El Parlamento Europeo aprueba la Ley de Restauración de la Naturaleza con 329 votos a favor y 275 en contra
El pleno de la Eurocámara ha aprobado este martes la Ley de Restauración de la Naturaleza, una polémica normativa que desde sus primeros pasos se convirtió en símbolo de la tensión entre protección del medioambiente y el sector agrícola. Con la aprobación, se supera un gran obstáculo a casi 100 días de las elecciones al Parlamento Europeo.
El texto fue respaldado por 329 votos a favor, 275 en contra y 24 abstenciones en el hemiciclo y para quedar oficialmente adoptado sólo quedaría que el Consejo de la UE, que representa a los Estados miembros, confirme también lo acordado en la negociación con la Eurocámara y la Comisión Europea.
En un comunicado el Parlamento Europeo (PE) explica que esta Ley, consensuada con los Estados miembros, busca «regenerar los ecosistemas degradados de sus territorios, contribuir a alcanzar los objetivos climáticos y de biodiversidad de la UE y mejorar la seguridad alimentaria».
A fin de alcanzar estos objetivos generales continúa, «los Estados miembros deben restaurar al menos el 30% de los hábitats contemplados en la nueva ley (desde bosques, pastizales y humedales hasta ríos, lagos y lechos coralinos) para que pasen de un estado deficiente a uno bueno en 2030, porcentaje que aumentará al 60% en 2040 y al 90% en 2050. De acuerdo con la posición del Parlamento, los países de la UE deben dar prioridad a las zonas de la Red Natura 2000 hasta 2030. Cuando un área se encuentre en buenas condiciones, los países de la UE velarán por que no se deteriore de manera considerable. Los Estados miembros también tendrán que adoptar planes nacionales de restauración que detallen cómo pretenden alcanzar estos objetivos».
El jefe del Parlamento Europeo para la Ley de Restauración de la Naturaleza, el español César Luena, ha celebrado tras la votación: «Hoy es un día importante para Europa: de la protección y conservación de la naturaleza pasamos a la restauración. La nueva ley nos ayudará a cumplir muchos de nuestros compromisos internacionales en materia medioambiental. El reglamento servirá para recuperar los ecosistemas degradados al tiempo que respetará al sector primario al dar flexibilidad a los Estados miembros. Debemos dar las gracias a la comunidad científica por luchar contra el negacionismo climático y aportar las evidencias, y a la juventud por recordarnos que no hay planeta B ni plan B».