El Índice de precios de los alimentos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) registró un promedio de 129,8 puntos en febrero, bajando un ligero 0,6 % respecto al mes anterior continuando así la tendencia a la baja por onceavo mes consecutivo.
Con el último descenso, el índice ha disminuido 29,9 puntos (-18,7 %) respecto del nivel máximo alcanzado en marzo de 2022.
Con el último descenso, el índice ha disminuido 29,9 puntos (-18,7 %) respecto del nivel máximo alcanzado en marzo de 2022.
El ligero descenso de este índice de referencia reflejó caídas significativas en los índices de precios de los aceites vegetales y de los productos lácteos, junto con ligeros descensos en los índices de los precios de los cereales y de la carne, que compensaron con creces un pronunciado aumento del índice de precios del azúcar.
El índice de precios de los cereales registró en febrero un promedio de 147,3 puntos, un 0,1 % menos que en enero, pero aún 2 puntos más (+1,4 %) que hace un año. Tras caer durante tres meses consecutivos, los precios internacionales del trigo aumentaron ligeramente (+0,3 %) en el pasado mes.
La tendencia algo más firme reflejó principalmente las preocupaciones actuales sobre las condiciones de sequía en zonas importantes de producción de trigo duro rojo de invierno en Estados Unidos y una robusta demanda de suministros de Australia.
Al mismo tiempo y al contrario, la fuerte competencia entre exportadores ayudó a limitar los incrementos de precios.
Los precios mundiales del maíz cambiaron poco, registrando una subida de un mes a otro de solo el 0,1 %, debido al empeoramiento de las condiciones en Argentina y los retrasos en la siembra de la segunda cosecha de maíz, junto con un ritmo intenso de exportación en el Brasil, mientras que la baja demanda de suministros por parte de Estados Unidos deprimió los precios de las exportaciones de este cereal.
Por el contrario, los precios mundiales del sorgo, entre otros cereales secundarios, registraron una tendencia ligeramente a la baja (-0,2 %) y los precios de la cebada descendieron levemente (-0,9 %) en febrero, debido principalmente a una mayor disponibilidad estacional en el Hemisferio Sur.
Por otro lado, los precios internacionales del arroz bajaron un 1 % en febrero, debido a la ralentización de las actividades comerciales en los principales exportadores asiáticos, al tiempo que sus monedas nacionales se depreciaban frente al dólar de EE.UU. Esto sucedió especialmente en Tailandia, donde el baht, la moneda nacional, se debilitó en comparación con el nivel más elevado en 10 meses alcanzado en enero, contribuyendo a revertir la mayor parte de los incrementos de precios registrados en enero.
El índice de precios de los aceites vegetales se situó en un promedio de 135,9 puntos en febrero, lo que supone un descenso de 4,5 puntos (-3,2 %) con respecto a enero y constituye su valor más bajo desde principios de 2021.
La debilidad continuada del índice se debió a la disminución de los precios mundiales de los aceites de palma, soja, semillas de girasol y colza.
Los precios internacionales del aceite de palma cayeron por tercer mes consecutivo en febrero, depreciados principalmente por la persistente atonía de la demanda mundial de importaciones, a pesar de la menor producción estacional de las principales regiones productoras en Asia sudoriental.
Entretanto, los precios mundiales del aceite de soja también siguieron descendiendo, impulsados por una disminución de las compras de países importadores clave y las perspectivas de aumento de la producción en América del Sur.
Al igual que en el caso de los aceites de girasol y colza, las cotizaciones mundiales permanecieron a la baja debido a las abundantes disponibilidades exportables a nivel mundial.
El Índice FAO para los precios de los productos lácteos registró en febrero un promedio de 131,3 puntos, esto es, 3,6 puntos menos (-2,7 %) menos que en enero y 10,2 puntos (-7,2 %) por debajo de su nivel en el mismo mes del año pasado.
En febrero, el descenso del índice se debió a la caída de los precios en todos los productos lácteos, cuyos descensos más acusados los registraron la mantequilla y la leche desnatada en polvo.
La debilidad continuada de la demanda mundial de importaciones, especialmente de entregas a corto plazo, provocó los descensos de precios, a pesar de que también se produjo un incremento notable en las compras realizadas por Asia septentrional en las últimas semanas.
Asimismo, el aumento de los suministros exportables, en particular las existencias de mantequilla, queso y leche desnatada en polvo, en Europa occidental, donde las entregas estacionales de leche en los últimos meses registraron un aumento en comparación con sus promedios mensuales correspondientes, también deprimió los precios de las exportaciones mundiales.
El índice FAO de precios de la carne de la FAO se situó en febrero, según estimaciones, en 112 puntos en promedio, esto es, un valor ligeramente inferior (-0,1 puntos y -0,1 %) al de enero y 1,9 puntos (-1,7 %) por debajo de su valor de hace un año.
En febrero, los precios internacionales de la carne de aves de corral cayeron por octavo mes consecutivo, reflejando así los abundantes suministros mundiales en comparación con una demanda de importaciones más baja, a pesar de los brotes de gripe aviar registrados en varios de los principales países productores.
En cambio, los precios internacionales de la carne de cerdo aumentaron, impulsados por las preocupaciones de los mercados en relación con la escasa disponibilidad de oferta lista para el sacrificio en un contexto de aumento de la demanda interna en Europa.
Entretanto, los precios de la carne de bovino se estabilizaron, tras sufrir descensos continuados desde junio de 2022, pues el aumento de las importaciones, especialmente procedentes de Asia septentrional, equilibró relativamente bien la demanda mundial y los suministros disponibles.
Los precios internacionales de la carne de ovino también se mantuvieron en su mayoría sin cambios, pues la demanda mundial fue suficiente para absorber los elevados suministros procedentes de Australia.
Por último, el índice FAO de precios mundiales del azúcar registró un promedio de 124,9 puntos en febrero, esto es, 8,1 puntos más (+6,9 %) que en enero, alcanzando su máximo nivel desde febrero de 2017.
El repunte de febrero se debió principalmente a la revisión a la baja de la previsión de la producción de azúcar para la campaña 2022/23 en la India, que moderó las perspectivas de las exportaciones para la campaña actual.
Las preocupaciones sobre el descenso de las disponibilidades exportables procedentes de la India en un contexto con una fuerte demanda de importaciones a nivel mundial incrementaron adicionalmente los precios mundiales del azúcar.
No obstante, el adecuado progreso de la cosecha en Tailandia y las abundantes precipitaciones en las principales zonas de producción del Brasil evitaron un mayor aumento mensual de los precios.
El descenso de las cotizaciones internacionales del crudo y los precios del etanol en el Brasil también contribuyeron a limitar la presión al alza en los precios mundiales del azúcar.
Foto: Ganadería en Etiopía golpeada por la sequía. ©FAO/Michael Tewelde