En el marco del pilar «Recursos Naturales» del Pacto Verde Europeo, complementando sus propuestas anteriores sobre la Restauración de la Naturaleza y la reducción de los plaguicidas químicos, la Comisión Europea adoptó hoy un paquete de medidas para un uso sostenible de los recursos naturales clave, que también reforzará la resiliencia de los sistemas alimentarios y la agricultura de la UE.
Así, Bruselas propuso hoy regular las nuevas técnicas de edición del genoma de las plantas, biotecnología de vanguardia distinta a los organismos genéticamente modificados (OGM) que permite generar cultivos más resistentes al cambio climático o a enfermedades y plagas. Una iniciativa -que habilita esas técnicas genómicas para aplicarlas en plantas pero no en animales ni hongos- que viene acompañada de una actualización de la normativa sobre Material de Reproducción Vegetal y una propuesta para mejorar la calidad de los suelos dañados por la salinización, la erosión, la compactación, la contaminación o la pérdida de retención de agua.
Así, Bruselas propuso hoy regular las nuevas técnicas de edición del genoma de las plantas, biotecnología de vanguardia distinta a los organismos genéticamente modificados (OGM) que permite generar cultivos más resistentes al cambio climático o a enfermedades y plagas. Una iniciativa -que habilita esas técnicas genómicas para aplicarlas en plantas pero no en animales ni hongos- que viene acompañada de una actualización de la normativa sobre Material de Reproducción Vegetal y una propuesta para mejorar la calidad de los suelos dañados por la salinización, la erosión, la compactación, la contaminación o la pérdida de retención de agua.
Según la CE, entre el 60 y el 70% de los suelos de la UE se encuentran actualmente en mal estado. Además, cada año la erosión destruye alrededor de 1.000 millones de toneladas de suelo, lo que significa que la capa superior fértil restante está desapareciendo rápidamente. Los costes asociados a la degradación del suelo se estiman en más de 50.000 millones de euros al año.
La propuesta del primer acto legislativo de la UE sobre los suelos, que no impone ninguna obligación directa a los propietarios y gestores de tierras, incluidos los agricultores, proporciona una definición armonizada de la salud del suelo, establece un marco de seguimiento global y coherente y fomenta la gestión sostenible del suelo y el saneamiento de los terrenos contaminados.
La propuesta recoge varias fuentes de datos sobre el suelo bajo un mismo techo, combinando los datos de muestreo del suelo de la encuesta marco sobre los usos y las cubiertas del suelo de la UE (LUCAS) con datos de satélite de Copernicus y datos nacionales y privados. El objetivo último es lograr unos suelos de la UE sanos de aquí a 2050, en consonancia con la ambición de una contaminación cero de la UE.
Los datos sobre el suelo apoyarán la innovación y las soluciones tecnológicas y organizativas, especialmente en las prácticas agrícolas. Ayudarán a los agricultores y otros propietarios de tierras a aplicar los métodos de tratamiento más adecuados y a aumentar la fertilidad y el rendimiento del suelo, minimizando al mismo tiempo el consumo de agua y nutrientes.
Además, estos datos, según la CE, mejorarán la comprensión de las tendencias de las sequías, la retención de agua y la erosión, lo que reforzará la prevención y gestión de catástrofes. Contar con unos suelos sanos y con mejores datos puede ofrecer oportunidades de ingresos adicionales a los agricultores y gestores de tierras, que pueden ser recompensados por la agricultura de captura de carbono, recibir pagos por servicios ecosistémicos o aumentar el valor de los suelos sanos y los alimentos cultivados en ellos.
Los Estados miembros definirán prácticas positivas y negativas para la gestión del suelo. Además, definirán medidas de regeneración para devolver los suelos degradados a un estado saludable, sobre la base de evaluaciones nacionales de la salud del suelo. Estas evaluaciones también servirán de base para otras políticas de la UE, como el UTCUTS, la PAC y la gestión del agua.
La propuesta también pide a los Estados miembros que aborden los riesgos inaceptables para la salud humana y el medio ambiente debidos a la contaminación del suelo, guiados por el principio de que quien contamina paga. Los Estados miembros tendrán que localizar, investigar, evaluar y sanear los terrenos contaminados.
Sistemas alimentarios más resilientes gracias a las nuevas técnicas genómicas
Las nuevas técnicas genómicas (NTG) son herramientas innovadoras que ayudan a aumentar la sostenibilidad y la resiliencia de nuestro sistema alimentario. Permiten desarrollar variedades vegetales mejoradas que son resilientes al clima y a las plagas, que requieren menos fertilizantes y plaguicidas y que pueden garantizar un mayor rendimiento, ayudando a reducir a la mitad el uso y el riesgo de los plaguicidas químicos y disminuyendo la dependencia de la UE de las importaciones agrícolas.
En la mayoría de los casos, estas nuevas técnicas dan lugar a cambios más específicos, precisos y más rápidos que las técnicas convencionales, al tiempo que se obtiene un cultivo que es igual al que podría haberse logrado con técnicas clásicas, como la selección y el cruce de semillas.
