales de los 47 PBIDA disminuirá un 2,1 % en 2021, hasta ubicarse en 190 millones de toneladas.
La caída se debe sobre todo al debilitamiento de la producción previsto en los países asiáticos del Cercano Oriente, especialmente en el Afganistán y la República Árabe Siria, donde las prolongadas condiciones de sequía generalizada redujeron los rendimientos y afectaron a las perspectivas de producción de este año.
En cuanto a los PBIDA de África, se prevé que la escasez de precipitaciones en Somalia provocará un descenso considerable de la producción, y también es probable que se produzcan ligeras reducciones en varios países de África occidental, donde los conflictos siguen erosionando la capacidad productiva de los hogares que se dedican a la agricultura.
En los países de África austral, se prevé que los aumentos de la producción mejorarán la disponibilidad de alimentos en los hogares y compensarán en parte algunos efectos negativos de la pandemia de la COVID-19.
Los 45 países que necesitan asistencia alimentaria exterior son: Afganistán, Bangladesh, Burkina Faso, Burundi, Cabo Verde, Camerún, Chad, Congo, Djibouti, Eritrea, Eswatini, Etiopía, Guinea, Haití, Iraq, Kenya, Lesotho, Líbano, Liberia, Libia, Madagascar, Malawi, Malí, Mauritania, Mozambique, Myanmar, Namibia, Níger, Nigeria, Pakistán, República Árabe Siria, República Centroafricana, República Democrática del Congo, República Popular Democrática de Corea, República Unida de Tanzanía, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Sudán del Sur, Uganda, Venezuela (República Bolivariana de), Yemen, Zambia y Zimbabwe.
foto:www.fao.org.