España dejó de exportar a Rusia productos agrarios por valor de 785,3 M€ por el veto comercial
El valor de las importaciones de Rusia de alimentos procedentes de España se redujo en unos 785,3 millones de euros en 2015 en relación a 2012, según el informe sobre el efecto que hasta ese año han tenido las sanciones rusas a la exportación realizado por el Instituto de Comercio Exterior (ICEX).
En el documento se analizan las estadísticas del año 2015 -último año completo con datos disponibles- y las del 2012 -el último año en el que las relaciones comerciales se desarrollaron con normalidad-, ya que fue en 2013 cuando las autoridades rusas adoptaron la medida de suspensión de los procedimientos de homologación, que supuso una reducción “de facto” en las exportaciones.
Posteriormente, el 6 de agosto de 2014 Rusia, a raíz de la crisis de Crimea, estableció por decreto la prohibición de entrada a su territorio de determinados productos agrícolas, alimentos y materias primas desde Estados Unidos, la Unión Europea, Noruega, Australia y Canadá.
El «veto” comercial ruso, que se preveía en principio, que se prolongara durante un año, se ha extendido finalmente hasta diciembre de 2017.
Por sectores exportadores, la partida de frutas y frutos secos ha sido durante el periodo aludido la más afectada, por una reducción de 272,8 millones de euros en el valor de las ventas españolas hacia ese país, lo que representa el 43 % del descenso global.
Las frutas de hueso, como albaricoques, cerezas, melocotones o ciruelas recortaron sus ventas hacia el mercado ruso en 153 millones, seguidas de los cítricos (98,8 millones) y las manzanas, peras y membrillos (17,2 millones).
La Federación Rusa, según el informe del ICEX, ha afrontado la disminución de la entrada de frutas de los países sometidos a las sanciones comerciales, comprando productos a Bielorrusia, Moldavia, Pakistán y Georgia, e incrementando sus importaciones de otros países terceros Ecuador, Turquía, China, Marruecos, Sudáfrica, Serbia o Egipto.
En el caso de las hortalizas, la caída entre los dos años analizados (2012 y 2015) fue de 136 M€, con el tomate como el principal producto agrícola damnificado. En este caso, Rusia utilizó como «proveedores alternativos» a países terceros, como Macedonia, Irán y Egipto.
Por su parte, el sector de la carne y los transformados cárnicos representaron el 35 % de las pérdidas totales de las exportaciones españolas hacia el mercado ruso, con el porcino como la partida más afectada.
Asimismo, las exportaciones españolas de pescado a Rusia disminuyeron en 28,6 millones de euros (3,6 % del total), sobre todo de pescado congelado; mientras que los países que aumentaron «fuertemente» sus exportaciones, a partir de las sanciones, fueron las Islas Feroe, Bielorrusia y Groenlandia.
Según el informe, el valor de las exportaciones alimentarias de España a Rusia marcaron su máximo en año 2012, cuando nuestro país se situó como tercer proveedor de fruta (335 millones), y sexto de carne (268,7 millones) y de verduras y hortalizas (133,7 millones).
Entre las conclusiones del informe se destaca que el escenario actual en Rusia «ya no es el mismo que el de 2014», pues la capacidad productiva rusa en el sector agroalimentario «ha iniciado un proceso profundo de cambio» con una política «de sustitución de importaciones capaz de mejorar el abastecimiento a Rusia» en los diferentes sectores.
Así, según el ICEX, los sectores de porcino y avícola presentan ya un nivel cercano al 100 % de abastecimiento y, además, ha aumentado un 13 % su producción de vacuno y en el caso del lácteo se autoabastece en un 80 % del total de su demanda interna.
En los sectores en los que la industria local no es capaz todavía de satisfacer sus necesidades por cuestiones climáticas, como en las frutas y hortalizas, Rusia se ha centrado en identificar nuevos proveedores diferentes a los de los países o bloques que son objetivo del veto comercial.
En este sentido, el ICEX llega a la conclusión de que «tras una eventual reapertura del mercado a las importaciones», España «difícilmente» podría recuperar sus cuotas de participación en este mercado en sectores en los que Rusia está desarrollando su producción nacional”.
Sí mantendría su potencial, según los expertos, en el caso de los quesos, embutidos y frescos, aunque «los volúmenes de demanda quedarían circunscritos a un mercado étnico y al segmento de alto poder adquisitivo, mientras que la demanda del percentil medio estaría dominada por el producto ruso».
España sigue manteniendo sus posiciones líderes en vino, aceituna y aceite de oliva que, son los sectores, además de la pasta, salsas y confitería y panadería, que quedan abiertos a la exportación europea.