Los precios mundiales de las materias primas alimentarias aumentaron ligeramente en el pasado mes de julio, influenciados por la suspensión de la Iniciativa “Granos del Mar Negro” por parte de Rusia y por las nuevas restricciones comerciales sobre el arroz por parte de la India, según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Así, el Índice de Precios de los Alimentos de la FAO registró en julio pasado un promedio de 123,9 puntos, unos 1,5 puntos más (+1,3 %) que en el mes anterior, pero se mantuvo aún 16,6 puntos porcentuales (un 11,8 %) por debajo del valor registrado en el mismo mes del año pasado.
Así, el Índice de Precios de los Alimentos de la FAO registró en julio pasado un promedio de 123,9 puntos, unos 1,5 puntos más (+1,3 %) que en el mes anterior, pero se mantuvo aún 16,6 puntos porcentuales (un 11,8 %) por debajo del valor registrado en el mismo mes del año pasado.
El repunte obedeció a una firme subida del índice de precios de los aceites vegetales, que fue contrarrestada en parte por una disminución importante del índice de precios del azúcar, junto con un descenso reducido de los índices de precios de los cereales, de los productos lácteos y de la carne.
El índice de precios de los cereales registró en julio un promedio de 125,9 puntos, unos 0,7 puntos porcentuales menos (-0,5 %) que en junio y 21,3 puntos (-14,5 %) por debajo del valor que alcanzó hace un año.
La ligera disminución de este mes se deriva de la caída de los precios internacionales de los cereales secundarios, que bajaron un 4,8 % desde junio. Así, los precios internacionales del maíz continuaron la tendencia a la baja, debido al incremento estacional de los suministros procedentes de las cosechas en curso en Argentina y Brasil, y a una producción potencialmente mayor de lo previsto inicialmente en Estados Unidos, donde las condiciones mostraron una ligera mejora y la superficie sembrada se revisó al alza.
En lo que respecta a otros cereales secundarios, los precios mundiales del sorgo disminuyeron a la par que los del maíz, mientras que los de la cebada se mantuvieron prácticamente estables, influidos por los efectos indirectos de los mercados del trigo.
Por el contrario, los precios internacionales del trigo aumentaron un 1,6 %, lo que constituyó su primer incremento intermensual en nueve meses, principalmente debido a la incertidumbre en torno a las exportaciones de Ucrania, tras la decisión adoptada por la Federación de Rusia de poner fin a la aplicación de la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro y el consiguiente daño a la infraestructura portuaria de Ucrania tanto en el Mar Negro como en el río Danubio.
La persistencia de las condiciones secas en Canadá y Estados Unidos también contribuyó a la presión sobre los precios.
Por su parte, el índice de precios para todos los tipos de arroz aumentó un 2,8 % en julio, con lo que alcanzó su nivel más elevado desde septiembre de 2011, sobre todo a raíz del aumento de los precios en el segmento del mercado del arroz tipo Índica o largo.
En ese mercado, la prohibición de las exportaciones de arroz Índica sin cocción previa, impuesta por la India el 20 de julio, propició las expectativas de aumento de las ventas de arroz de otros orígenes, aumentando la presión al alza que ya ejercían sobre los precios la mayor escasez estacional de suministros y las adquisiciones en Asia.
Esta presión al alza de los precios del arroz “plantea preocupaciones sustanciales sobre la seguridad alimentaria de una gran parte de la población mundial, especialmente aquellos que son más pobres y que dedican una mayor parte de sus ingresos a comprar alimentos”, advirtió la FAO.
Esta organización añadió que “las restricciones a la exportación pueden soportar consecuencias adversas sobre la producción, el consumo y los precios que duran más allá de la duración de su implementación y corren el riesgo de exacerbar la alta inflación interna de alimentos en muchos países.”
En cuanto al índice de precios de los aceites vegetales se situó en julio en un promedio de 129,8 puntos, unos 14 puntos más (+12,1 %) que en junio, lo que representa el primer aumento tras siete meses consecutivos de descensos.
Este pronunciado aumento fue debido a la subida de las cotizaciones mundiales de los aceites de girasol, palma, soja y colza.
