Rusia podría estar dispuesta, con condiciones, a permitir la apertura de un corredor humanitario para que los buques puedan transportar alimentos, entre ellos cereales y otras materias primas, de Ucrania.
Entre las condiciones estaría el levantamiento por parte de Occidente de algunas sanciones impuestas a las exportaciones y transacciones financieras rusas, según comentó Andrei Rudenko, viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, a la agencia de noticias Interfax.
Además, Rudenko volvió a insistir en que esa concesión requeriría también el desminado por parte de Ucrania de todos los puertos del Mar Negro donde están anclados los barcos y, en todo caso, señaló que Rusia está en contacto con Naciones Unidas sobre este asunto.
Así las cosas, no parece fácil que esta situación vaya a desencallar y que lo más normal es que, por ahora, los puertos ucranianos del Mar Negro sigan sin poder operar para dar salida a más de 20 millones de toneladas de trigo y maíz, principalmente, de los silos ucranios.
Como es conocido, Rusia y Ucrania representan casi un tercio del suministro mundial de trigo y la falta de exportaciones de este cereal al mercado internacional (sobre todo a los países del Magreb y de Oriente próximo) está contribuyendo a una creciente crisis alimentaria mundial, que podría agravarse en la segunda mitad de este año. Además, Ucrania es también un importante exportador mundial de maíz y aceite de girasol.
Aunque la Unión Europea y otros países occidentales están discutiendo el establecimiento de «corredores de solidaridad», que sean seguros para las exportaciones de grano desde los puertos de Ucrania, la situación más factible es llevarlos a cabo a través de la frontera de Ucrania con Polonia, dado que el establecimiento de un corredor marítimo, además del desminado, necesitaría del consentimiento de Rusia para operar desde los puertos del Mar Negro y del Mar Azov.
El propio Andrei Rudenko señaló a la agencia Interfax que la posible escolta por parte de barcos occidentales a buques ucranianos que transporten grano exacerbaría seriamente la situación en el Mar Negro, en referencia a la noticia, desmentida por el Gobierno del Reino Unido, de que buques de guerra británicos estarían dispuestos a acudir a la zona para permitir la salida de alimentos y materias primas desde el puerto ucraniano de Odesa, el principal de este país.
De hecho, Rusia, a través del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, negó que esté causando una crisis alimentaria mundial, como advierte la ONU, puesto que Ucrania puede seguir exportando grano a través de Polonia por ferrocarril, «de vuelta en los mismos convoyes que llevan armas a Ucrania.»
La alimentación, como arma
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Layen, aprovechó su presencia en el Foro Económico de Davos (Suiza) para acusar a Rusia de fomentar una crisis alimentaria mundial por usar como arma de guerra la destrucción de cultivos y la confiscación de las cosechas de cereales en Ucrania.
«Vemos a Rusia convertir su suministro de energía en un arma, con repercusiones en todo el mundo. Desgraciadamente, es el mismo escenario que vemos dibujarse en la seguridad alimentaria», señaló Von der Leyes, quien además acusó al presidente ruso, Vladimir Putin, de «estar utilizando el hambre y el grano» como arma de guerra» y de que «estar bombardeando con su artillería almacenes de grano en toda Ucrania de forma deliberada, mientras que los barcos rusos de guerra bloquean también los barcos ucranianos llenos de trigo y semillas de girasol.». Ante este negro panorama, la presidenta de la CE pidió «urgentemente la colaboración internacional para aplacar los crecientes signos de una crisis alimentaria y enfrentarse a este desafío enorme. «
Por su parte, el jefe de Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, avisó en el Foro Davos, que la crisis alimentaria mundial puede empeorar en los próximos seis o doce meses si no se resuelven problemas, como la escasa oferta de fertilizantes, la caída de la producción por sequía en varios países y el bloque de la salida marítima de granos de Ucrania.
«Si no se logra que salgan los barcos que transportan cereales y otros productos agrícolas desde el puerto de Odesa, en Ucrania, estaremos ante un problema complejo, porque los almacenes pueden estar llenos, pero si no hay barcos que los transportes, podremos ver situaciones de hambre alrededor del mundo», señaló Beasley.