FAO: Azúcar y carnes elevaron el índice de precios de los alimentos básicos en abril por vez primera en un año

FAO: Azúcar y carnes elevaron el índice de precios de los alimentos básicos en abril por vez primera en un año

El Índice de Precios de los Alimentos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) registró en abril de 2023 un promedio de 127,2 puntos, unos 0,8 puntos más (+0,6 %) que en marzo, pero 31,2 puntos (-19,7 %) por debajo de su valor en el mismo mes del año pasado.

El ligero repunte del índice en abril obedeció a un acusado aumento del índice de precios del azúcar, junto con una recuperación del índice de precios de la carne, mientras que los índices de precios de los cereales, los productos lácteos y los aceites vegetales siguieron disminuyendo.

 

El ligero repunte del índice en abril obedeció a un acusado aumento del índice de precios del azúcar, junto con una recuperación del índice de precios de la carne, mientras que los índices de precios de los cereales, los productos lácteos y los aceites vegetales siguieron disminuyendo.

«Es importante que sigamos muy de cerca la evolución de los precios y las razones de los aumentos de precios. A medida que las economías se recuperen de desaceleraciones significativas, la demanda aumentará, lo que ejercerá una presión alcista sobre los precios de los alimentos”, afirmó el economista jefe de la FAO, Máximo Torero.

“Al mismo tiempo, el aumento de los precios del arroz es extremadamente preocupante, añadió Torero, y es fundamental que se renueve la iniciativa del Mar Negro para evitar otros picos en el trigo y el maíz.”

El índice de precios mundiales de los cereales se situó en abril en un promedio de 136,1 puntos, es decir, 2,4 puntos menos (-1,7 %) que en marzo y 33,5 puntos (-19,8 %) por debajo del valor alcanzado un año antes.

El descenso de los precios mundiales de todos los cereales principales compensó el aumento intermensual de los precios del arroz.

Los precios internacionales del trigo descendieron un 2,3 % en abril, hasta alcanzar su nivel más bajo desde julio de 2021, principalmente a causa de las abundantes disponibilidades exportables en la Federación de Rusia y Australia.

También contribuyeron al tono en general más tenue de los mercados las condiciones de cultivo favorables en Europa, junto con el acuerdo de finales de abril que permite el tránsito de cereales ucranianos a través de los países de la Unión Europea, que habían impuesto restricciones a las importaciones de cereales procedentes de Ucrania a principios de mes.

En abril, los precios mundiales del maíz también registraron una caída del 3,2 %, sobre todo debido a una oferta estacional superior en América del Sur, donde ha continuado la cosecha y las perspectivas favorables apuntan a una producción sin precedentes en el Brasil.

En lo que respecta a otros cereales secundarios, los precios mundiales de la cebada y el sorgo también disminuyeron, un 4,3 % y un 0,3 %, respectivamente, como consecuencia de la escasa demanda mundial y el efecto indirecto de la debilidad de los mercados del trigo y del maíz.

Por el contrario, las ventas a compradores asiáticos impulsaron los precios internacionales del arroz en abril. Como resultado, las cotizaciones del arroz para exportación revirtieron la mayor parte de los descensos que registraron en marzo de 2023.

Por su parte, el índice de precios de los aceites vegetales de la FAO registró un promedio de 130,0 puntos en abril, unos 1,8 puntos menos (-1,3 %) que en marzo, lo que representa la quinta disminución mensual consecutiva.

El descenso continuado del índice de precios reflejó el efecto combinado de la estabilidad de los precios mundiales del aceite de palma y la disminución de las cotizaciones de los aceites de soja, colza y girasol.

Tras un breve repunte en marzo, los precios internacionales del aceite de palma se mantuvieron prácticamente invariables en abril, ya que la presión a la baja derivada de la débil demanda de importaciones en los principales países importadores se vio contrarrestada por el apoyo de una oferta comparativamente baja en los principales países productores.

Por el contrario, los precios mundiales del aceite de soja siguieron disminuyendo, depreciados en general por la incidencia de una cosecha estacional de soja en el Brasil, que podría tener un aumento sin precedentes, pese a la brusca reducción de las perspectivas sobre la producción en la Argentina.

Paralelamente, los precios internacionales de los aceites de colza y girasol también siguieron cayendo, sostenidos principalmente por la constante oferta mundial abundante para la exportación.

A su vez, el índice de precios mundiales de los productos lácteos se situó en abril en un promedio de 124,6 puntos, es decir, 2,2 puntos menos (-1,7 %) menos que en marzo y 22,1 puntos (-15,1 %) por debajo del nivel de hace un año.

En abril, los precios internacionales de las leches en polvo cayeron por décimo mes consecutivo, fundamentalmente debido a las repercusiones de la persistente atonía de la demanda mundial de importaciones.

El aumento de las compras de China y la disminución estacional de la oferta de Nueva Zelandia impidieron una caída de los precios mundiales de la leche entera en polvo,  que podría haber sido más pronunciada, mientras que el aumento de la oferta actual de Europa occidental ejerció una presión adicional a la baja en los precios de la leche desnatada en polvo.