La propuesta de la CE en este tema pasa por:
– Establecer dos categorías de vegetales obtenidos mediante NTG: vegetales obtenidos mediante NTG comparables a los vegetales convencionales o que pueden surgir de forma natural, y vegetales obtenidos mediante NTG con modificaciones más complejas. Las dos categorías estarán sujetas a requisitos diferentes para llegar al mercado, teniendo en cuenta sus diferentes características y perfiles de riesgo. Las plantas de la primera categoría deberán ser notificadas. Las plantas de la segunda categoría serán sometidas al proceso más exhaustivo de la Directiva OMG
– Ofrecer incentivos para orientar el desarrollo de vegetales hacia una mayor sostenibilidad.
– Garantizar la transparencia de todos los vegetales obtenidos mediante NTG en el mercado de la UE (por ejemplo, mediante el etiquetado de las semillas).
– Ofrecer un seguimiento sólido de las repercusiones económicas, medioambientales y sociales de los productos obtenidos mediante NTG.
Materiales de reproducción vegetal y forestal más sostenibles y diversos
La propuesta de Reglamento sobre la producción y comercialización de materiales de reproducción vegetal y forestal aumentará la diversidad y la calidad de las semillas, esquejes y otros materiales de reproducción vegetal, según la Comisión. Así, se garantizarán unos rendimientos estables gracias a variedades vegetales preparadas para el futuro a través de la realización de pruebas de sostenibilidad (por ejemplo, la resistencia a las enfermedades). Las semillas también se adaptarán mejor a las presiones del cambio climático, ayudarán a preservar la diversidad genética de los cultivos y contribuirán a garantizar la seguridad alimentaria.
La propuesta reducirá la burocracia y aumentará la eficiencia y la eficacia de los sistemas de registro y certificación. En el caso de los materiales de reproducción forestal, contribuirá a que se plante el árbol adecuado en el lugar adecuado para que los bosques se adapten mejor al cambio climático.
Reducir el desperdicio de alimentos y los residuos textiles
Cada año se desperdician en la UE cerca de 59 millones de toneladas de alimentos (131 kg/habitante), con un valor de mercado estimado de 132.000 millones de euros. Más de la mitad de los residuos alimentarios (53%) son generados por los hogares, seguidos por el sector de la transformación y la fabricación (20%). Según la CE, la lucha contra el desperdicio de alimentos ofrece un triple beneficio: ahorra alimentos para el consumo humano, contribuyendo así a la seguridad alimentaria, ayuda a las empresas y a los consumidores a ahorrar dinero, y reduce el impacto medioambiental de la producción y el consumo de alimentos.
Para acelerar el progreso de la UE, la Comisión propone que, de aquí a 2030, los Estados miembros reduzcan el desperdicio de alimentos en un 10% en la transformación y la fabricación y en un 30% (per cápita) conjuntamente en el comercio minorista y el consumo (restaurantes, servicios de restauración y hogares).
Los residuos textiles también suponen una carga para unos recursos naturales limitados. Alrededor del 78 % de los residuos textiles no son recogidos de forma separada por los consumidores y acaban mezclados con los residuos domésticos, destinados a ser incinerados o depositados en vertederos.
Estas propuestas serán debatidas ahora por el Parlamento Europeo y el Consejo, siguiendo el procedimiento legislativo ordinario.
Al respecto de esta aprobación, Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo responsable del Pacto Verde Europeo, subrayó que «hace casi dos años, presentamos el paquete de medidas «Objetivo 55» para llevar a la práctica el pilar climático del Pacto Verde. Hoy complementamos nuestras propuestas anteriores sobre la restauración de la naturaleza y la reducción de los plaguicidas químicos, a fin de sustentar el pilar natural del Pacto Verde. Estas propuestas están estrechamente vinculadas entre sí y con la necesidad de una acción por el clima: unos suelos sanos absorben más carbono, retienen más agua y protegen de las sequías. Gracias a que permiten un uso seguro de las nuevas técnicas genómicas, los agricultores tendrán acceso a cultivos más resilientes que requieren menos plaguicidas.»
Por su parte, Stella Kyriakides, comisaria responsable de Salud y Seguridad Alimentaria, destacó que «la innovación forma parte integrante de nuestra agenda de sostenibilidad del Pacto Verde, en particular en el ámbito de los alimentos. Queremos dotar a nuestros agricultores de las herramientas necesarias para producir alimentos sanos y seguros, adaptados a nuestras condiciones climáticas cambiantes y respetando nuestro planeta. Esto incluye nuevas normas sobre el uso de las nuevas técnicas genómicas y normas modernizadas sobre las semillas vegetales y forestales con el fin de fomentar la diversidad, las prácticas sostenibles y la seguridad alimentaria e impulsar la competitividad de la UE. Además, hoy intensificamos nuestra acción contra el desperdicio de alimentos para minimizar las pérdidas de alimentos y reforzar nuestra seguridad alimentaria. Ahora tenemos la oportunidad de planificar el futuro, rediseñar la manera en que producimos y consumimos nuestros alimentos y ofrecer a nuestros ciudadanos una mayor variedad de productos seguros, sostenibles y nutritivos. Se trata también de una oportunidad de que el sector agrícola de la UE y la industria alimentaria asuman el liderazgo para hacer de la sostenibilidad una (rentable) marca de la casa y mantenerse a la vanguardia a escala mundial.»