Las cosechas han caído en picado en el Hemisferio Sur y en algunos de los principales países de la UE debido a las extremas condiciones climáticas, según las estimaciones de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).
Desde la sede de la OIV, en Dijon (Francia), a través de una conferencia web, el jefe del Departamento de Estadística y Transformación Digital, Giorgio Delgrosso, presentó el martes7 de noviembre las primeras estimaciones de la producción mundial de vino en 2023.
Desde la sede de la OIV, en Dijon (Francia), a través de una conferencia web, el jefe del Departamento de Estadística y Transformación Digital, Giorgio Delgrosso, presentó el martes7 de noviembre las primeras estimaciones de la producción mundial de vino en 2023.
Así, la OIV prevé un bajo volumen de producción en el conjunto de la Unión Europea, con Italia y España registrando un descenso significativo respecto a 2022, debido a unas condiciones climáticas desfavorables, con sequías y mildiu por exceso de humedad en algunas zonas.
Por su parte, Francia se convirtió en el mayor productor mundial de vino en 2023/24, con un volumen ligeramente superior a su media quinquenal
Cambiando de continente, las primeras previsiones de la cosecha en Estados Unidos indican que el volumen de producción no sólo será superior al de 2022, sino también a la media observada en los últimos años.
En cambio, en los países productores del Hemisferio Sur se espera que los volúmenes de producción de vino estén muy por debajo de las cifras de 2022.
Australia, Argentina, Chile, Sudáfrica y Brasil se vieron muy afectados por las adversas condiciones meteorológicas y la única excepción fue Nueva Zelanda, con un nivel de producción para 2023 superior a su media quinquenal.
A partir de la información recogida por la OIV sobre 29 países, que representan el 94% de la producción mundial en 2022, la producción mundial de vino (excluidos zumos y mostos) en 2023 se estima entre 241,7 millones y 246,6 millones de hectolitros, con una estimación intermedia de 244,1 millones, lo que representa un descenso del 7% respecto al volumen de 2022, situándose ya por debajo de la media.
No obstante, la cifra de este 2023 aún debe tomarse con suma cautela, ya que todavía hay grandes países, como China, cuya información no está disponible.
Además, la gran volatilidad de los volúmenes de producción observada en los últimos años, tanto a escala nacional como regional, dificulta todavía más la realización de previsiones.
En cualquier caso, apunta la OIV, ésta sería la menor producción desde 1961 (214 Mhl), incluso inferior al volumen de producción históricamente bajo de 2017 (248 Mhl).
Este escenario negativo puede atribuirse a descensos significativos en los principales países productores de vino de ambos Hemisferios.
Mientras que en el Hemisferio Sur, Australia, Argentina, Chile, Sudáfrica y Brasil registraron variaciones interanuales de entre el -10% y el -30%, en el Hemisferio Norte, Italia, España y Grecia son los países que más sufrieron las malas condiciones climáticas durante la temporada de cultivo.
Sólo Estados Unidos y algunos países de la UE, como Alemania, Portugal y Rumanía, experimentaron condiciones climáticas favorables, que se tradujeron en unos volúmenes de producción medios o superiores a la media.
Una vez más, las condiciones climáticas extremas, como las heladas tempranas, las lluvias torrenciales y la sequía, afectaron considerablemente a la producción del viñedo mundial.
Sin embargo, como nota favorable está que, en un contexto en el que el consumo mundial está disminuyendo y las existencias son elevadas en muchas regiones del mundo, la baja producción prevista podría ayudar a equilibrar el mercado vitivinícola mundial.
Informes OIV:
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