FAO: Los precios de las importaciones de alimentos alcanzarán un récord en 2021

El rápido aumento de los precios de los alimentos y de la energía plantea importantes problemas a los países más pobres y a los consumidores. Así lo indica el último informe semestral del organismo de Naciones Unidas, especializado en la alimentación, FAO, que prevé un máximo histórico en la cifra global de importación de alimentos durante este año que alcanzaría los 1,75 billones de dólares, un 14% más 2020.

FAO: Los precios de las importaciones de alimentos alcanzarán un récord en 2021

El comercio mundial de alimentos se ha acelerado y está a punto de alcanzar un récord histórico tanto en cantidad, como en precios, según un nuevo informe publicado el jueves 11 de noviembre por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Aunque el mercado global alimentario muestra signos de «una notable resistencia a las perturbaciones a lo largo de la pandemia del COVID-19«, el rápido aumento de los precios de los alimentos y de la energía plantea importantes problemas a los países más pobres y a los consumidores, que gastan gran parte de sus ingresos en estas necesidades básicas.

Así viene indicado en el último informe semestral de la FAO, que prevé un máximo histórico en la cifra global de importación de alimentos durante este año que alcanzaría los 1,75 billones de dólares, un incremento del 14% respecto al 2020 y un 12% superior a la anterior previsión del mes de junio.

El aumento se debe, por un lado, a la subida de los precios de los alimentos comercializados internacionalmente y, por otro, a que los costes de transporte se multiplicaron por tres.

Un aumento difícil de asumir por las regiones en desarrollo que concentran el 40% del total de las importaciones de alimentos y donde se espera que su gasto total en ese apartado crezca un 20% en comparación con 2020.

Estas zonas, según Naciones Unidas, se enfrentan a fuertes aumentos de los precios de los alimentos básicos como los cereales, las grasas animales, los aceites vegetales y las semillas oleaginosas, mientras que alimentos como las frutas y las hortalizas, los productos relacionados con la pesca y las bebidas representan la mayor parte de los incrementos en las regiones desarrolladas.

Conclusiones

A nivel mundial, las perspectivas de producción de los principales cereales siguen siendo sólidas, con una previsión de cosechas récord tanto en arroz, como en maíz durante este año, aunque se estima un mayor crecimiento en el uso de cereales para el consumo humano y animal.

Las proyecciones preliminares para la temporada 2021/22 apuntan a algunas mejoras en la situación general de la oferta de semillas oleaginosas y de sus productos derivados, pero sus respectivas existencias de final de temporada podrían permanecer por debajo de la media.

Tras tres años de caídas, en el periodo 2021/22 se prevé una recuperación en la producción mundial de azúcar, pero que continuará siendo inferior al consumo mundial. El comercio mundial de azúcar disminuiría ligeramente, debido a la menor disponibilidad en los principales países exportadores y al aumento de los precios.

En concreto, este año se prevé un aumento en la producción mundial de carne, sobre todo gracias a un rápido repunte de la producción en China, especialmente de la carne de cerdo. También se esperan notables aumentos de la producción impulsados por la demanda en todas las principales regiones productoras, excepto en Oceanía.

Sin embargo, es probable que se produzca una ralentización del crecimiento del comercio mundial de carne, debido a la disminución de las importaciones por parte de las principales regiones, sobre todo en Asia y Europa.

Por otra parte, se prevé que la producción mundial de leche crecerá en 2021, con aumentos previstos en todas las principales regiones productoras, encabezadas por Asia y América del Norte.

También se prevé una expansión del comercio mundial de productos lácteos. Pese a estas expectativas, la tasa de crecimiento de las importaciones se ha ralentizado durante los últimos meses debido al aumento de la producción nacional y a la escasa demanda de los consumidores.

Asimismo, la previsión en 2021 para el sector pesquero y la acuicultura apunta un crecimiento del 2% con respecto al nivel de 2020, lo que indica que es probable que la nueva dinámica del mercado resultante de la pandemia -que se cobró un alto precio en este sector- parece probable que perdure a largo plazo. El comercio de pescado se está recuperando a pesar de los elevados costes de transporte y los retrasos logísticos.

El estudio también destaca que los productos financieros, como los futuros y las opciones relacionados con los principales productos agroalimentarios, no lograron «atraer el fervor especulativo marcado por otros años de precios elevados».

Precios de insumos agrícolas

Los expertos de la FAO elaboraron también un Índice mundial de Precios de Insumos (GIPI) para ayudar a examinar los impactos del rápido aumento de los precios de los insumos, especialmente los de la energía derivada de combustibles fósiles, sobre los precios de los alimentos, la evolución futura de los precios y sus probables consecuencias para la seguridad alimentaria mundial.

El ejercicio revela que el GIPI, que comprende los precios de la energía, los fertilizantes, los plaguicidas, los piensos y las semillas, y el Índice de precios de los alimentos de la FAO ( FFPI ), que rastrea los precios comercializados internacionalmente de los principales productos alimenticios agrícolas y alcanzó un máximo de 10 años en agosto de 2021. – se han movido de manera sincrónica desde 2005, lo que indica que los costos de los insumos más altos se traducen fácilmente en precios más altos de los alimentos.

En el año, hasta agosto de 2021, el FFPI aumentó en un 34% y el GIPI aumentó en general en un 25%, en comparación con el mismo período en 2020.

Se señaló que las medidas globales agregadas ocultan grandes diferencias regionales y sectoriales dentro de la agricultura. Los productores de soja, por ejemplo, enfrentan menores necesidades de fertilizantes nitrogenados actualmente costosos, por lo que deberían beneficiarse de los precios más altos de los productos.

Los productores de cerdos, por el contrario, enfrentan altos costos de alimentación y bajos precios de la carne, reduciendo los márgenes.

El análisis ofrece información sobre posibles cepas. El África subsahariana, por ejemplo, depende de las importaciones de nitrógeno, cuyo precio es impulsado por los combustibles fósiles, para alrededor del 70% del suministro.

También apunta a un número creciente de países – ahora 53 – donde los hogares gastan más del 60% de sus ingresos en necesidades como alimentos, combustible, agua y vivienda.

La FAO advierte que el aumento de los precios de los alimentos y los combustibles puede tener un impacto muy regresivo en los consumidores pobres e insta a una «vigilancia» especial a este respecto.

Foto: OIT/Yacine Imadalou. Trabajador del mercado de alimentos de Constantine, Argelia.

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