También bajaron los precios del queso, principalmente a raíz de las abundantes disponibilidades exportables en Europa occidental, donde se está destinando más leche a la producción de queso ante el crecimiento estacional de la producción lechera.

Por el contrario, los precios mundiales de la mantequilla se mantuvieron bastante estables, ya que el aumento de la oferta en general fue suficiente para satisfacer el aumento de la demanda de importaciones respecto de las entregas a corto y largo plazo.

Por su parte, el índice de precios mundiales de la carne, según estimaciones de la FAO, registró en abril un promedio de 114,5 puntos, unos 1,5 puntos más (+1,3 %) más que en marzo, pero aún 7,4 puntos (-6,1 %) por debajo del valor registrado en el mismo mes del año pasado.

En abril, las cotizaciones internacionales de la carne de cerdo fueron las que más subieron, como consecuencia del aumento de las importaciones en los países asiáticos y las persistentes limitaciones de la oferta en varios de los principales países exportadores, a raíz de los elevados costos de producción y problemas de sanidad animal.

Mientras tanto, los precios mundiales de la carne de aves de corral repuntaron, tras nueve meses de descensos continuos, al aumentar la demanda de importaciones en Asia, mientras que en muchas regiones siguió habiendo limitaciones de la oferta derivadas de los brotes generalizados de gripe aviar.

Los precios internacionales de la carne de bovino también aumentaron, en respuesta a una disminución de la oferta de ganado destinado a sacrificio, especialmente en Estados Unidos.

Por su parte, los precios de la carne de ovino se mantuvieron bastante estables, ya que la abundancia de disponibilidades exportables en Oceanía prácticamente igualó el aumento de las importaciones en los países asiáticos y de Oriente Medio.

Por último, el índice de precios mundiales del azúcar se situó en abril en un promedio de 149,4 puntos, es decir, 22,4 puntos más (+17,6 %) más que en marzo, lo que representa el tercer aumento mensual consecutivo y el nivel más elevado desde octubre de 2011.

El alza de los precios estuvo ligada sobre todo a una profunda preocupación acerca de la mayor escasez mundial de disponibilidades en la campaña de 2022/23, tras nuevas revisiones a la baja de las previsiones relativas a la producción de China y la India, junto con el hecho de que la producción en Tailandia y la Unión Europea fuera menor de lo previsto.

Pese a las perspectivas positivas para los cultivos de caña de azúcar de 2023 en el Brasil, el lento inicio de la cosecha debido a unas precipitaciones superiores a la media empujó nuevamente al alza los precios.

La subida de los precios internacionales del petróleo crudo y el fortalecimiento del real brasileño frente al dólar de los EE.UU. también contribuyeron al aumento general de los precios mundiales del azúcar.

Foto: Un depósito de azúcar en Brasil. ©FAO/Giuseppe Bizzarri

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En un nuevo Informe sobre Oferta y Demanda de cereales, la FAO ajustó su pronóstico de producción mundial de trigo para 2023. La producción mundial ahora se fija en 785 millones de toneladas, la segunda más grande registrada, pero por debajo de la temporada pasada. principalmente por las  disminuciones en Australia y Rusia, después de sus resultados récord de 2022.

Para el maíz, se espera que la producción de Brasil alcance un nivel récord, mientras que se proyecta que la de Argentina caiga por debajo de los niveles promedio debido a condiciones secas prolongadas y olas de calor.

Las condiciones climáticas favorables han reforzado las expectativas de rendimiento en Sudáfrica, que espera la segunda cosecha más alta registrada.

Mientras tanto, las perspectivas para la próxima campaña 2023/24 para la producción de arroz a lo largo y al Sur del ecuador son mixtas, en gran parte debido al impacto regionalmente variado del evento de La Niña.

En el futuro, será necesario vigilar de cerca la posible aparición del fenómeno de El Niño durante el verano del Hemisferio Norte.

La FAO elevó su proyección anterior para el comercio mundial de cereales en la actual campaña 2022/23 hasta 472 Mt, un 2,2% por debajo de su nivel récord en la temporada anterior.

Se prevé que el comercio mundial de trigo aumente un 2,3%, mientras que el comercio mundial de cereales secundarios probablemente aumente un 5,5%.

Se prevé que el comercio internacional de arroz en 2023 se contraiga un 4,4 % interanual.

La utilización mundial de cereales en la actual campaña 2022/23 se prevé que alcance los 2.780 millones de toneladas, y las existencias mundiales de cereales al cierre de la misma se estima que se situarán en 855 millones.

Según estas últimas previsiones, la relación entre las existencias y el uso de cereales a nivel mundial para 2022/23 se situaría en el 29,8 %, solo ligeramente por debajo del 30,8 % alcanzado durante los 12 meses anteriores. Un nivel que aún indica un suministro mundial de estas materias primas relativamente cómodo, añade la FAO.

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