La reforma de la PAC que plantea Bruselas a partir de 2020 no va a suponer una gran revolución, según fuentes de la Comisión Europea que explicaron ayer en Madrid el alcance de la Comunicación, presentada recientemente por el comisario de Agricultura Phil Hogan, bajo el título "El futuro de la alimentación y la agricultura".
La CE busca una reforma de la PAC con mayor implicación de los Estados miembros
La Comunicación no habla de cifras, «porque no quiere estar contaminada por la ficha financiera», según estas fuentes, y es la única que ha presentado la Comisión antes de conocer en el próximo mes de mayo el Marco Financiero Plurianual, dado que en otras políticas comunitarias de gasto la discusión no se ha abierto todavía.
Con permiso de lo que pueda pasar tras el Brexit y su correspondiente corrección financiera, la CE pretende que los pagos directos recogidos en el primer pilar de la PAC actual sigan siendo un elemento central de esta política, aunque se pretende conseguir una mejor orientación de este apoyo directo a los agricultores. Así explorará medidas como el «capping», control de máximos de ayudas, pero también pago decrecientes o «redistributivos» para avanzar hacia la equidad, abriendo la posibilidad de que los pequeños agricultores puedan recibir más ayudas.
Según las mismas fuentes, la futura PAC post 2020 pondrá su foco en los resultados de los objetivos que se marquen y no tanto en los mecanismos concretos. La UE marcará unos objetivos generales, tipos de intervenciones y requisitos básicos de esta política, pero será cada Estado miembro quien defina las acciones del primer y segundo pilar (desarrollo rural) que llevará a cabo, que serán recogidas en un Plan Estratégico, sus objetivos y el seguimiento de los resultados.
Según la propuesta,el sistema de ejecución contará con un grado mucho mayor de subsidiaridad, y cada Estado miembro será quien adapten las intervenciones a sus necesidades, establezca criterios de elegibilidad y controle que se cumplen las normas.
También se destaca desde la CE que, «pese a su buena voluntada», los pagos por cumplimiento de premisas medioambientales –pago verde o «greenning»– han supuesto para el agricultor tantos costes y complejidad que no compensan los logros ambientales, por lo que la Comunicación plantea «reemplazar su arquitectura», estableciéndose también unos objetivos medioambientales generales que los Estados deberán implementar adaptándolos en función de sus distintas realidades.
En este sentido, la CE esboza en su Comunicación apoyar los planes de gestión de nutrientes y la posibilidad de incentivar la agricultura de precisión, práctica que actualmente está muy poco implantada en la UE.
Otro apartado importante de esta Comunicación, que tras la discusión con los Estados miembros y sus aportaciones deberá presentar sus principios legislativos en el próximo semestre, se refiere a los jóvenes agricultores, proponiéndose desde la CE un mayor apoyo para facilitar el necesario relevo generacional.
Como objetivos últimos de esta propuesta de reforma, la CE apunta a conseguir un sector agrícola resiliente e inteligente (apoyo a la innovación y la transferencia del conocimiento); intensificar el cuidado del medioambiente y la acción por el clima; fortalecer el tejido socioeconómico de las zonas rurales, y reforzar la base del conocimiento/subsidariedad/resultados y las sinergias con otras políticas.