El Comité Européen des Entreprises Vins (CEEV), del que forma parte la Federación Española del Vino, y el Wine Institute, las dos organizaciones líderes del sector vitivinícola en la Unión Europea (UE) y Estados Unidos (EE.UU.) respectivamente, han anunciado la firma de un histórico comunicado conjunto de principios sobre comercio y aranceles del vino.
Las principales asociaciones vitivinícolas de la UE y EE.UU. reclaman el fin de los aranceles
A través de este documento, ambas organizaciones destacan la importancia del comercio del vino entre la UE y Estados Unidos, siendo uno el mayor mercado del otro, con transacciones que alcanzan los 5.330 millones de dólares (4.660 millones de euros), generando a su vez una gran cantidad de empleos e inversiones. Por esta razón, ambas organizaciones han querido resaltar en su comunicado conjunto la necesidad de mantener la relación comercial de cara a futuro.
Con esta declaración, los sectores del vino de la UE y de los EE.UU. reafirman su alineación y apoyo al comercio libre y justo e instan a los líderes de ambos territorios a priorizar tres objetivos esenciales para los implicados en el comercio del vino, desde la uva hasta la copa, incluidas las bodegas, los viticultores, los importadores y exportadores, los distribuidores, el comercio minorista y la hostelería.
El primer objetivo es el mantenimiento de la histórica alianza comercial del vino entre la UE y los EE.UU., la relación comercial de mayor volumen en el mundo y un factor clave para la prosperidad del sector.
En segundo lugar, piden que ambas partes eliminen todos los aranceles sobre el vino, un concepto conocido como “zero for zero” adoptado en el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés) para ciertos productos hace más de veinte años. La facilidad de acceso a los mercados beneficia significativamente al sector, consiguiendo como resultado un aumento del empleo y de la inversión y una mayor oferta para los consumidores.
Por último, la declaración conjunta reclama a los gobiernos de ambas partes que protejan el dinamismo económico y la diversificación de mercados de los productores y agricultores mediante la creación del principio “vino por vino”, evitando el uso de aranceles punitivos a los productos vitivinícolas como instrumento de negociación en disputas ajenas a este sector.
Además, tal como destacan el CEEV y el Wine Institute, los aranceles actúan como impuestos adicionales que consumidores y empresas pagan a lo largo de la cadena de valor y son un factor generador de incertidumbre económica.