Los precios internacionales del aceite de girasol repuntaron en más de un 15 % respecto del mes anterior, fundamentalmente a causa de la renovada incertidumbre en torno a los suministros exportables de la región del Mar Negro, tras la decisión adoptada por la Federación Rusa de poner fin a la aplicación de la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro.
Mientras tanto, los precios mundiales del aceite de palma también aumentaron drásticamente como consecuencia de las perspectivas de un crecimiento débil de la producción en los principales países productores.
En cuanto a los aceites de soja y colza, los precios internacionales aumentaron, debido a la persistente preocupación ante las perspectivas sobre la producción de soja en Estados Unidos y de colza en Canadá, respectivamente.
La subida de las cotizaciones mundiales del crudo (petróleo) también empujó al alza los precios de los aceites vegetales.
Por su parte, el índice de precios de los productos lácteos registró un promedio de 116,3 puntos en julio, unos 0,5 puntos menos (-0,4 %) que en junio, lo que representa la séptima disminución mensual consecutiva, ubicándose ahora 30,2 puntos por debajo (-20,6 %) del valor registrado en el mismo mes del año pasado.
La disminución en julio obedeció al descenso de las cotizaciones de la leche desnatada en polvo y la mantequilla como resultado de la menor actividad en los mercados de Europa durante las vacaciones de verano, así como por el escaso interés por la demanda de importaciones en los próximos meses, debido a la incertidumbre en los mercados respecto de la futura orientación de los precios.
Por el contrario, los precios de la leche entera en polvo se recuperaron ligeramente, influidos sobre todo por las variaciones de los tipos de cambio, pese a que la producción en Nueva Zelandia no dejó de progresar en consonancia con las tendencias estacionales.
Tras cinco meses de pronunciados descensos, los precios mundiales del queso se recuperaron ligeramente como consecuencia de un cierto fortalecimiento de las ventas de servicios alimentarios y el efecto del clima cálido en la disminución estacional de los suministros de leche en Europa.
En cuanto al índice de precios de la carne de la FAO, se estimó en julio en un promedio de 117,8 puntos, unos 0,4 puntos menos (-0,3 %) que en junio, manteniéndose 6,3 puntos por debajo (-5,1 %) del nivel registrado en el mismo mes de hace un año.
Los precios internacionales de la carne de bovino bajaron como consecuencia del aumento de las disponibilidades exportables en Oceanía, coincidiendo con la atonía de la demanda de importaciones en los mercados asiáticos en un contexto de aumento de las existencias y apatía de las ventas internas.
Los precios de la carne de aves de corral también bajaron ligeramente debido al aumento de los suministros procedentes de los principales exportadores, pese a los efectos persistentes de los brotes de gripe aviar en las principales regiones productoras.
Mientras tanto, los precios de la carne de ovino siguieron descendiendo por tercer mes consecutivo, como consecuencia de la elevada disponibilidad de suministros en Oceanía y la reducción de la demanda de los principales importadores, en particular China y Europa Occidental.
Por el contrario, la continua escasez de suministros en Estados Unidos y Europa Occidental, junto con la elevada demanda estacional, derivó en un aumento de los precios de la carne de cerdo por sexto mes consecutivo.
Por último, el índice de precios del azúcar registró en julio un promedio de 146,3 puntos, unos 5,9 puntos menos (-3,9 %) que en junio, lo que representa la segunda disminución mensual consecutiva, pero se mantuvo 33,4 puntos por encima (+29,6 %) del nivel registrado en el mismo mes del año pasado.
La buena evolución de la cosecha de caña de azúcar de 2023/24 en el Brasil y el aumento de las precipitaciones, que favorecieron las condiciones de humedad del suelo en la mayoría de las zonas productoras de la India, deprimieron los precios mundiales del azúcar en julio.
La apatía de la demanda en China e Indonesia, los mayores importadores de azúcar del mundo, ejerció una presión adicional a la baja sobre los precios.
Con todo, la preocupación persistente por el posible efecto del fenómeno El Niño en los cultivos de caña de azúcar de 2023/24, especialmente en Tailandia, junto con el aumento de los precios internacionales del crudo, frenaron la disminución de los precios mundiales del azúcar.
Foto: Cultivo de arroz en Madagascar. ©FAO/Fanilo Randriatsizafy